140 g de harina
15 g de fécula de maíz o almidón
110 g de mantequilla
60 g de azúcar
Ingredientes para el relleno:
100 g de mantequilla
100 g de azúcar moreno
300 g de leche condensada
Ingredientes para la cobertura:
200 g de cobertura de chocolate con leche
Elaboración Tradicional:
En un cuenco amplio poner la harina junto con el almidón de maíz tamizado, la mantequilla en pomada en dados y el azúcar. Con las manos mezclar bien hasta obtener una pasta con la textura de una pasta brisa y que no queden grumos. Dejar reposar tapada con un film unos minutos. Extender la pasta y forrar con ella un molde ondulado de unos 22 cm de diámetro ayudándose de una cuchara para que quede bien apretada y pincharla bien para que no suba y cocer en blanco (forrado con papel de aluminio y con unas legumbres de hornear para evitar que suba en exceso) a 170º durante unos 35 minutos hasta que esté dorada. Desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla. Preparar el relleno; para ello poner en un cazo el azúcar junto con la mantequilla hasta que todo ello se derrita. Incorporar la leche condensada y cocer a fuego muy lento sin dejar de remover el fondo con una espátula porque tiende a agarrarse durante unos 4 o 5 minutos hasta que vaya tomando color. Verter el relleno sobre la pasta que se ha horneado anteriormente; repartir y alisar bien por toda la tarta y dejar reposar en la nevera hasta que el relleno haya bloqueado y este semiduro y bien asentado (una hora aproximadamente). Finalmente fundir el chocolate al baño maría con cuidado de no quemarlo y extenderlo sobre el relleno para que quede todo cubierto junto con parte del borde de pasta de la tarta que quede bien cerrada. Dejar que se enfríe y endurezca el chocolate (mejor en nevera). Cortar con un cuchillo muy afilado.
Receta facilitada por: Mª Ángeles Sánchez