domingo, 24 de agosto de 2014

BORRACHITOS



Ingredientes:

300 g de harina de fuerza
20 g de levadura fresca
20 g de azúcar invertido o miel
Una pizca de sal
Ralladura de limón
100 g de mantequilla en pomada
40 g de azúcar
6 huevos
50 g de leche 

Para el almíbar:

600 g de agua
350 g de azúcar
60 g de ron
30 g de licor de almendra (opcional)
Ralladura de limón
Un poco de esencia de vainilla

Para decorar:

Guindas en almíbar

Elaboración Tradicional:

Mezclar la harina con el azúcar, miel, sal,  ralladura,  mantequilla y la levadura disuelta en la leche templada. Cuando esté todo unido, ir añadiendo los huevos de uno en uno y amasar. Queda una masa elástica  algo más espesa que la de un bizcocho normal. Engrasar con mantequilla los moldes y rellenar hasta la mitad. Dejarlos reposar en un sitio templado hasta que doblen su volumen (más o menos una hora). Cocer en el horno precalentado a 180º C unos quince minutos o hasta que estén dorados en la superficie. Mientras se hornean, preparar el almíbar poniendo en una olla el agua, el azúcar y el resto de ingredientes, dejar hervir unos minutos hasta que espese un poco y dejar enfriar. Desmoldar los bizcochos y cuando estén fríos sumergirlos de uno en uno en el almíbar y poner a escurrir sobre una rejilla. Se pueden comer recién hechos, pero para mi gusto están mejor de un día para otro. Terminar con una guinda en almíbar colocada en el centro

Elaboración en Thermomix®:

Mezclar  a velocidad 6 la harina con el azúcar, miel, sal,  ralladura,  mantequilla y la levadura disuelta en la leche templada. Cuando esté todo unido, ir añadiendo los huevos de uno en uno por el bocal y a la misma velocidad. Queda una masa elástica  algo más espesa que la de un bizcocho normal. Engrasar con mantequilla los moldes y rellenar hasta la mitad. Dejarlos reposar en un sitio templado hasta que doblen su volumen (más o menos una hora). Cocer en el horno precalentado a 180º C unos quince minutos o hasta que estén dorados en la superficie. Mientras se hornean, preparar el almíbar poniendo en una olla el agua, el azúcar y el resto de ingredientes, dejar hervir unos minutos hasta que espese un poco y dejar enfriar. Desmoldar los bizcochos y cuando estén fríos sumergirlos de uno en uno en el almíbar y poner a escurrir sobre una rejilla. Se pueden comer recién hechos, pero para mi gusto están mejor de un día para otro. Terminar con una guinda en almíbar colocada en el centro