jueves, 21 de mayo de 2015

METODOS DE CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS

INTRODUCCIÓN

El alimento es una de las mayores necesidades de todos los seres vivos, en especial del ser humano. El alimento, sus derivados, composición y conservación son esenciales para realizar las funciones vitales. El hombre a través de su desarrollo, buscó tener accesibilidad de los productos, mantenerlos frescos y en óptima calidad, lo cual condujo a la necesidad de conservar los alimentos para su consumo.

La conservación de alimentos corresponde a un conjunto de técnicas encargadas de aumentar la vida y disponibilidad de los alimentos para el consumo. Los procesos, técnicas y métodos de conservación de alimentos son muy variados, sistemas bacteriostáticos de conservación de alimentos como ebullición, esterilización, pasteurización, enlatado, sistemas de irradiación como refrigeración, congelación, deshidratación y adición de sustancias químicas, entre otros. Conservar los alimentos consiste en bloquear la acción de los agentes (microorganismos o enzimas) que pueden alterar sus características originarias (aspecto, olor y sabor). 

Estos agentes pueden ser ajenos a los alimentos (microorganismos del entorno como bacterias, mohos y levaduras) o estar en su interior, como las enzimas naturales presentes en ellos.

Desde hace más de diez mil años existen métodos de conservación que se han ido perfeccionando: salazón, curado, ahumado, escabechado, refrigeración y la aplicación del calor mediante el cocinado de los alimentos. 

El gran desarrollo de la industria conservera, la posibilidad de pasteurizar, liofilizar o ultracongelar ha supuesto un notable avance en lo que se refiere a la conservación.

Por otra parte los métodos de conservación hoy cumplen doble función, mantener el alimento en buenas condiciones y aportar unos sabores muy apreciables.

CUÁNDO Y CÓMO SE EMPIEZAN A CONSERVAR LOS ALIMENTOS

Desde la prehistoria surge la idea o necesidad de conservar para el futuro los alimentos de los que se dispone en gran cantidad en un momento dado.

Por ejemplo, el día que se caza un ciervo, todos comen carne hasta hartarse, pero a lo mejor pasa un mes antes de que puedan obtener otra presa. Mientras tanto, la carne de ciervo se estropeará por la acción de las larvas de moscas y bacterias de la putrefacción.

La conservación de los alimentos como medio para prevenir tiempos de escasez
ha sido una de las preocupaciones de la humanidad. Para conseguir aumentar la despensa, la experiencia había demostrado, a lo largo de la historia, que existían muy pocos sistemas fiables.

La conservación implica el mantenimiento de las cualidades nutritivas del alimento durante bastante tiempo; a menudo meses e incluso años.

La primera técnica desarrollada por el hombre primitivo fue probablemente la desecación y la deshidratación.

Las sociedades a lo largo de la historia fueron aprendiendo de manera empírica formas y métodos tradicionales para conservar los alimentos. Estos métodos eran precarios, pero se fueron perfeccionando debido a las necesidades del trayecto del campo hacia las grandes ciudades. Esto desde luego, provocó una alta demanda de productos animales y vegetales. Al existir mayor demanda de productos, la prioridad fue inventar un sistema que incluyera la recepción, el manejo y la venta de productos a gran escala.

Otro gran descubrimiento fue el de los efectos del calor (cocidos, asados). El calor deshidrata, pero tiene además otros efectos, tanto por el humo como por las transformaciones que induce en los alimentos.

La conservación por frío también data de la prehistoria y se ha ido progresando hasta conseguir la congelación gracias a las cámaras de refrigeración.

Nicolás Appert (1750-1840) fue el primer elaborador de latas de conserva, tal
como se realizan hoy en día en el hogar. Utilizó el baño maría para conservar alimentos cocinados, guardados en botellas de cristal que luego tapaba con corchos encerados. El descubrimiento de Appert, ideado para la despensa de los ejércitos de Napoleón le valió el reconocimiento del Emperador, pero no fue utilizado por la Grande Armée en la campaña de Rusia, quizás por la fragilidad del envase, o porque, de quedar aire en el interior, tal como sucede en las conservas caseras, el contenido se arruina, pudiendo ser colonizado por las bacterias causantes del botulismo.

Bryan Donkin utilizó botes de hojalata en lugar de cristal. A partir de 1818, las
latas de Donkin tenían el aspecto de las actuales, recubiertas por un barniz interior, protector. La carne, las galletas y las harinas conservadas en lata formaron parte de la dieta del rey Jorge III y de la marina británica.

La leche no se podía enlatar, dada la fragilidad de su conservación. En 1856, Gail Borden consiguió evaporar la leche en una caldera de vacío. Hasta la divulgación de los trabajos de Pasteur fue la leche en conserva más segura y digestiva.

A partir de estas experiencias, y una vez conocidos los procesos microbiológicos
que condicionan la esterilización, la evolución de las técnicas de conservación fue rapidísima. De las experiencias de Sir Benjamín Thompson, elaborador de los primero concentrados de carne, se llegó a la liofilización, mientras que la aplicación de la congelación permitió la conservación de alimentos refrigerados, congelados y ultra congelados. Más tarde surgieron las teorías de Frederic Tudor, un empresario de Boston que fue el primero en aunar la cadena de frío, conseguida con hielo y paja, con la velocidad de los entonces modernos medios de locomoción.

¿POR QUÉ SE DESCOMPONEN LOS ALIMENTOS?

Los alimentos cuando entran en contacto con el aire, después de un tiempo, se alteran y cambian de aspecto, olor y sabor. Así, la carne se pudre, las frutas frescas fermentan y el pan toma un color oscuro verdoso. Para evitar que esto suceda, se deben guardar y proteger a fin de que duren más tiempo, no pierdan su valor nutritivo y no tengan que ser desechados.

Los alimentos se descomponen y se pudren por dos tipos de causas: por fenómenos vitales o por fenómenos no vitales. Los principales causantes de la descomposición por fenómenos vitales son los microorganismos (como las bacterias del medio ambiente y los parásitos de los propios alimentos) y las enzimas presentes en los alimentos. Los enzimas son compuestos de tipo biológico gracias a las cuales se catalizan reacciones químicas específicas. Los microorganismos y las enzimas producen la descomposición interviniendo en procesos físicos y químicos de transformación de las sustancias que componen los alimentos.

Pero los alimentos se alteran también por procesos no vitales. Entre las causas de esto pueden citarse: los excesos de temperatura, la humedad, la luz, el oxígeno o simplemente el tiempo. Todos estos factores provocan diversos cambios físicos y químicos, que se manifiestan por alteraciones del color, olor, sabor, consistencia o textura de los alimentos.

Causas de la alteración del alimento

AGENTES
FACTOR QUE INTERVINE EN LA ALTERACIÓN DE LOS ALIMENTOS


FÍSICOS
Mecánicos
Temperatura
Humedad, sequedad,
Aire
Luz



QUÍMICOS
Los agentes químicos miden la reacción de oscurecimiento (Maillard)
Oxidación de vitaminas
Descomposición proteica (mal olor)
Fermentación de glúcidos (sabor picante)
Enraizamiento de lípidos

BIOLÓGICOS
Enzimáticos
Parásitos
Microorganismos
Bacterias
Hongos
Levaduras

El control de mecanismos físicos actúa en los diversos procesos de la industria de los alimentos. Se refiere a la selección de las semillas, los instrumentos para levantar los frutos o vegetales, etc. Cuando se actúa de manera tradicional, prevalece no adicionar nada que no sea natural.

Cuando la industria no vigila los mecanismos de planta y la cosecha de los productos, puede causar una modificación, pérdida o contaminación, lo cual produce invariablemente pérdidas millonarias. Entre estas alteraciones destacan las siguientes:

a) Existen aspectos que alteran la utilidad y sanidad de los productos, así por ejemplo, un mal transporte y manipulación puede dañar los productos.

b) La actividad química de los alimentos puede aumentar al doble la velocidad de reacción cada 10°C, en consecuencia, esto puede actuar como un acelerador del proceso descomposición. Existen otros alimentos que también son sensibles, por ejemplo, los que sus propiedades pueden ser afectadas por el calor (vitaminas) fácilmente se descomponen, principalmente por el cambio de temperatura en su contenido de agua.

c) La humedad facilita el desarrollo de microorganismos, principalmente en la superficie de los alimentos durante el almacenamiento.

d) El ambiente también puede originar la alteración en las proteínas, lo cual afecta de manera directa su apariencia y color. Si el aire entra en contacto con los productos, se facilita la oxidación, y su calidad y utilidad disminuye.

e) La luz también puede afectar que un alimento sea atractivo a la vista del consumidor. La luz desgasta el color, y en determinadas situaciones afecta los nutrientes.

Los alimentos contienen nutrientes en su estado natural, que experimentan cambios químicos, lo cual puede disminuir el efecto de los nutrientes al absorberse por el cuerpo. Estas reacciones durante el almacenamiento de los alimentos, provocan efectos negativos en éstos, inhibiendo su consumo.

Entre las alteraciones más notables destacan:

   a) El efecto de oscurecer el alimento (reacción Maillard), el cual se produce por la combinación de los derivados de las azúcares y determinadas proteínas. Cuando se mezclan en los alimentos producen un cambio en el color (pigmentación de color café). Esto puede originarse de manera natural o bien, mediante la tecnología; en algunos casos, este efecto es deseable, por ejemplo al elaborar dulce de leche, alimentos dorados, entre otros productos.

    b) En bastantes casos, un efecto que se produce es que el producto se enrancia, lo cual produce un sabor desagradable al paladar. En términos simples, ocurre una combinación de hidrólisis y oxidación. El sabor rancio produce un sabor y olor desagradable. Físicamente, podría aparentar estar en buen estado, sin embargo, al probarlo provoca un sabor desagradable al consumidor. Entre los productos que más se enrancian se encuentran los frutos secos, y una variedad de aceites.


Estos aspectos producen cambios y modificaciones a los alimentos, generalmente las degradaciones y la descomposición ocurren de manera natural, en estos casos los cambios se denominan biológicos, y pueden ser intrínsecos, como las enzimas; o extrínsecos, como parásitos o microorganismos.

Enzimas

En el proceso de descomposición se encuentran las enzimas, las cuales tienen un alto grado de resistencia, incluso en algunos casos, su capacidad de reacción de sobrevivencia aumenta.

Las enzimas tienen la habilidad de modificar la apariencia y por lo tanto,
la estructura de los alimentos, es decir, pueden actuar como acelerador en dos posibilidades:

Obtener un estado más blando de los alimentos.
Que los alimentos maduren más rápido.

La consecuencia natural en ambas posibilidades es su descomposición, como en la mayoría de las frutas y hortalizas.

Parásitos

En determinados momentos, existen riesgos que pueden afectar la salud de la población. Uno de los riesgos es contraer infecciones que pueden convertirse en un problema de salud pública. Por ello, es indispensable aplicar prácticas de seguridad e higiene en la manipulación de los alimentos, ya que algunos parásitos pueden estar presentes en el alimento, y otros pueden ser causa de una contaminación cruzada desde la recolección hasta el procesamiento del alimento. Por ejemplo, el anisakis en el pescado

Bacterias

Las bacterias son de las más perjudiciales, tanto por su abundancia como por su elevada tasa de reproducción; pueden producir toxinas (Clostridium) o ser infecciosas por ellas mismas (Salmonella, Listeria).

A pesar de las dificultades y los efectos negativos que podrían causar los microorganismos en la salud, algunos son pertinentes en la elaboración de productos fermentados, el consumo de éstos es muy variado y tiene implicaciones culturales

Mohos y levaduras

En otra clasificación se encuentran los mohos que producen una gran variedad de toxinas, y que son capaces de resistir condiciones que otros microorganismos no soportarían.

En este grupo también se encuentran las levaduras, que ayudan al proceso de fermentación de los alimentos; de igual forma que los microorganismos, a veces se busca favorecer su desarrollo, para conferir propiedades a los productos fermentados.

La naturaleza de cada alimento será determinante para la selección y aplicación de un método de conservación.

EVITAR QUE SE DETERIOREN LOS ALIMENTOS

Anteriormente se mencionaron como principales causas de la alteración de los alimentos, los microorganismos y las propias enzimas de los alimentos como responsables de los fenómenos vitales. Para que ocurran estos fenómenos se necesitan ciertas condiciones apropiadas: acceso del aire, humedad y temperatura. Así pues, para impedir que estos indeseables fenómenos vitales se produzcan, se debe eliminar el aire, el agua y el calor excesivos.

Los métodos que impiden que los agentes biológicos alteren los alimentos se llaman Métodos Indirectos de Conservación.

Entre otros métodos indirectos tenemos el envasado al vacío (impide el contacto con el aire), la deshidratación (elimina el agua), la refrigeración y la congelación (evitan la proliferación de microorganismos).

Los métodos indirectos de conservación impiden la actuación de los microorganismos y las enzimas, pero en general estos métodos no destruyen todos los microorganismos y enzimas de los alimentos. Para destruirlos hay que recurrir a los Métodos Directos de Conservación.

En la tabla, se describe la acción que ejercen los diferentes métodos de conservación de alimentos sobre los microorganismos

Acción sobre los
microorganismos
Forma de actuación

Método empleado

Destrucción
Por acción del calor
Pasteurización
Esterilización
Por radiaciones ionizantes
Irradiación
Por acción de antisépticos

Alcohol
Ácidos
Conservadores químicos
Por acción mecánica

Altas presiones

Por acción mixta: calor-mecánica
Cocción-extrusión

Efecto barrera
Se conserva por las bajas temperaturas

Refrigeración
Congelación
Por utilización de atmósferas pobres en oxígeno (O2)
Vacío
Mezcla de gases inertes
Atmósferas controladas
Por reducción del contenido de agua

Deshidratación
Liofilización
Concentración
Protección por incorporación y recubrimiento con inhibidores

Salazón
Inmersión en salmuera Recubrimientos con materias grasas
Recubrimientos con azúcar (frutas escarchadas)
Inmersión en ácidos (como el vinagre: encurtidos
Fermentación
Eliminación
Por separación física

Filtración esterilizante
Ultrafiltracion

Para que los microorganismos tengan un efecto sobre los alimentos es necesario que los microorganismos dispongan de materia nutritivas para su supervivencia, en caso contrario mueren y no desarrollan ninguna actividad biológica, sea de descomposición o no

Además, se requiere que existan condiciones de vida favorables como:

1) La temperatura que depende de la tolerancia de los microorganismos al frío o calor, para lo cual se necesita conocer la resistencia térmica de cada microorganismo. 
En términos generales, los microorganismos se clasifican en: 
a) Psicrófilos (temperatura baja -15ºC, pseudomonas) 
b) Mesófilos (temperatura media 20-45º e.coli) 
c) Termófilos (temperatura óptima, es decir, altas 45 a 80º, lactobacillus) 
d) Hipertermófilos (temperatura muy alta, 80º o más, cianobacterias, clostridium, lácticas) 

2) Actividad de agua (Aw), que es el contenido de agua libre de cada alimento para el desarrollo de ciertos microorganismos. 

De manera general, en la siguiente tabla se muestran los microorganismos que son inhibidos en diferentes rangos de Aw de alimentos específicos.

Medición del rango de Aw

Microorganismos inhibidos

Alimentos dentro de este rango
Grado entre 0- 0.95

La clasificación incluye los siguientes organismos: Pseudomonas, Escherichia, Proteus, Shigellas, Perfringes, Klebsiella, Bacilos, Clostridium, así como ciertas levaduras.

En este rubro se integran diversos alimentos frescos y otros como enlatados, vegetales, pescado, carne, leche y sus derivados. Estos alimentos incluyen un alto porcentaje de sacarosa, que puede ser hasta de 40 % y otro porcentaje de cloruro de sodio, en general de 7%.
Grado entre 0.95 – 0.91

La clasificación incluye los siguientes organismos:
Clostridium botulinum, Lactobacillus, Salmonella, Vibrio Parahaemoliticus, ciertos mohos y algunas levaduras como Rhodotorula, Pichia.
En este tipo se clasifican ciertos quesos, algunas carnes y los que se denominan concentrados de fruta. El contenido nutrimental incluye un 55% de sacarosa o bien, un 12% de cloruro de sodio.
Grado entre  0.91 – 0.87
La clasificación incluye los siguientes organismos:
Micrococcus, Candida, Torulopsis, Hansenula
En este rubro, los alimentos contienen un 65% de sacarosa saturada o 15% de cloruro de sodio. Los alimentos son algunos embutidos fermentados como el salami.
Grado entre 0.87 – 0.80

La mayoría de los mohos se pueden clasificar en los siguientes: Micotoxigenic, Penicillia, Staphylococus Aureus, también se incluye a la mayoría de los Debariomicetes
Sacaromicetes.
En este rubro se ubican los líquidos azucarados y sus derivados como los jugos concentrados, maple y frutas.

Grado entre 0.80 – 0.75

Aquí se incluyen las bacterias halófilas, Aspergilli Micotoxigénico, aunque también pueden agregarse otras.
Jaleas, mermeladas, frutas glaseadas

Grado entre  0.75 – 0.65
Aquí se clasifican los que se denominan mohos Xerófilos: Saccharomyces Bisporus, Aspergillus Chevalieri, A. Candidus, Wallemia Sebi, entre otros.
Aquí se clasifican a los cereales de avena, los cuales poseen una concentración alrededor de 10% de humedad. También se pueden incluir a las jaleas, y las frutas secas, entre otros.
Grado entre 0.65 – 0.60

En este rubro se ubican las levaduras osmófilas,
Sacaromyces Rouxii, así como ciertos mohos como el Aspergillus Echinulatus, Monascus Bisporus.
En este rubro se ubican las frutas secas que contienen aproximadamente entre el
15% y 20% de grado de humedad.

0.50
No ocurre multiplicación y efectos microbianos.
Aquí se ubican una gran variedad de pastas, las cuales requieren un 12% de grado de humedad.
0.40
No ocurre multiplicación y efectos microbianos.

En este rubro se encuentra el denominado huevo deshidratado, el cual integra sólo el 5% de humedad.
0.30
No ocurre multiplicación y efectos microbianos.

Otro alimento que contiene un nivel mínimo de humedad, son las galletas, y lo que se denomina miga de pan. Éstos sólo poseen un grado de humedad entre 3% a 5%.
0.20
No ocurre multiplicación y efectos microbianos.

Aquí se ubican diversos vegetales y cereales que tienen una deshidratación, aunque también se incluye a la leche en polvo. Estos sólo presentan entre 2% y 3% grados de humedad.

3) Potencial redox (oxido-reducción): La capacidad oxidante o reductora de un medio, algunos microorganismos sólo se desarrollan en medios relativamente oxidantes (en presencia de aire, conocidos como aerobios), y otros exigen medios reductores y sólo crecen en ausencia de aire (anaerobios). 
4) Valor de pH: Grado de acidez del alimento, el cual varía bastante, dependiendo de las características químicas de éstos. Se consideran en dos categorías: 

Acidófilos: Crecen a pH bajos 
Alcalófilos: Crecen a pH altos 
El tiempo de almacenamiento también es uno de los factores determinantes para la proliferación de microorganismos. Entre más largo sea este tiempo, mayor riesgo para el alimento de tener proliferación microbiana. 

La alteración es reconocible por la actividad que los microorganismos ejercen sobre los alimentos. Para que se desarrollen bacterias y otros microorganismos, requieren de condiciones favorables. Si en el almacenaje y distribución se cumplen las normas de calidad, esto se controla. Sin embargo, cuando un alimento está contaminado continúan ciertas etapas sucesivas: 

    a) Fase inicial: La cantidad de microorganismos es muy reducido. 
  b) Etapa de aceleración del microorganismo: Su capacidad de movilidad y desarrollo comienza. 
   c) Etapa logarítmica: Los microorganismos se multiplican rápidamente, en consecuencia las toxinas aparecen degradando el alimento. 
  d) Etapa de aceleración negativa: En esta etapa ya no se multiplican las toxinas, pero la cantidad de gérmenes continua. 
   e) Etapa estacionaria: La cantidad de gérmenes es estable y constante. 
   f) Etapa de eliminación acelerada. 
 g) Etapa de eliminación o declive: La cantidad de gérmenes y microorganismos va en desaceleración. 

La conservación de los alimentos requiere mantener al máximo la vida útil del producto, por ello es de vital importancia controlar las etapas de latencia y aceleración positiva del grado de descomposición. El objetivo es que se desarrollen la menor cantidad de microorganismos posibles, esto se logra evitando la contaminación con recipientes y utensilios; creando condiciones desfavorables para el crecimiento microbiano; y aplicando acción directa sobre algunos microorganismos a través de un método de conservación.

CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DEL MÉTODO DE CONSERVACIÓN

Para seleccionar un método de conservación es muy importante considerar que el método que se utilice, garantice la máxima capacidad de conservación del alimento, es decir que su vida útil sea prolongada al máximo posible. 

Otro factor primordial, es lograr cambios mínimos en las características organolépticas y nutricionales de los alimentos, para tener un producto de óptima calidad. 

Debido a la inversión que puede generar la aplicación de un método de conservación, es fundamental tener un ámbito de aplicación amplio, tanto para alimentos similares como para los que no lo son, junto con un costo mínimo, aumentando la eficiencia de producción y distribución; primordialmente, que no dañe la salud del consumidor. 

La industria de los alimentos se enfoca en que las condiciones de estabilidad, seguridad e higiene eviten que los alimentos se descompongan y que ofrezcan frescura, buen sabor y una fecha de caducidad amplia. 

De acuerdo a la composición de los alimentos, y de los efectos que causa cada método de conservación sobre ellos, existen varias formas de clasificarlos. 

Aunque existen múltiples técnicas, la conservación por la acción del calor sobre los constituyentes de los alimentos, es una de las más importantes y más utilizadas en la preservación de la mayoría de los alimentos. Este proceso de tratamiento térmico se clasifica en dos grandes sistemas de conservación: 

Por bajas temperaturas, como el frío. 
Por altas temperaturas en el caso del calor. 

A su vez, los diferentes tipos de conservación se pueden agrupar en tres grandes bloques:

a) Sistemas de conservación que destruyen o inactivan los gérmenes, conocidos como bactericidas, entre los que se encuentran la esterilización, la pasteurización, la radiación, las altas presiones, etc. 
b) Sistemas de conservación que impiden el desarrollo de gérmenes, inhibiendo su crecimiento y proliferación en el alimento, conocidos como bacteriostáticos, entre los que se están la refrigeración, la congelación, la deshidratación, el ahumado, la adición de sustancias químicas, etc. 
c) Sistemas de conservación que evitan la recontaminación como el empaquetado, el procesado aséptico, el almacenamiento higiénico, considerando la aplicación de sistemas de calidad y buenas prácticas de manufactura. 

Los métodos empleados en la conservación de alimentos, han ido mejorando paulatinamente, hasta la actualidad, desarrollando una gama amplia de tecnologías, cuya finalidad es la preservación de los alimentos de una forma eficaz y eficiente. En el último apartado de esta unidad, se describirá una clasificación general de todos los métodos de conservación que existen hasta el momento.

LOS MÉTODOS DE CONSERVACIÓN, UNA CLASIFICACIÓN UNIVERSAL

Es importante destacar que los principios básicos del procesamiento se pueden aplicar a la gran mayoría de los alimentos, aunque existen amplias y claras diferencias entre los distintos grupos, por lo que la adaptación de procesos creados para un alimento en particular no siempre resultan convenientes para otros. 

A pesar del avance de la tecnología, todavía no existe un método que ofrezca una conservación ilimitada. Cualquier producto, natural o procesado tiene una fecha de caducidad. 

Aquí se ofrece una clasificación universal, aunque los avances tecnológicos están en constante desarrollo.

 













Métodos de conservacion de los alimentos
Bajas temperaturas
·         Congelación
·         refrigeracion

Altas temperaturas
·         escaldado
·         pasteurización
·         esterilización

Modificación del contenido de agua
·         deshidratación
·         liofilización
·         concentracion





Métodos químicos


·         modificación de las propiedades sensoriales


·         no modifica las propiedades sensoriales
Adicción de alcohol
Adiccion de grasas
Adicción de azucares
Adicción de sales
Ahumados
fermentaciones

Adición de otras sustancias químicas



Métodos emergentes
·         altas presiones
·         campos eléctricos
·         campos magneticos
·         pulsos luminosos
·         irradiación
·         tratamientos de superficies y revestimientos comestibles
·         encapsulación y liberación cotrolada

Mediante el control de la velocidad de microorganismos y bacterias se asegura una mayor disponibilidad de los productos. El frío retrasa la aparición de gérmenes y permite por un tiempo regular que el alimento conserve propiedades nutrimentales.

El frío mantiene frescos los alimentos, no elimina la posibilidad de que se desarrollen los microorganismos que se activan después de descongelarlos. 

Por otro lado, las altas temperaturas producen el efecto de terminar con las bacterias, pero también terminan con los nutrientes de los alimentos. Por lo tanto, es fundamental controlar la temperatura exacta para eliminar el riesgo y conservar lo benéfico del alimento. 

Otro mecanismo para conservar un alimento se orienta en el control del agua. Las bacterias y otros microorganismos se desarrollan mediante el agua, de este modo, si existe un control de la humedad se reduce la posibilidad de contaminación. Entre menos agua, menor capacidad de reacción de las enzimas y desarrollo de microorganismos. La deshidratación es un mecanismo que ayuda a la conservación.

Para la conservación de los alimentos también se requieren métodos químicos, los cuales se utilizan para aumentar su capacidad de resistencia y vida útil; son muy utilizados por la industria alimentaria, esto es positivo, porque de este modo posibilita tener mayor acceso y mayor durabilidad. 

Los métodos de conservación química se pueden clasificar en dos grupos: los que conservan las propiedades naturales del alimento y aquellos que alteran sus características organolépticas.

1) Métodos que no alteran las cualidades organolépticas de los alimentos: aquí se incluyen los conservadores químicos y aquellos compuestos con propiedad antiséptica. 

2) Métodos que alteran las cualidades organolépticas de los alimentos, como: 

   a. Agregar sal, se incluye el proceso de salazón y curado. 
   b. Proceso de ahumado. 
  c. Agregar algunos tipos de ácidos naturales, que producen métodos como el marinado, diversas formas de adobo, encurtidos y escabeche. 
  d. Agregar cantidades controladas de azúcar: mermelada, grajeado. 
  e. Métodos biológicos: fermentaciones (alcohólica, acética, butírica). 

Debido a los cambios tecnológicos, ha sido necesario introducir al mercado productos sanos, orgánicos y atractivos en su sabor. Existen nuevas formas de conservación que aumentan su calidad, estos métodos son conocidos como no térmicos o emergentes: radiaciones, ionizante (irradiación), y el método no ionizante (microondas). 

Otro método es el uso de altas presiones, así como el uso de campos eléctricos. Con el avance de la tecnología actual, con base en la producción masiva y multinacional, se agregan nuevos métodos como el envasado al vacío, que asegura la eliminación total de contaminación; de igual forma, la aplicación de atmósferas modificadas para el embalado

La conservación de alimentos es muy amplia, y los avances tecnológicos aumentan a diario, además la sociedad se encuentra en constante movimiento. En este sentido, una gran ventaja al aplicar un método de conservación a los alimentos es lograr mantenerlos durante largo tiempo, lo cual permite trasladarlos a cualquier lugar y consumirlos en cualquier momento, sin que causen daño a la salud. Sin embargo, una gran desventaja de los métodos de conservación son las alteraciones de las cualidades nutricionales y organolépticas del alimento que ocasionan, así como el aumento en su costo dependiendo del método de conservación empleada y la necesidad de condiciones especiales de almacenamiento.

LA CONSERVACIÓN TÉRMICA

La temperatura es el factor ambiental que se puede regular más fácilmente para controlar la carga microbiana por un tiempo determinado, aunque también se pueden utilizar otros agentes como algunos compuestos químicos. 

Con respecto a la seguridad alimentaria, la temperatura es uno de los factores más importantes que se deben considerar. 

Las altas temperaturas son perjudiciales y letales para la mayoría de los microorganismos. Por otro lado, las bajas temperaturas retardan considerablemente el metabolismo, disminuyendo el riesgo de desarrollar microorganismos. 

No existen métodos de conservación infalibles, mucho menos cuando se trata de refrigeración y congelación. Estos métodos sólo detienen el desarrollo de los microorganismos en los alimentos. Cuando la temperatura aumenta, los microorganismos se activan nuevamente.

De igual forma, el aprovechamiento de las propiedades conservadoras de muchas sustancias químicas ha originado numerosos métodos de conservación que el hombre desde tiempos antiguos, aun cuando desconocía una base científica, ha utilizado para la preservación de sus alimentos por más tiempo.

En la antigüedad, durante el Imperio Romano y en épocas posteriores, se utilizaba el calor en la cocción, pero no se usaba para conservar los alimentos. 

El uso del hielo en lugares rurales o apartados era la única forma de conservar los alimentos, lo cual cambió radicalmente con la introducción de la energía eléctrica y la implementación de tecnología, desde el siglo XV. 

Las bajas temperaturas conservan los alimentos por un corto tiempo, lo cual es la mayor limitación cuando la temperatura aumenta. 

Los verdaderos tratamientos térmicos industrializados se desarrollaron hasta la mitad del siglo XIX, cuando surgen los trabajos de Pasteur. 

En un recorrido muy breve por la historia, fue así como el hombre comenzó a utilizar los beneficios de la temperatura en la conservación de alimentos.

La temperatura es un concepto esencial, pero difícil de definir, y de manera general se refiere a una cualidad física que puede ser calor o frío. 

La temperatura es una “variable que nos permite saber si dos sistemas están en equilibrio térmico uno con respecto al otro”. 

La temperatura puede determinar la calidad final que tendrá el producto. 

La zona de peligro para el crecimiento microbiano en los alimentos se encuentra entre los rangos de temperatura de 5.0°C a 60°C, es importante mencionar que en este caso, los alimentos no deben estar sin consumir más de veinticuatro horas, por esta razón la temperatura es una variable muy importante para la industria de alimentos en términos de seguridad alimentaria.

A menudo el calor o el frío percibido por las personas tiene más que ver con la sensación térmica, que con la temperatura real. Las nociones de caliente y frío son términos puramente relativos que pueden ser comparados con la utilización de una unidad ºC o ºF”.

La escala del termómetro convencional es de 0 a 100ºC o de 32 a 212ºF; las fórmulas para realizar la conversión de una escala a otra son: ºC = (ºF-32)/1.8 y ºF=32+1.8 (ºC)

Los tiempos y temperaturas que se recomiendan para los tratamientos térmicos, son los mínimos encontrados para alcanzar una destrucción adecuada del número normal de microorganismos, a la vez que producen un mejor sabor y apariencia”.

En este sentido, para mejorar la apariencia y evitar la descomposición de los alimentos, se debe controlar la temperatura.

Los procesos térmicos se enfocan esencialmente en dos aspectos: 

1) La resistencia de los microorganismos. 
2) La velocidad para modificar las propiedades de los alimentos, ya sea de calor o frío. 

Estos dos factores se emplean para calcular el proceso térmico, y cada uno depende a su vez de otros factores

Entre los métodos de conservación, destacan los métodos basados en la acción de bajas temperaturas, es decir, el depósito refrigerado o la conservación por congelación; estas técnicas mejoran extensos campos de la comercialización de los alimentos cuando se aplican correctamente, dando como resultado: mejor abastecimiento del mercado, calidad superior de los artículos y disminución de las pérdidas. 

Las temperaturas bajas permiten que los efectos de las reacciones químicas y enzimáticas sean más lentos, y que el crecimiento de algunas bacterias se vea limitado.

La conservación de los alimentos se asegura mientras exista una temperatura baja, y entre más baja, mayor probabilidad de conservación; de este modo, las reacciones naturales de los alimentos estará controlada, logrando que se conserven los alimentos, y a su vez, se mantengan sus propiedades gustativas y nutritivas. 

Las maquinarias que conservan el frío, denominadas cámaras de refrigeración, son necesarias para mantener una temperatura estable. Cada alimento necesita una temperatura diferente de conservación, por ello, estas cámaras son importantes para mantenerlos frescos. La cámara de refrigeración debe regular la temperatura, humedad, tiempo y compatibilidad organoléptica de cada alimento específico.

Las cámaras son muy importantes para mantener los alimentos frescos, pero también es crucial el tipo y la organización de almacenamiento. No todos los productos requieren la misma temperatura. Si se exponen los alimentos a temperaturas más bajas, principalmente algunos vegetales y frutas, éstos pueden quemarse y oxidarse por el exceso de frío.

Por ello, en la década de 1990 surge el término de cadena en frío, que se define como “el control permanente de temperatura de un alimento desde su producción, traslado planta, proceso, elaboración, almacenamiento, traslado al lugar de expendio, consumidor y posventa”

En la cadena en frío, se deben controlar los siguientes puntos: 

a) Regular las bajas temperaturas en el almacén del cliente. 
b) Regular las bajas temperaturas en el anaquel del cliente. 
c) Manejo estricto de los tiempos de caducidad. 
d) Manejo del frío en cámaras de refrigeración. 
e) Regular las bajas temperaturas en la carga del transporte. 
f) Manejo de las bajas temperaturas en la transportación. 
g) Manejo de las bajas temperaturas en los camiones de descarga. 

Usar el frío es un método muy común en la industria, en los negocios pequeños y en los hogares. Generalmente, se usa para mantener el sabor y las propiedades organolépticas de los alimentos. 

Para conservar los alimentos con este método, es necesario considerar las siguientes recomendaciones: 

1) Requisitos específicos de temperatura de cada alimento. 
2) Vigilar que los alimentos almacenados, en el mismo espacio de las cámaras, sean compatibles entre sí, para evitar contaminación o impregnación de olores naturales del alimento. Por ejemplo, es un error almacenar cebollas con productos lácteos. 
3) Clasificar los alimentos en perecederos y no perecederos. 
4) Identificar la humedad del ambiente. 
5) Conservar los alimentos en lugares adecuados, almacenándolos de acuerdo a su disponibilidad y demanda, cuidando el grado ventilación. Esto se consigue diseñando adecuadamente los espacios de almacenamiento para proteger la integridad del alimento. 
6) Conservar siempre la cadena en frío en los alimentos. 

Cumplir los requisitos anteriores, favorecerá la economía de las empresas y negocios, esto incluye el almacenamiento, la distribución y la rotación de los productos.

Las empresas, así como los pequeños negocios, deben emprender estrategias de educación y conocimiento en el manejo de la temperatura. Si el personal está capacitado, los alimentos tienen menor riesgo de descomposición o de generar bacterias por contaminación cruzada.

Algunos requisitos básicos para mantener en condiciones de sanidad a los alimentos son los siguientes: 

a) La circulación del aire debe ser organizada. Para evitar que los productos adquieran moho o un grado inadecuado de humedad, deben estar “separados de la pared por lo menos en diez centímetros”, y si esta distancia es mayor es mucho mejor. 
b) Esa misma distancia se debe asegurar con respecto del piso y del techo. 

Si se logran estas condiciones, los productos podrán tener la vida útil máxima de la fecha de caducidad.

Refrigeración

La refrigeración es un método y técnica de conservación a corto plazo, permite mantener a los productos en niveles bajos de temperatura y de proliferación de bacterias, es importante recordar que la humedad genera mayores condiciones de crecimiento de hongos, así como de otros microorganismos, por ello es necesario el estricto control de la temperatura. 

La refrigeración es el “método de conservación físico con el cual se mantiene un producto a una temperatura máxima de 7°C”.

La conservación por refrigeración se realiza a temperaturas próximas a 0°C, “generalmente entre 2 y 5 ºC en frigoríficos industriales, y entre 8 y 12ºC en frigoríficos domésticos”

Comúnmente, la temperatura de un refrigerador doméstico, en buenas condiciones, en cualquier hogar, mantiene una temperatura que puede variar entre 5 y 12°C, lo cual no garantiza detener la aparición de microorganismos en los alimentos.

Estos métodos de conservación son provisionales, por ello, un requisito básico es que los alimentos tengan una temperatura constante, si existe una variación se puede propiciar el crecimiento de microorganismos; lo aceptable es una variación de entre 1°C a 2°C, de lo contrario se afecta la calidad del producto. 

Como método que utiliza bajas temperaturas, es menos efectivo que la congelación, sobre todo porque la temperatura no es tan baja como para asegurar que la actividad de los microorganismos se detenga.

Este método no elimina las bacterias, solamente frena su crecimiento hasta un punto y retrasa las reacciones de descomposición, aunque al elevar la temperatura esto queda expuesto. 

La actividad de los microorganismos que deterioran los alimentos se elimina o retarda con mayor eficacia con el empleo de calor o frío, pero el frío tiene la ventaja de conservar mejor el sabor, la textura y la apariencia de muchos productos.

En esencia, la refrigeración es la absorción del calor para retardar su efecto y que comience el proceso de descomposición de los alimentos, debido a que el calor acelera el crecimiento y desarrollo de diversas bacterias, y el frío detiene este proceso.

La refrigeración modifica poco las características sensoriales y el valor nutritivo del alimento, debido a que conserva al alimento por un tiempo relativamente corto (no más de quince días para la mayoría de alimentos), pero esta vida útil dependerá tanto de la naturaleza del alimento, como del envase que lo proteja. 

Existen dos formas básicas de refrigeración: “naturales y mecánicas”:

En las formas naturales, se utilizan los derivados de la congelación como el hielo, el hielo seco, o simplemente que el producto o alimento se introduzca en agua que tenga profundidad, lo cual mantiene estable la temperatura y no permite que se acelere su deterioro. 
Las formas mecánicas se basan en un proceso de evaporación del refrigerante líquido que está en el interior de una maquinaria, esto permite que el frío recorra constantemente el refrigerador y que la temperatura esté regulada de manera artificial, y muy por debajo de la temperatura del medio ambiente. 

La refrigeración a nivel comercial se utiliza mayormente para conservar alimentos perecederos como carne, frutas y hortalizas.

El tiempo de caducidad de un producto en refrigeración es muy corto, por ejemplo, algunos alimentos pueden durar frescos antes de la descomposición entre uno y dos días, lo cual es muy poco; otros pueden resistir hasta quince días. De este modo, la refrigeración es menos efectiva que la congelación. 

Un elemento adicional en el ambiente interno de un refrigerador se enfoca en su grado limpieza. Por ejemplo, la mezcla de diferentes tipos de alimentos, algunos con grasa y otros como frutas de estructura suave, es el caso de las fresas, pueden descomponerse rápidamente y los microorganismos pueden transferirse de un alimento a otro. 
Una recomendación práctica es sellar perfectamente los productos antes de introducirlos al refrigerador, esto evitará que se contaminen, o bien, que contaminen a otros alimentos. 

En el caso de las hortalizas, la temperatura mínima para mantenerlas debe ser de -1°C, sino existe esa temperatura, se pueden descomponer muy rápido.

Congelación

A través del tiempo, las empresas han implementado innovaciones para mantener congelados los alimentos. De tal forma, que se pueden congelar por grandes periodos de tiempo, productos como las frutas, una gran variedad de verduras, diversas carnes, pescados y alimentos denominados precocinados. 

La congelación se define como “un método de conservación que no consiste en esterilizar los comestibles, pero si detiene el crecimiento y la multiplicación de los microorganismos”.

Existen otros métodos que pueden ser más efectivos para eliminar bacterias o microorganismos, sin embargo, el objetivo de la congelación es preservar el producto en condiciones naturales, sin agregar algún conservador. 

Esto se puede considerar como una desventaja, pero no es así, la congelación no requiere de inversión, es decir, no se necesita agregar algún químico costoso, sólo se requiere un refrigerador en buenas condiciones, y en el caso de grandes cantidades de producto, entonces se necesita un refrigerador de proporciones industriales. 

La congelación no esteriliza, sólo conserva; esto es positivo, ya que también previene que los agregados químicos se trasladen a otros alimentos. Una limitación de este método, es que si existe alguna contaminación, ésta también se congela, y se activará al descongelar el alimento, debido a que algunos microorganismos sobreviven al frío. Por ello, cuando se ha descongelado el alimento se debe cocinar inmediatamente, para evitar que los microorganismos comiencen a degradar el alimento.

La congelación es una conservación a largo plazo, que se realiza mediante la conversión de agua en cristales de hielo y su almacenamiento a temperaturas de -18°C o menos (-20ºC a -22ºC), para limitar que los microorganismos se desarrollen y afecten a los alimentos. 

“La congelación actúa a dos niveles: 

a) Disminuyendo la temperatura del alimento. 
b) Disminuyendo la Aw (congelando el agua disponible del alimento)”. 

De este modo, se prolonga la vida útil del alimento, por ello, la congelación se considera como una de las mejores técnicas de conservación, es importante señalar que si el alimento fresco está en buen estado, el producto congelado será de mejor calidad. 

Se deben considerar las temperaturas a las cuales se inhibe el crecimiento microbiano. Así, “las bacterias dejan de producirse de -5 a -8°C, las levaduras de -10 a -12°C y los hongos de -12 a -18°C”.

El método de congelación impide la proliferación de bacterias y diversos microorganismos; aunque, como se indicó, no elimina el riesgo de contener bacterias, ya que algunas persisten aún congeladas, y al elevar la temperatura por motivos naturales, es decir, simplemente dejar que se descongele el producto, se multiplican con mayor velocidad, incluso antes de que el producto sea congelado. 

Si al almacenar los alimentos, se desea conservarlos por un tiempo suficiente para comercializarlos, se debe cumplir con el mínimo de grados de congelación. 

En un refrigerador de cualquier hogar, los alimentos generalmente se conservan a una temperatura de aproximadamente -18°C, la cual está en el límite. En la industria, los congeladores no sólo poseen una gran capacidad en metros cuadrados, sino que además pueden alcanzar una temperatura de hasta -29°C.

En cierta forma, la calidad del alimento congelado depende del tamaño de los cristales de hielo que se generan durante el proceso de congelación, entre más pequeños sean, menos alterarán la estructura del alimento al descongelarlo. 

Una gran variedad de productos se pueden conservar en un congelador común de cualquier hogar por un periodo de tres hasta doce meses. Aunque es importante mencionar que los alimentos pueden tener ciertas alteraciones químicas como la oxidación de vitaminas y de las grasas contenidas en ellos.

El proceso de conservación de alimentos por calor se puede considerar como una técnica muy antigua. 

Todas las técnicas culinarias de cocción, como asados, frituras, hervidos, etc., son diversas formas encontradas por el hombre, a lo largo del tiempo, para mejorar las propiedades sensoriales de los alimentos, produciendo también su conservación, sin embargo, estos métodos culinarios no en todos los casos lograban una esterilización del alimento. 

Aunque actualmente, y debido al avance de la ciencia y la tecnología, una de las técnicas que se han desarrollado ampliamente para conservar los alimentos es la utilización del calor, pues elimina las bacterias permitiendo que el producto tenga mayor vida útil. La transferencia de calor se puede definir como “energía que es transferida de un cuerpo a otro, por radiación, conducción y/o convección.

 La intención de utilizar las altas temperaturas es la eliminación casi absoluta de microorganismos, toxinas y enzimas, las cuales pueden afectar drásticamente al producto. 

El proceso térmico por altas temperaturas aplicado a los alimentos se puede efectuar en dos formas diferentes: 

1) El alimento es colocado en el envase, sellado y posteriormente calentado por un tiempo y temperatura específicos, para lograr su esterilidad comercial: proceso conocido como envasado convencional. 

2) El alimento se calienta por un tiempo y temperatura suficientes para alcanzar su esterilidad comercial, y después se coloca en un envase estéril y se sella: conocido como proceso aséptico.

Determinar las condiciones y el proceso no es sencillo ya que depende de diversos factores: 

a) Origen del alimento. 
b) Dimensiones y materiales del envase (si el alimento lo requiere). 
c) Conocer los procesos térmicos a utilizar. 
d) Cualidades de desarrollo y nivel de resistencia de microorganismos. 
e) Penetración de calor. 
f) Punto frío. 
g) Transferencia de calor. 

Los principios que rigen el procesamiento térmico se aplican tanto al alimento como al envasado convencional para proceso aséptico. 
Es fundamental calcular el tiempo y temperatura que se debe aplicar a un alimento determinado, para obtener una esterilidad efectiva sin dañar (o afectar lo menos posible) su calidad, y para ello se requiere conocer: 

a) Tiempo que requiere el alimento para alcanzar la temperatura deseada. 
b) Lapso de tiempo que se requiere para bajar la temperatura de un producto. 

Esto permite establecer la velocidad de penetración del calor, es decir, la velocidad de calentamiento del alimento o producto. 

Los factores que determinan la velocidad de penetración de calor son:

a) La naturaleza (composición) y consistencia del alimento. Ya que por sí mismo condiciona el mecanismo de propagación de calor. Por ejemplo, el aumento de azúcar retrasa la velocidad al igual que la presencia de grasa en el alimento. Así mismo en alimentos viscosos o troceados, la penetración de calor es más lenta. 
b) El tamaño y la forma del envase (en el caso de alimentos envasados). Entre más grande sea, mayor tiempo se requiere para que el centro alcance la temperatura deseada. 
c) El material del envase. La penetración de calor es más lenta en el vidrio que en envases de metal.

Para destruir los microorganismos en un alimento con o sin envase, el calor suministrado debe penetrar en todos los puntos del recipiente. Por lo general, las altas temperaturas afectan primero la parte exterior de los alimentos. Entre mayor es la temperatura, mayor posibilidad de que el producto alcance su estado óptimo de sabor y apariencia. Si el calor no es el adecuado, la parte central del alimento no alcanzará su sabor idóneo.

El centro geométrico de un envase o de la masa del alimento, es donde se localiza la región que normalmente tarda más en calentarse y se conoce como punto frío. Es una región crítica donde hay mucha posibilidad de que los microorganismos sobrevivan

Un tratamiento térmico que alcance este punto, garantiza que todos los demás puntos del alimento o recipiente alcanzaron la misma temperatura. 
Otro factor determinante en la aplicación de un tratamiento térmico, es conocer como se produce la transferencia de calor en el alimento y en el envase. 

En alimentos sólidos, el calor se propaga por conducción, por ello, el calentamiento es lento, ya que pasa de una partícula a otra por contacto debido a choques moleculares, lo que provoca el sobrecalentamiento del producto en las partes pegadas al envase o más cercanas a la fuente de calor, por ejemplo, las espinacas, las calabazas, los líquidos muy viscosos, la carne y el pescado. 

En alimentos líquidos, el calentamiento es por convección, que es la forma más rápida de transferencia de calor, ya que se forman corrientes conectivas dentro de la masa líquida por la disminución de la densidad del producto en las zonas más calientes, por ejemplo, productos fluidos como sopas ligeras, jugos, néctares y partículas sólidas en líquidos claros como hortalizas en salmuera.

Lo que se busca al aplicar un tratamiento térmico por altas temperaturas a un alimento es su calentamiento y enfriamiento rápido, que permita evitar o reducir oscurecimientos, así como la pérdida del valor nutritivo y evitar el sabor a quemado o sobrecocido.

En la actualidad, los métodos de conservación que se emplean en la industria alimentaria, ordenados por la intensidad del tratamiento térmico que se aplica, son: la técnica de escaldar, pasteurizar líquidos y esterilizar diversos productos.

En la industria, además del proceso de congelación, también se aplica el proceso de ultracongelación, el cual “consiste en una conservación a largo plazo, mediante la conversión del agua del alimento en hielo con gran rapidez y almacenamiento a temperaturas inferiores a -40°C”.

La ultracongelación, se utiliza en una gran diversidad de productos, ya que alarga la vida de anaquel de los alimentos que son sometidos a este proceso (mínimo cuatro meses), entre los cuales se pueden encontrar productos de carne, pescados, verduras, así como productos semi-elaborados como croquetas, hamburguesas, pescados empanizados, entre otros. Este método, también se utiliza bastante en procesos culinarios para almacenar materias primas.

Liofilización 

La liofilización o también conocida como crio-deshidratación, es una variante de los métodos de conservación por reducción de contenido de agua y eliminación de calor. 
Es un método muy utilizado, aunque se limita a productos alimenticios de elevado costo; su principal ventaja es mantener la apariencia y textura de los alimentos, y una excelente reconstitución a diferencia de los métodos de secado.

Esta tecnología consiste en someter al alimento a un proceso de bajas temperaturas (congelación) y bajas presiones, seguido de una sublimación.

Este proceso se logra debido al denominado punto triple de las fases del agua, que permite el paso del agua sólida a vapor directamente, sin pasar por líquido.

Este proceso se desarrolla en dos etapas: 

a) “Ultracongelación (siempre por debajo de -40°C) 
b) Desecación (se elimina alrededor del 90% del contenido acuoso)”.

Es recomendable aplicar este método en alimentos que son muy inestables, es decir, sensibles a tratamientos térmicos severos, que necesitan una excelente y rápida reconstitución, y reducción de peso. 

Actualmente, este método se aplica a productos que requieren una excelente reconstitución, que los métodos convencionales de secado no ofrecen, como: café instantáneo, té instantáneo, extracto de especias, huevo en polvo, champiñones, mariscos para sopas en polvo; materias primas para alimentos procesados como carne en trozos, verduras, productos lácteos, fresas para la fabricación de helados, entre otros. 

Otra aplicación muy importante es para la preparación de alimentos destinados a hospitales y para astronautas.

Escaldado 

Es importante mencionar que el escaldado no siempre se emplea como un método de conservación, generalmente se utiliza como una operación preliminar, que se realiza antes de aplicar el proceso específico, pero debido a lo que consigue, actúa como un método de conservación, de ahí la importancia de estudiarlo. 

El escaldado consiste en someter al alimento (materia prima) a alguno de los siguientes procesos, todo depende del alimento a tratar: 

a) Escaldado con agua caliente: Se somete al alimento a una inmersión en agua caliente a una temperatura de 85ºC a 98ºC. Esta forma es muy eficiente y uniforme, ya que el proceso se puede controlar adecuadamente. Las desventajas que presenta es el gran volumen de agua requerido y el riesgo de lixiviación (extracción) de algunas vitaminas y minerales importantes para la nutrición. 
b) Escaldado por vapor: Se expone el alimento al vapor vivo. Con este método los productos retienen su valor nutricional. Su mayor desventaja 
es que resulta menos eficiente, ya que requiere mayor tiempo para la inactivación de enzimas. Además, es más complicado controlar el tiempo y temperatura, ocasionando daños al producto. 
c) Escaldado químicos: Se utiliza cuando los dos métodos anteriores provocan daños graves al alimento, como en el caso del higo o la fresa, ya que éstos son muy delicados. Se realiza mediante la adición de un químico, utilizando compuestos como dióxido de azufre, sulfitos que reaccionan con compuestos fenólicos, inactivando enzimas.

En estos procesos debe existir un control preciso del tiempo y la temperatura. La selección del método utilizado estará en función de la disponibilidad de agua o de la facilidad de producción de vapor, del equipo disponible, así como del producto a tratar principalmente. 

Los objetivos del escaldado dependen del tipo de alimento; en general, se pueden mencionar los siguientes:

a) Ayuda a la inhibición de la acción enzimática (peroxidasa y catalasa que producen oscurecimiento en el alimento), evitando las reacciones químicas y de oxidación del alimento. Contribuye a un producto de mayor calidad y valor nutricional. 
b) Expulsión de gases (O2 y CO2) generados por el proceso natural de respiración de los alimentos, consiguiendo un mejor vacío al momento de envasar. 
c) Suavización del alimento, logrando un producto más manejable para el proceso de envasado. 
d) Facilitación de operaciones preliminares como el pelado, cortado, extracción de pulpa, etc., de acuerdo al alimento que se aplique. 
e) Fijación del color natural de ciertos productos, dando una mejor apariencia para el consumidor. 
f) Remoción de sabores y olores no deseables de la materia prima, que pudieron adquirir durante el almacenamiento. 
g) Adición de limpieza al producto. 
h) Reduce el número de microorganismos contaminantes, principalmente mohos, levaduras y algunas bacterias que se encuentren en la superficie de los alimentos. 

Por lo tanto, el escaldado contribuye al efecto conservador de operaciones posteriores, como la aplicación de métodos como la congelación, el deshidratado, el enlatado o la esterilización comercial, etc. El escaldado es más utilizado en el caso de frutas y hortalizas, aunque también se utiliza de forma similar en los crustáceos y aves para la limpieza y eliminación de partes no comestibles.

Producto
Método de escaldado
Tiempo
Temperatura
Observaciones
Chicharro
Agua caliente en ebullición
1 – 5 minutos dependiendo del estado de madurez
80 a 85ºC
Remueve olores y sabores. Fija el color. El agua dura endurece y produce correosidad en el producto
Espárrago
Agua caliente o vapor vivo
3 a 5 minutos / 1. 5 a 3 minutos
95 -100ºC / 110ºC
Elimina olores fuertes, y facilita el llenado de envases
Judías verdes
Agua caliente
1.5 a 2 minutos
85º C
Remueve olores y facilita el llenado y control de peso
Espinaca
Agua caliente
6 minutos
80º C
Fija el color. Inactiva la clorofilasa. El tamaño de las hojas indica el grado de desarrollo, que influye en el tiempo.
Batata
Vapor vivo
1 a 3 minutos
98º C
Inactiva encimas y facilita el pelado
Chile o pimiento
Agua caliente, vapor vivo o flama directa
5 minutos. De 1  4 minutos / de 1 a 4 minutos
100º C / 115º C / > 115ºC
Facilita el llenado
Tomate
Agua caliente o vapor vivo
1 a 2 minutos
95º C
Elimina el aire, agrieta y afloja la piel
Albaricoques y melocotones
Agua caliente o vapor vivo
1 a 2 minutos
80º C
Evita el oscurecimiento u facilita la extracción de la pulpa
Manzana
Vapor vivo
1 a 2 minutos
100º C
Evita el oscurecimiento. Elimina el aire. Facilita la extracción de la pulpa
Pasteurización 

El método pasteurización o pasterización surge a partir del apellido del científico francés Louis Pasteur, debido a que fue quien descubrió este proceso. 

La pasteurización se define como el “tratamiento térmico al que se someten los productos, consistente en una adecuada relación de temperatura y tiempo que garantice la destrucción de organismos patógenos y la inactivación de enzimas de algunos alimentos”.

El propósito de pasteurizar se concentra en eliminar al máximo los riesgos de bacterias patógenas que descomponen los alimentos y causan daño a la salud del consumidor. La pasteurización debe ser acompañada de un rápido enfriamiento para eliminar los microorganismos patógenos. 

Es un tratamiento relativamente suave, ya que maneja temperaturas inferiores a los 100°C. Se utiliza para prolongar la vida útil de los alimentos durante varios días o meses. 

Se emplean temperaturas de 60ºC-65ºC por tiempos prolongados (de 3 a 4hr.) o de 75°C-90°C y tiempos muy cortos (2-5 min.). El proceso de pasteurización requiere que los alimentos se mantengan a bajas temperaturas, en promedio de 4°C. 

La intensidad del tratamiento térmico y la prolongación de su vida útil se determinan principalmente por el pH del alimento.

Este método se utiliza bastante en alimentos muy perecederos como la leche, el huevo líquido, o en alimentos con pH característicamente ácido, como los jugos de frutas, la cerveza, el vino, las hortalizas encurtidas, etc. 
Su objetivo es la destrucción selectiva de microorganismos patógenos (algunas bacterias, mohos y variedades de levaduras) presentes en los alimentos, así como controlar la actividad de enzimas y procurar modificaciones mínimas en la composición nutritiva y características propias del alimento. 

Las condiciones de pasteurización se deben definir para cada producto, según la composición de microflora y las propiedades del medio, considerando: 

a) “La temperatura que debe alcanzarse 
b) La duración de la exposición a esta temperatura”.

Otro factor determinante en la pasteurización es la naturaleza química del alimento a conservar: 

1) En alimentos perecederos con un grado de acidez bajo, como la leche; el proceso está orientado a eliminar las bacterias patógenas y la disminución de flora banal. 
2) Por otro lado, en “alimentos con un pH ácido, como jugos de frutas cítricos, vinos, cervezas, entre otros, se busca eliminar microorganismos que causan la modificación e inactivación enzimática, lo cual puede ser un riesgo”.

En general, se aplican dos grandes grupos de tecnologías de pasteurización: 
La pasteurización alta se define como la aplicación de altas temperaturas (75-90°C) y tiempos cortos, entre dos y cinco minutos, afectando a los microorganismos, pero no a los componentes químicos; se aplica a productos como jugos de frutas, vinos, hortalizas encurtidas, etc. 

Por otro lado, también se puede lograr la pasteurización bajando la temperatura a 62°C por tiempos más prolongados, por lo menos media hora. Se aplica a los productos y derivados de la leche.

La pasteurización prolonga la vida útil del alimento, no obstante su efectividad no es absoluta, más bien, debe ser entendida como relativa, por ello, generalmente se utilizan métodos complementarios para asegurar la integridad.

Esterilización 

De manera estricta, una esterilización total en los alimentos implicaría la destrucción de cualquier tipo de vida, incluyendo la destrucción de los mismos. 

La esterilización elimina todos los microorganismos (patógenos o no) que puedan estar vivos en el alimento. Este método se relaciona con los productos que se envasarán de manera hermética en latas o frascos de vidrio; es un proceso muy drástico, en el que se somete al alimento a temperaturas entre 118ºC a 120ºC por tiempos muy cortos (1 min). 

Entre los procesos térmicos para lograr la conservación segura de los alimentos, se originó el término de esterilización comercial, que se define como el “tratamiento térmico aplicado al producto para la destrucción de todos los microorganismos viables de importancia en la salud pública y aquellos capaces de reproducirse en el alimento bajo condiciones normales de almacenamiento y distribución, sin la condición de refrigeración”.

El proceso de esterilizar es utilizado en diversos productos, entre los cuales se encuentran la leche y el zumo (producto que resulta después de la extracción del jugo), este proceso permite que el producto tenga mayor tiempo de caducidad. 

Cuando se pasteuriza un alimento, éste se somete a temperaturas menores de 100°C; y se denomina esterilización, cuando el alimento se somete a temperaturas que están por encima de los 100°C.

Este método es el más fuerte, ya que el alimento se expone a altas temperaturas, superiores a los 100°C (en un rango de 115 y 120°C) por tiempos cortos.

En muchas ocasiones, estos métodos de conservación originan una disminución de la calidad nutricional y organoléptica del alimento. Estos dos métodos de conservación por altas temperaturas, se describirán ampliamente en la siguiente unidad. 

Para efectuar un proceso de esterilización, se debe considerar la cantidad y la resistencia del pH de los alimentos, además de la termorresistencia de los microorganismos. 

En este sentido, los microorganismos patógenos conocidos como esporulados pueden aparecer con mayor frecuencia en alimentos que contienen una acidez baja (pH mayor a 4,5), entre los cuales están el clostridium botulinum que es muy riesgoso. 

En la actualidad, existe otro proceso denominado UHT (Ultra High Temperature), cuya aplicación se produce en un rango de temperaturas de entre 135 y 150°C por tiempos muy cortos, de cuatro a quince segundos, y que garantiza la eliminación de microorganismos que generan esporas dañinas para la salud.

Este método de conservación se utiliza en diversos productos como “zumos de frutas, derivados lácteos, sopas, helados, entre otros productos”.

La conservación aumenta la capacidad de mantenimiento y vida útil. El tiempo de caducidad puede variar, pero por lo menos asegura tres meses sin refrigeración; otros alimentos pueden perdurar hasta por cinco años. 

En general, este “método de conservación se realiza en autoclaves o en esterilizadores modernos”.

Este tratamiento se puede aplicar a productos ya envasados, o de manera previa a su envasado. 

Exponer a los alimentos a altas temperaturas, o que los productos experimenten más temperatura de la adecuada, puede provocar la pérdida de nutrientes y afectar su nutrimento y sabor.

Cuando los tratamientos térmicos no son los más adecuados para la conservación de alimentos, se emplea la conservación química.

Cocción 

Otro método de conservación muy utilizado en la industria alimentaria, sobre todo como una técnica culinaria básica, que emplea altas temperaturas, es la cocción. 
El objetivo principal de este método es que el alimento sea comestible, agradable a la vista y que “sea preparado a la temperatura correcta para mejorar sus características organolépticas, cuidando estrictamente la relación tiempo-temperatura”.

Debido a que las temperaturas que se aplican en este proceso son leves, el calor elimina las posibles amenazas bacterianas, aunque si bien la cocción es utilizada para la preparación de alimentos, no puede ser considerada como un método de conservación como tal, pues una vez que el alimento deja la fuente de calor, favorece el comienzo de la descomposición gradual por los microorganismos que no se destruyeron y comienzan la liberación de toxinas dañinas a la salud del consumidor. 

Uno de los inconvenientes es lograr que la cocción termine con los potenciales riesgos. Para que los alimentos mantengan su estructura y sean sanos y libres de bacterias, se necesita considerar lo siguiente: 

a) “El tamaño y grosor del alimento. 
b) El calentamiento y si la temperatura del líquido es adecuada, en este caso del agua, o bien del aceite. 
c) El tiempo de cocimiento del alimento”.

Entre las técnicas y métodos para aplicar cocción, los que más se utilizan se pueden clasificar de la siguiente manera: 

1) Cocciones en medio no líquido: Con fuego directo (asar a la parrilla, a la plancha) y con fuego indirecto (Asar al horno, gratinar, baño maría). 
2) Cocciones en medio graso: Salteado y fritura. 
3) Cocciones en medio acuoso: Sancochado, cocer o hervir, escalfar y cocción al vapor. 
4) Cocciones mixtas: Estofar, brasear, guisar, rehogar y sofreír. 
5) Cocciones especiales: Cocción al vacío, cocción con microondas.71 

Estos métodos utilizan el aire caliente para transformar la estructura de los alimentos, y se aplican a una gran cantidad de alimentos como carnes, pescados, cereales, leguminosas, hortalizas, etcétera. El asado requiere de aceite artificial o natural, además de la combinación del aire, que origina una reacción que produce asado en el alimento. 

El propósito de este método es conservar el alimento mediante la eliminación o inhibición de microorganismos que pueden prevalecer en la superficie del alimento o estar en su interior. Los microorganismos pueden sobrevivir en medios ricos en agua, por ello como se ha mencionado en unidades anteriores, la deshidratación es muy útil para reducir al máximo este riesgo. 

Entre los métodos de conservación, el asado es de los que menos vida útil ofrece al alimento. En términos simples, si el alimento no se somete a temperaturas de cocción y posteriormente se consume, pierde su estabilidad, disminuyendo su vida útil. Por ello, este método de cocción se debe combinar con otro método de conservación como el refrigerado y el envasado. 

En el caso del horneado, la cocción es diferente, el alimento no se cuece por exponerlo al agua o al aceite, más bien el calor se distribuye por los límites del horno, esto permite que el calor sea uniforme y que el alimento mantenga una cocción equilibrada y constante. Una aplicación muy común de esta técnica culinaria es en carnes y repostería (pasteles, galletas). “La utilización del horno permite que la temperatura se distribuya por convección, y en un segundo momento por conducción”.

La cocción con microondas también es un método muy utilizado. Esta tecnología se basa en el efecto de las ondas electromagnéticas (microondas); en términos generales, las ondas en el interior de los alimentos se trasforman en calor. “Este tipo de herramienta permite que las moléculas activen el agua en el interior del alimento y por lo tanto, por dentro se active el calor, aumente su temperatura y ocurra la cocción”.

Aunque el uso de microondas en la cocina permite obtener resultados rápidos, esto no significa que en el interior del alimento siempre se obtenga el mismo resultado, ni en el sabor ni en la profundidad del producto. De acuerdo al producto, frescura y densidad, el resultado puede variar. De hecho, en algunas etiquetas existe una leyenda indicando que los resultados pueden variar a la imagen de la presentación del producto alimenticio.

Un efecto negativo y riesgoso se produce al eliminar el agua del interior del alimento mediante la evaporación, ya que algunos microorganismos pueden sobrevivir en las superficies del alimento, en el plato, etc. Por lo tanto, el uso del horno de microondas también presenta sus limitaciones, aunque este tema es polémico y no existe todavía un parámetro que pueda medir las consecuencias del uso de ondas en los alimentos, tal vez este debate se genere en las próximas generaciones. 

Para contrarrestar el efecto de la utilización del horno de microondas, se prefiere la cocción tradicional, ya que aunque ésta es lenta, no produce efectos secundarios y se puede controlar la limpieza y la higiene.

Fritura 

La fritura es una de las técnicas culinarias más utilizadas para consumir y preparar alimentos. Este método se puede definir como la “cocción total o parcial de un alimento por inmersión en cuerpo graso caliente, dando lugar a la formación de costra o corteza dorada”.

Este tipo de productos son de fácil acceso; existe una gran variedad de productos procesados y la competencia entre marcas es muy grande. El consumidor tiene una amplia variedad para elegir, así como disponibilidad inmediata. 

Los diferentes tipos de frituras también se conocen como comida rápida “fast food”; esta comida es de preparación sencilla y económica, y actualmente se ha extendido bastante. 

En la comida rápida, un elemento crucial en la preparación y procesamiento de los alimentos es que se utilizan altos grados de temperaturas con aceite, por lo tanto, este tipo de productos ofrece una textura crujiente, atractiva y de buen sabor, aunque no necesariamente implique buenos nutrientes. 

Cualquiera que sea el tipo de fritura, es diferente de otros procesos de cocción debido a que provoca sobre el alimento un calentamiento rápido y uniforme, con formación de corteza o costra. “Para conseguir un acabado crujiente, el tratamiento requiere de aceite a temperaturas de entre 160 y 200ºC para cumplir con el objetivo de transformar las propiedades organolépticas de productos y alimentos”.

La fritura deshidrata y destruye térmicamente todos los microorganismos que puedan descomponer el alimento, debido a que se reduce la Aw al mínimo, en la superficie expuesta del alimento. 

Esto ocurre cuando se calienta el aceite y se sumerge el alimento, y comienza el proceso de cocción lentamente. Se pueden utilizar una gran variedad de detonantes, como grasas, aceites vegetales u orgánicos, mantecas, etc. 

Se determina o se clasifica como aceite o grasa según el punto o grado de fusión del producto. Se denomina aceite cuando cumple con el requisito de ser líquido, y se denomina grasa cuando se encuentra en consistencia más sólida a temperatura ambiente. 

Es más eficiente cocinar las frituras mediante aceite que por métodos como el horneado, o al hervir los líquidos como el agua. Cuando un alimento es freído, logra una apariencia, una textura y un sabor que no se puede obtener con otro método. 

La fritura desde un punto de vista industrial, es un método que incluye un proceso físico-químico, que puede ser utilizado para freír carnes blandas, papas, pescado, productos empanizados, entre otros. 

Otro aspecto positivo de este método es que por ejemplo, la carne queda con mayor sabor y jugosa en su interior, es decir, conserva la mayoría de sus cualidades de sabor y estructura. 

Los alimentos que son expuestos a la fritura adquieren una textura dorada y crujiente, lo cual no se logra por otro medio, y esto es debido a que se favorece la reacción de Maillard al caramelizar la superficie del alimento.

Existen determinados cambios al momento de freír, los cuales se deben contemplar cuando se utilice este método; son los siguientes: 

a) “Calidad y tiempo de caducidad del aceite que se va a utilizar. 
b) Cualidades del alimento o producto. 
c) Proceso de la fritura a utilizar”.

Otros elementos adicionales que son importantes para este proceso se enlistan a continuación: 

a) Grados de temperatura 
b) Periodo de tiempo de cocción 
c) Contenido de algunos metales 
d) Presencia de oxígeno 
e) Cantidad de luz 
f) Contenido de antioxidantes 
g) Cualidades técnicas de la herramienta para freír, si es nueva o tiene demasiado tiempo 
h) La constancia en el cambio de aceite 

Los aceites se deben cambiar constantemente porque ocurre un proceso natural como la hidrólisis, la oxidación y la polimerización. Si se utiliza un aceite fresco se obtiene un mejor desempeño sensorial del producto. Los olores se adhieren mejor cuando el aceite es fresco, por lo tanto, se origina una conservación más efectiva; pero si el aceite no es fresco, esto puede provocar alteraciones desagradables y la higiene del producto se pondría en riesgo. 

Entonces, es recomendable cocinar con aceite nuevo cada vez, es decir, un alimento que fue freído con pescado absorberá el olor y sabor del alimento; y si después se cocina una carne con el mismo aceite, quedará con el sabor del primer aceite. Lo más sano es desechar el aceite usado.

Si se considera que en la industria se utiliza una gran cantidad de aceite, entonces, resulta rentable la producción de un alimento. Sin embargo, los pequeños consumidores, generalmente reutilizan el mismo aceite, lo cual ofrece un producto de mala calidad, y de poca higiene y nutrición. 

La fritura de los alimentos se puede realizar de dos maneras básicas: 

a) Fritura superficial o con poca profundidad: El producto o alimento se expone poco tiempo y con una cantidad mínima de aceite en un recipiente o sartén de poca profundidad, por lo cual el alimento no se sumerge en aceite, esto asegura que no quede grasoso. Las grasas que puede contener el alimento ayudan a freírlo. 
b) “Fritura profunda”: El producto se sumerge completamente en el aceite, de modo que se produce una fritura uniforme por toda la superficie del alimento. 

En la producción masiva de alimentos procesados, se utilizan freidoras industriales; el uso de estas herramientas específicas es muy importante. Las freidoras son un elemento crucial para que el producto resulte perfecto y en las condiciones más atractivas para el consumidor. Una maquinaria deficiente, dará como resultado productos en mal estado o con defectos constantes, lo cual producirá pérdidas. 

Entre los requisitos para freír están los siguientes: 

a) Utilizar materiales adecuados como el acero inoxidable. 
b) Evitar al máximo el roce entre el producto y el acero. 
c) Sistema de ventilación adecuada y buen sistema de extracción de gases y humo. 
d) Evitar que existan goteras en las maquinas, éstas pueden producir olores y sabores desagradables. 
e) Controlar la temperatura adecuada de la maquinaria. 
f) La velocidad de cocción debe estar bien regulada, es decir, el producto debe entrar el mismo tiempo y a la misma temperatura, esto asegura que el alimento salga de manera homogénea. 
g) Desde luego, la higiene y la limpieza es un tema muy importante.79 

En la industria, existen diferentes freidoras, a continuación se describen de manera general: 

a) “Freidoras discontinuas”: Generalmente, se utilizan en negocios como los hoteles. El procedimiento se realiza por lotes de productos, esto produce que los nuevos alimentos sólo entren en la freidora cuando los que están listos se retiran. 
Son las más utilizadas y existe una gran variedad de modelos. 

b) Freidoras comunes o domésticas: Se utilizan en la mayoría de los hogares o negocios pequeños. 

c) Freidoras que utilizan una cámara con líquido (agua): Pueden contener hasta un nivel de agua entre cinco y veinticinco litros de capacidad. Los residuos se depositan en el fondo del agua. Se ocupa una separación por densidad. 

d) Freidora con elementos giratorios: La cesta ocupa un mecanismo circular. Este procedimiento genera una alternación en el alimento. 

e) Freidoras por calentamiento en mecanismo espiral: El aceite esencialmente retiene el calor de manera uniforme. 

f) Freidoras con mecanismo continuo: Son las más utilizadas en las grandes empresas. Si procesan grandes cantidades de producto requieren una capacidad promedio de 300 hasta 1000 litros. 

g) Freidoras de quemador: En este tipo de freidoras, la temperatura es alta y se localiza en un punto específico: en el quemador. 

La higiene y el manejo correcto de las maquinarias es muy importante, sobre todo si se desea mantener un alto nivel de calidad. 

Para realizar prácticas eficientes en las frituras, se deben considerar los siguientes aspectos: 

Se debe utilizar un aceite que contenga un alto grado de resistencia a las altas temperaturas, es decir que no se queme en exceso y demasiado rápido. 
Evitar utilizar aceites como los de maíz, soja y colza, pues no son aptos para cantidades industriales. 
Preferentemente usar aceite de oliva. 
Al calentar el aceite si humea, es que se pasó del punto máximo de temperatura. 
Utilizar la temperatura correcta, es decir, un fuego moderado. 
Secar perfectamente los alimentos, ya que si hay densidad de agua, provoca que ésta salte al contacto con el aceite. 

En conclusión, para aplicar un tratamiento basado en altas temperaturas, se debe considerar lo siguiente:

El calor y el tiempo al que esté expuesto el alimento afectarán su consistencia y sus características sensoriales. 
Establecer un proceso que permita conocer el tipo de microorganismos. 
Es necesario, determinar el grado de calor que resistirá el alimento. 
Identificar el grado de viscosidad, si ésta es elevada o no, de igual forma determinar si es o no nutritivo. 
Un elemento muy significativo es identificar si los alimentos contienen almidones, azúcares y proteínas. 

REDUCCIÓN DEL CONTENIDO DE AGUA: SECADO, CONCENTRACIÓN 

El proceso de secado es una de las tecnologías de conservación más antiguas que existen, en la que se utilizan las propiedades del sol para secar carne o pescado. Por lo tanto, los métodos de conservación por reducción del contenido de agua se basan en este principio de la naturaleza. 

Los alimentos que contienen poco contenido de agua como las semillas y cereales, generalmente tienen mayor estabilidad en su conservación, a diferencia de los demás alimentos (frutas, verduras y carnes), donde se necesita reducir el contenido acuoso, para evitar la proliferación de bacterias, principalmente patógenas y enzimas. 

En la actualidad, de forma artesanal, se siguen utilizando las propiedades del sol para el secado de diversos productos como: carnes, pescados, frutas (higos, uvas, dátiles, ciruelas, etc.). 

Las desventajas de este método son: la dependencia del clima; el largo tiempo que dura el proceso; no es muy útil para la mayoría de alimentos; y la reducción del contenido acuoso no es muy eficiente para garantizar la estabilidad del alimento al almacenarse.

Otro aspecto importante que se debe considerar, es “no confundir el secado intencionado de un alimento con la pérdida de agua que se produce en algunos procesos de elaboración de alimentos, como embutidos, quesos, pan, café tostado, etc., ya que incluso está pérdida de agua, en algunos casos puede ser no deseable”. 

Por otro lado, las tecnologías modernas se basan en un secado artificial en cámaras bajo condiciones controladas. Algunos autores, emplean diferentes denominaciones de acuerdo al resultado final: 

a) “Desecación cuando se elimina parte del contenido acuoso del alimento, hasta que su humedad se equilibra con la del ambiente. 
b) Deshidratación cuando la eliminación de agua es prácticamente casi total”.

Los principales objetivos de utilizar este método en la industria alimentaria, además de aumentar la vida útil del alimento, son: mayor estabilidad al almacenarlo, practicidad de empleo al consumidor, disminución de costos de transporte y almacenaje, que implica la disminución de peso y volumen.

Otro proceso muy utilizado para conservar los alimentos es la concentración de alimentos líquidos (jugos de frutas), en la cual, la disminución del agua se realiza a través de técnicas como: evaporación, deshidratación azeotrópica, ósmosis inversa, y ultrafiltración. 

A continuación, se describirá cada método por reducción del contenido de agua:

Secado 

Mediante este proceso se elimina el agua en forma de vapor de los alimentos líquidos o sólidos, su finalidad es prolongar la vida útil de los alimentos. 

La conservación se consigue debido a que se reduce la Aw a niveles en los cuales se disminuye y bloquea el crecimiento de microorganismos, inhibiendo de igual forma, la presencia de reacciones químicas y bioquímicas, por lo tanto, aumenta la estabilidad del alimento. 

El secado se realiza mediante dos mecanismos: por una evaporación del agua que contiene el alimento y por la eliminación del vapor de agua que se forma. 

La deshidratación del alimento se puede realizar de forma parcial o total, depende de su finalidad. Para obtener un alimento de calidad, es indispensable cuidar la velocidad con que se realiza el secado, esta velocidad depende de los siguientes factores: 

a) “La temperatura que depende del alimento, superficie del alimento a desecar, y sequedad del aire, ya que entre menor sea la humedad del aire que rodea al alimento, mayor será la velocidad de secado. 
b) Velocidad del movimiento del aire, entre más rápido fluya el aire en torno al alimento, la velocidad de secado aumentará. 
c) Si la presión atmosférica disminuye, ocasiona que disminuya el punto de ebullición”.

Considerando estos factores, el secado de los alimentos se puede realizar aplicando las siguientes tecnologías: 

a) “Secado por aire o por contacto”: Se realiza a la presión atmosférica normal, aplicando la transferencia de calor por conducción (se emplea una superficie de contacto caliente) o convección (se emplea aire). 

Los equipos deshidratadores que se utilizan para provocar este secado artificial son: secadores solares (naturales o semiartificiales) y secadores por gas caliente (de horno, de bandeja, de túnel, por arrastre neumático y por atomización). 

b) Secado al vacío: Se realiza a presiones inferiores, logrando el vacío que facilita la evaporación del agua. Se realiza con equipos de bandeja al vacío. 
c) Crio-deshidratación o liofilización: Como ya se indicó, consiste en someter al alimento a un proceso de congelación seguido de una sublimación (paso del agua de estado sólido a vapor directamente, sin pasar por líquido). 

La principal ventaja que presenta este método, a diferencia de otros, es que produce alimentos con alta concentración de nutrientes, los alimentos se hacen muy estables prolongando su vida de anaquel; además, con este método hay una gran reducción de costos al transportar y almacenar los alimentos. Una de sus desventajas, es que no ofrece productos de calidad superior a los productos naturales, además de que no son completamente estériles, debido a que se pueden quedar bacterias que son muy resistentes al calor (productoras de esporas), además, se pueden presentar algunas reacciones enzimáticas, reacciones de oxidación de las grasas y pérdida de vitaminas (ácido ascórbico). 

Algunos de los alimentos que se someten con mayor frecuencia al método de conservación por secado están las ciruelas, los higos, los dátiles, las uvas, entre otros; y entre los productos que se deshidratan están la leche en polvo, el huevo en polvo, la carne en polvo, las papas deshidratadas, etcétera.

Concentrado 

En este método de conservación se disminuye el agua a tal grado que la Aw del alimento es mínima y por tanto, se evita el desarrollo de microorganismos. 
En la industria alimentaria, este método es muy empleado para concentrar alimentos líquidos como jugos de frutas, y para la obtención de néctares, jarabes, entre otros. 

La concentración aumenta la vida de anaquel de estos productos, debido a que, además de disminuir la Aw, aumenta la concentración de azúcar o sal, inhibiendo la proliferación de microorganismos. 

De acuerdo a lo establecido en el Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios de la Secretaría de Salud, se definen los concentrados dependiendo del alimento que se emplea: 

a) Concentrado artificial: Producto que contiene sustancias aromáticas artificiales, que puede estar adicionado de sustancias aromáticas naturales, jugos de frutas y aditivos. 
b) Concentrado artificial con jugo de fruta: Producto que corresponde por su composición a los concentrados artificiales, pero que contiene por lo menos 50% del jugo o pulpa del fruto o la cantidad equivalente de la fruta o jugo concentrado. 
c) Concentrado de aceite esencial con jugo de fruta: Aceite esencial que contiene no menos de 50% del jugo o pulpa de la fruta correspondiente o su equivalente del jugo concentrado, pudiendo estar adicionado de aditivos con excepción de sustancias aromáticas sintéticas artificiales. 
d) Concentrado de frutas: Producto que contiene 90% del jugo o pulpa de la fruta correspondiente o del equivalente de la pulpa o jugo concentrado, que puede estar adicionado de colorantes, emulsivos u otros aditivos, con excepción de sustancias aromáticas artificiales. 

e) Concentrado no natural de aceites esenciales: Producto obtenido de los aceites esenciales naturales, que puede estar adicionado de jugos de frutas y otros aditivos, con excepción de sustancias aromáticas artificiales.

Las tecnologías que se aplican para realizar la concentración en alimentos, dependen del tipo del alimento a concentrar y de los fines que se requieran, entre las más aplicadas están: 

1) “Evaporación”: El agua se elimina por la aplicación de calor, hasta que el producto alcance la concentración de solutos que se desea. Se aplica en la elaboración de productos lácteos y zumos de frutas. 
2) Congelación: Se reduce la temperatura hasta conseguir la formación de cristales en el líquido, los cuales son retirados por centrifugación. Este proceso se aplica a vinagres, zumos de naranja, extractos de café, jarabes de azúcar, entre otros. 
3) Deshidratación azeotrópica: Es un proceso actual, que consiste en la combinación de un disolvente (como etanol), formando con el agua un alimento azeótropo, seguido de una destilación para separar el exceso del disolvente y del azeótropo; este proceso es aplicado principalmente para concentrados de zumo de frutas. 
4) Ósmosis inversa y ultrafiltración: Es un método que se basa en la utilización de membranas permeables al agua, que permiten un paso selectivo de moléculas, dependiendo de su tamaño. Es aplicado para productos lácteos, zumos de frutas, bebidas entre otros. 

En conclusión, la eficacia de estos métodos de conservación se reflejará 
al reconstituir los alimentos (rehidratación) con la adición de agua y ser capaces de recuperar sus propiedades como el alimento original.

CONSERVACIÓN QUÍMICA

El beneficio de las propiedades conservadoras de algunas sustancias químicas ha originado una infinidad de métodos de conservación. 

Los métodos químicos de conservación se clasifican de la siguiente manera:





Métodos químicos


·         modificación de las propiedades sensoriales



·         no modifica las propiedades sensoriales
Adicción de alcohol
Adiccion de grasas
Adicción de azucares
Adicción de sales
Ahumados
Fermentaciones

Adición de otras sustancias químicas

La operación de conservar los alimentos es un método aplicado desde la prehistoria, aun cuando el hombre desconocía su base científica, conoció los efectos benéficos de utilizar sustancias químicas como la sal y el humo. 
Las funciones conservadoras de las sustancias químicas han tenido como finalidad prolongar la vida útil de muchos alimentos para el consumo, debido a sus propiedades como: 

a) Antipardeamiento: obstaculizar o frenar el desarrollo de reacciones enzimáticas. 
b) Antioxidante: obstaculizar o frenar el desarrollo de reacciones oxidativas. 
c) Antimicrobiana: destruir la población microbiana contaminante, o al menos inhibir su crecimiento. 

De acuerdo con su procedencia se pueden establecer cuatro grupos de sustancias:

1) Sustancias antimicrobianas, formadas naturalmente en el interior de un alimento, como en el caso del apio, la almendra y el arándano. 

2) Sustancias antimicrobianas adicionadas intencionalmente al alimento, las cuales constituyen los aditivos que se conocen como conservadores químicos, como el ácido ascórbico, el sorbato de sodio o el ácido benzoico. 

3) Sustancias bactericidas, contenidas en algunas especias, o elaboradas por algunos microorganismos, que tienen una acción destructiva frente a determinadas especies microbianas formadoras de esporas, e incluso frente algunas bacterias patógenas; por ejemplo, la nisina que es producida por algunas cepas de Lactobacillus lactis. 

4) Sustancias químicas, contenidas en las especias, o en sus aceites esenciales. Además de contribuir al sabor de los alimentos, algunas de sus estructuras químicas tienen un efecto inhibidor frente a muchos microorganismos. Por su potente actividad destacan las especias: canela, clavo y mostaza, sobre la débil actuación de pimienta y jengibre; a nivel medio se sitúan laurel, cilantro, comino, orégano, romero y tomillo.

Cuando se aplican estos métodos de conservación, se distinguen los efectos benéficos que causan a los alimentos, de este modo, se pueden dividir en dos grupos, los métodos que sólo conservan, y los métodos que además de conservar, modifican las propiedades sensoriales del alimento.

Métodos que no modifican las propiedades sensoriales 

Estos métodos agregan sustancias químicas que no alteran las cualidades de los alimentos, esto ocasiona que el alimento permanezca estable durante bastante tiempo, o en su caso, el tiempo de caducidad aumenta si se cumplen los estándares de refrigeración. 

Entre las sustancias químicas que se utilizan para efectuar este método se encuentran las sustancias con actividad antiséptica, que se conocen como conservadores químicos. 

Métodos que modifican las propiedades sensoriales

Son métodos que, además de conservar, provocan modificaciones profundas en las características sensoriales y nutritivas del alimento. Entre éstos se encuentran:

a) Agregar alcohol 
b) Agregar grasas 
c) Agregar azúcar: mermeladas, glaseado, grageado, etc. 
d) Agregar sales: salazón y curado 
e) Acidificación por uso de ácidos orgánicos: encurtidos, escabeches, marinados y adobos 
f) Empleo de componentes del humo: ahumado 
g) Métodos biológicos: fermentación alcohólica, acética y butírica. 

Adición de alcohol 

Este método de conservación se emplea comúnmente en la conservación de frutas y hortalizas, y en algunos casos, para pescados, ya que su proceso de elaboración es el más simple de todos los métodos de conservación. Por lo tanto, es un método que se utiliza generalmente de forma artesanal. 

La función del alcohol como conservante, es penetrar en los alimentos reemplazando los líquidos que contienen, como el agua. 

Este método se efectúa al macerar en alcohol los alimentos (en especial las frutas) por un periodo muy variable, que puede ser desde cuatro hasta doce días o más, y en algunos casos se combina el método adicionando azúcar. Para garantizar la penetración del alcohol y del azúcar en el alimento, éste se debe perforar finamente (con una aguja fina), con ello aumenta el tiempo de conservación de las frutas. 
Las frutas que más se utilizan para este tipo de conservación son: las cerezas, las ciruelas, los albaricoques, los melocotones, las uvas y algunas variedades de peras. Estas frutas deben estar firmes y poco maduras. 

Los alcoholes que se utilizan para macerar los alimentos son el ron, el vino y el aguardiente.

El alcohol permite conservar los productos, así como destruir, bacterias y diversos microorganismos. 

El alcohol origina evaporaciones, que se pueden evitar si los envases se cierran con medidas de seguridad correctas. 

Otra aplicación de este método es en la preparación de licores de frutas. Generalmente, los frutos más utilizados son los de mejor aroma, sabor y color, como: fresas, grosellas, frambuesas, arándanos, moras, zarzamoras, etc., no obstante, con cualquier fruta se pueden elaborar este tipo de licores. 

Por otra parte, también se emplean algunos alcoholes como aditivos en la industria alimentaria, como: propilenglicol, glicerol, sorbitol y manitol, los cuales también se conocen como polihídricos o polioles.

La funcionalidad de estos aditivos se basa en el alto número de grupos hidroxilo (OH) que contienen; a diferencia de los azúcares, los cuales no tienen aldehído ni cetona. Sus propiedades son: 

a) Por su estructura son solubles en agua. 
b) Tienen capacidad humectante: por lo que se hidratan fácilmente. 
c) Son dulces: tienen un poder edulcorante no calórico, 50% más que el de la sacarosa, ya que el metabolismo no los asimila como calorías debido a su baja solubilidad. 
d) Son viscosos: forman soluciones de diferentes viscosidades, dependiendo del tamaño de la molécula del poliol. 

Tienen características que retienen y pueden actuar como sinérgicos en mezclas de antioxidantes para la conservación de lípidos. También se usan para conservar la frescura de muchos productos de confitería y para ayudar a la rehidratación de alimentos.

Uno de sus principales usos es para controlar la velocidad de cristalización de los azúcares utilizados en confitería, ya que en muchos productos se requiere evitar la formación de cristales que no son aceptados organolépticamente por el consumidor

Adición de grasas 

La conservación y mantenimiento de los productos que son sometidos a técnicas culinarias como hervir o asar con grasas, se debe a la impermeabilidad de los cuerpos grasos, ya que éstos evitan que se pierda el agua del alimento al sellarlos. 

El principal uso de los aceites y las grasas en la conservación de alimentos, tanto de origen animal o vegetal, es a través de la fritura. Freír es una técnica culinaria que ha sido muy utilizada a través de la historia y que actualmente sigue vigente. 

En la industria de los alimentos, la fritura permite alcanzar un dorado adecuado. El reto es mantener sus cualidades y propiedades nutricionales. 

La fritura se puede definir como la “cocción total de un alimento por inmersión en una grasa caliente, dando lugar a la formación de una costra, dorada”.

Otro proceso que se emplea bastante en el área de la gastronomía es el salteado, que consiste en un cocimiento completo o en partes. La fritura se expone directamente al fuego mediante aceite o un aditivo adicional. 

Como resultado de aplicar este método de conservación, se distinguen tres cambios en el alimento:

1) El desarrollo de un costra superficial que impide la salida de vapor de agua, por lo que todo el interior del alimento, sufre una cocción a 100°C. 
2) Se reduce el contenido acuoso de la parte interna de esa corteza, a la vez que se incrementa su contenido en grasa. 
3) Se produce una deshidratación total en la parte externa de la corteza, que favorece los fenómenos de caramelización y pardeamiento no enzimático, que cambia el color de la superficie del alimento.

Este método disminuye la proliferación de microorganismos dañinos para el consumidor, por su reducción del contenido de agua. 

A diferencia de otros métodos, su objetivo es producir la caramelización y pardeamiento no enzimático, para favorecer la palatabilidad, dorar la superficie de los alimentos y proporcionar un sabor atractivo al consumidor. 

Este método se puede aplicar a la mayoría de los alimentos de origen animal como diferentes tipos de pescados, así como a las carnes y sus derivados. También es aplicable a algunas hortalizas y pastas.

Una desventaja de este método es la rápida oxidación del alimento, esto lo provoca la reacción de la grasa con el aire, y con la luz, creando los sabores característicos de rancio, desagradables para el consumidor; en la unidad tres, se profundiza en este tema.

Adición de azúcares 

A través de la historia, se ha demostrado que los productos con alto contenido de azúcares, son más estables que otros que carecen de azúcar. 

La conservación por adición de azúcares, principalmente sacarosa o azúcar invertido, tienen como finalidad disminuir la Aw y aumentar la presión osmótica, dificultando así la oxidación, ”al impedir que entre en contacto con el oxígeno del aire y así evitar la degradación del alimento; por otra parte, cuando la concentración del almíbar es alta, se mantiene la firmeza del producto”

Este método se aplica en frutas, para la elaboración de mermeladas y jaleas, así como en confituras y leche condensada. 

Esta técnica concentra las frutas en el fuego (hervirlas) y enseguida se agrega azúcar con base en la cantidad del producto y la concentración que se desee lograr
La concentración de azúcar en el alimento se expresa en ºBrix o Balling, y se determina mediante un hidrómetro o refractómetro. 

El azúcar que se utilizará depende del producto que se desee conseguir. En la actualidad, existe una gran variedad de edulcorantes, que se caracterizan básicamente por el grado de dulzor de cada uno, como se indica en la tabla tres.

Edulcorante
Grado relativo de dulzura
Sacarosa
(refinada, morena, caña o remolacha)
100
Fructosa (sacarosa hidrolizada: fructosa + glucosa, conocida como azúcar invertido)
173
Glucosa
74
Jarabe de maíz o dextrinas
(oligosacáridos: cadena de 3-8 glucosas; hidrólisis ácida del almidón)
30
Miel
97
Sacarina
30000
Entre los productos a los que se aplica la adición de azúcar están: 

Mermeladas y jaleas 

Para elaborar mermeladas y jaleas se aprovechan las propiedades químicas de ciertas frutas ricas en pectina, a las que se agregan cantidades específicas de azúcar, para proporcionar una consistencia de gel al producto final. 

Este proceso requiere de cierto nivel de acidez y azúcar. Asimismo, se recomienda que estos productos sean envasados al vacío, para aumentar su vida útil y prevenir el desarrollo de moho, comúnmente causado por el porcentaje de agua que tienen. 

Las mermeladas pueden ser elaboradas de casi cualquier tipo de fruta, pero aquellas que no son ricas, por su naturaleza, en pectina, se les debe agregar para conseguir la consistencia característica de gel, adecuada y deseada por el consumidor. De este modo, existe una distinción entre los frutos: los cítricos son muy ricos en este componente (pectina); en cambio, los frutos rojos como las frambuesas o zarzamoras contienen escasamente esta sustancia. La cantidad de pectina depende de la fruta, así como de su calidad y de su pH (3.2 para formar el gel). 

Otro factor que participa en la consistencia de este producto es la inversión de azúcar que se proporciona en el transcurso del tratamiento térmico de las frutas, favoreciendo a una mayor solubilidad para evitar la cristalización, y un mayor dulzor por la formación de fructosa más glucosa.

Leche condensada 

La leche condensada fue uno de los primeros productos de leche comercializados exitosamente hace casi un siglo. 

La leche que se denomina condensada se genera a partir de la extracción del agua. En este proceso se adiciona azúcar, y se consigue un producto duradero. 
A continuación, si se trata de leche entera, se le agrega 30% de azúcar, pero si es leche descremada se añade hasta el 50% de azúcar. 

Al producto se le da un ligero tratamiento térmico a 100°C y no es esterilizado, el alto contenido de azúcar actúa como conservador, consiguiendo así una triple acción: 

a) “Destrucción de la mayoría de los microorganismos. 
b) Destrucción de las lipasas. 
c) Efecto estabilizador”.

Glaseados y grageados 

Glasear un alimento consiste en utilizar azúcar cristalizada en su superficie, lo cual potencializa su sabor y le da un color brillante. 

En general, este procedimiento se utiliza en frutas o panes, en los cuales se genera un color café tostado. 

El glaseado en las frutas ocurre cuando la proporción de azúcar se queda adherida al alimento, y después se agrega un polvo más fino. Si se pretende un color café torrefacto, entonces se agrega un poco de calor para que la azúcar se caliente y se cristalice lo suficiente.

“Cuando la operación de protección se lleva a cabo mediante el empleo de jarabes se denomina grageado, método aplicado para la conservación de avellanas, almendras, piñones, etc.”, el producto resultante se conoce como garapiñado. 

En el grageado se aplica un jarabe que incluya azúcar y que permita que ésta se solidifique en la superficie. Cuando existe contacto entre las piezas, éstas se pulen entre sí, lo cual produce una superficie brillante. En ocasiones, el jarabe se puede adicionar con algún colorante para ofrecer mayor variedad a los productos, por ejemplo, las manzanas bañadas. 

En los casos anteriores, cuando existe una cantidad elevada de azúcar, se favorece que el alimento esté más expuesto al desarrollo de microorganismos.

Adición de sales 

Para el método de salación se agrega cloruro sódico (sal común), con lo cual se deshidrata el alimento. Para curar los productos también su utiliza una cantidad considerable de sal, lo cual conserva el alimento de forma natural. 

El uso de sal complementa otros métodos de conservación, ya sean naturales o químicos.

La salación o adición de sal es un método muy antiguo aplicado por el hombre para la conservación de carnes y pescados, ya que detiene o inhibe la proliferación de microorganismos. Este método o técnica de conservación se basa en someter un alimento a: 

1) La acción del cloruro sódico (sal común). 
2) Por difusión directamente en la superficie del alimento (seco). 
3) Mediante la inmersión del producto en una solución salina. 

Este método se utiliza generalmente en variedades de carnes, en algunos quesos y en la conservación de algunos pescados como el salmón y el bacalao, y en ocasiones, se puede combinar con el método de ahumado, para brindar un mejor sabor y propiedades al alimento. 

Además de prolongar la vida útil del alimento, también proporciona características muy particulares en cuanto a sus propiedades sensoriales, originando las denominadas salazones. 

En términos simples, la curación es extraer el agua y agregar cantidades controladas de sal al alimento. Esto origina un proceso de maduración y desecación. 

La utilización de sal se explica por las siguientes razones: 

1) El sabor es más atractivo debido al sodio que contiene la sal. El producto presenta un sabor intenso, aunque el grado puede variar dependiendo de la industria que lo aplique. 

a) Las proteínas generan un catión de sodio. 
b) Si la temperatura es elevada genera inestabilidad en el producto. En determinado momento, las grasas pueden inhibir el gusto y la sensibilidad. 
c) Por otra parte, el grado de acidez puede provocar el rompimiento del catión de sodio. 

2) Acción sobre las propiedades del tejido muscular de carnes y pescados. Consigue la solubilidad de miofibrilares, los cuales poseen cualidades emulsionantes y ligantes. El resultado es una concentración del 4 % de sal en la fase acuosa. 
3) Un efecto adicional es que aumenta la retención de agua. “Acción sobre los microorganismos: La sal no mata a los microorganismos pero frena el desarrollo de muchos de ellos, al reducir la disponibilidad del agua (Aw)”

Su acción es una función de la concentración en la fase acuosa, es decir, su porcentaje de salmuera estimado de acuerdo con la siguiente ecuación: 

Porcentaje de salmuera = %NaCl x 100 
%NaCl + % H2O 

La concentración de salmuera se puede expresar en ºBe (ºBaumé indican el soluto disuelto en agua) o en ºSalométricos que expresan la concentración en función de la densidad. 

1ºBe = 1% NaCl 

En la práctica industrial, se emplean varios tipos de sal (cloruro sódico), cuyas propiedades dependen de varios factores: origen (sal marina o sal gema), modo de obtención y tratamientos recibidos. 

En cuanto a la pureza, la sal es susceptible de contener niveles de impurezas variables, entre 0,1 y 8%, debido a la presencia de otras sales, como el cloruro magnésico y los sulfatos de sodio, magnesio, calcio, etc. La impureza de la sal, puede causar serios inconvenientes a la eficacia de la actividad del cloruro sódico, pues entre otras cosas, pueden obstaculizar su solubilidad y afecta a la permeabilidad de las células de los tejidos musculares de carnes y pescados.

La sal común se comercializa bajo diversas formas: fina, en grano, cristalizada; todas ellas higroscópicas, lo que significa que la velocidad de su solubilidad, será más rápida cuanto más fina sea la sal. 
Las propiedades de estos productos se deben a las acciones complementarias de la sal común asociada con nitratos y nitritos, aunque de modo eventual pueden intervenir otros aditivos, como los azúcares.

Adición de otras sustancias químicas 

Los métodos químicos que no alteran las cualidades sensitivas de los alimentos son los que utilizan sustancias y elementos de efecto antimicrobiano o bacteriostático, los cuales poseen características como reducir la actividad conservadora del alimento y retrasar la vía metabólica o en su caso, inactivar a los microorganismos. 

El progreso de las técnicas ha originado el surgimiento de nuevos métodos, y esto ha sido posible debido a la aparición de nuevas sustancias químicas, así como al avance de la tecnología. Por ello, actualmente en la industria se utilizan ácidos que ayudan a conservar y eliminar los riesgos de descomposición, como el ácido salicílico, bórico, fórmico, y benzoico, sin embargo, algunos de ellos han sido prohibidos debido a que son tóxicos. 

Desde hace muchos años, se han aplicado sustancias químicas, que por sus propiedades antisépticas, pueden ser consideradas como agentes conservadores al prolongar la vida útil de los alimentos producidos. 

Sin embargo, no todas las sustancias químicas que presentan una actividad antimicrobiana pueden aplicarse en la protección de los alimentos que han de ser almacenados, porque en muchos casos sus estructuras químicas pueden representar un peligro para la salud del consumidor. 

Desde el punto de vista de la protección antimicrobiana de los alimentos, los aditivos químicos se definen como: toda sustancia capaz de inhibir, retrasar o “detener tanto el crecimiento de los microorganismos contaminadores de un alimento, como cualquier deterioro del alimento que pueda ser consecuencia de sus actividades metabólicas”.

Los beneficios que proporcionan los aditivos químicos son: 

1) Un efecto bacteriostático: inhibición de la multiplicación de los microorganismos. 
2) Un efecto bactericida: destrucción de la vida celular microbiana. 

Los aditivos químicos intervienen eficazmente sobre los microorganismos debido a que actúan sobre la pared y/o membrana celular, así como en el material genético o en la actividad enzimática del citoplasma celular. 

Se entiende por aditivo alimentario cualquier sustancia que en cuanto tal no se consume normalmente como alimento, ni tampoco se usa como ingrediente básico en alimentos, tenga o no valor nutritivo, y cuya adición intencionada al alimento con fines tecnológicos (incluidos los organolépticos) en sus fases de fabricación, elaboración, preparación, tratamiento, envasado, empaquetado, transporte o almacenamiento, resulte o pueda preverse razonablemente que resulte (directa o indirectamente) por sí o sus subproductos, en un componente del alimento o un elemento que afecte a sus características. Esta definición no incluye “contaminantes” o sustancias añadidas al alimento para mantener o mejorar las cualidades nutricionales.

Cuando la sustancia se elimina del alimento o queda en cantidades casi imperceptibles que no causan ningún efecto, se determina que no es un aditivo, sino un elemento ajeno que se adiciona durante la manufactura del producto. 

Para adicionar aditivos químicos a los alimentos para su conservación, se deben cumplir los siguientes requisitos: 

1) Proporcionar un modo económico de conservación. 
2) Usarse cuando no pueda aplicarse otro método. 
3) Tener la capacidad de prolongar la vida útil del alimento. 
4) No reducir la calidad sensorial del alimento. 
5) Ser fácilmente soluble. 
6) Ejercer una actividad antimicrobiana dentro de toda la gama de pH propia de la naturaleza del alimento. 
7) Ser inocuo a los niveles aceptables de su utilización. 
8) Poder valorarse con facilidad por análisis químico. 
9) No obstaculizar las actividades de las enzimas digestivas. 
10) No originar compuestos de mayor toxicidad, ya sea por reacciones, por compuestos del alimento o por su metabolismo en el organismo humano. 
11) Poder distribuirse de modo homogéneo por todo el alimento. 
12) Poseer un amplio espectro antimicrobiano. 

En la actualidad, los productos químicos que más se utilizan para la conservación de alimentos son los siguientes: 

a) Ácido ascórbico: Se utiliza para la conservación de queso, yogurt de frutas y refrescos. 
b) Derivados del sorbato de sodio, propiedades del potasio o calcio: Se utiliza para conservar pizzas congeladas, harinas y dulces. 
c) Ácido benzoico o benzoato de sodio, potasio o calcio: Se utilizan para conservar frutas secas, hortalizas deshidratadas, jugos, jarabes de frutas, embutidos, productos lácteos, sidra, cerveza y vinos. 
d) Propiedades del nitrato de potasio: Para conservación de tocino, jamón, carnes curadas, cecina y algunos quesos. 
e) Ácido propiónico o propionato de calcio, sodio y potasio: Para conservar pan, harina, dulces y budín de navidad.

Además de los conservadores mencionados, a muchos alimentos procesados también se les agregan antioxidantes para evitar o prevenir los cambios oxidativos que enrancian los alimentos. 

Uno de los más utilizados es el L-ácido ascórbico, que se añade a bebidas de frutas, harinas y masa de pan. Otros antioxidantes que se utilizan son los tocoferoles para los aceites vegetales y alimentos para bebés basados en cereales. El hidroxianisol butilado se utiliza en los cubos de caldo y queso para untar. 

Por otra parte, la utilización de ácidos orgánicos (ácido acético conocido como vinagre), para la acidificación de alimentos se utiliza bastante culinariamente, ya que además de conservar los productos, produce propiedades organolépticas deseadas por el consumidor. “Entre los métodos que utilizan ácido acético para la conservación de alimentos se encuentran los siguientes”

Encurtidos 

El encurtido es un tratamiento de conservación de alimentos por inmersión en un líquido cuyo principal componente es el vinagre, que puede estar acompañado por hierbas aromáticas y especias. Se fundamenta en el grado de acidez aportada por el vinagre al medio, capaz de proporcionar una concentración protónica que resulta completamente inadecuada para la vida de la mayoría de los microorganismos. 

Esta técnica se aplica fundamentalmente en la conservación de hortalizas destinadas al consumo como aperitivos, entremeses y guarniciones: cebollitas, coles de Bruselas, pimientos verdes, pepinillos, trozos de coliflor, etc. 

Para este tratamiento se puede optar por varios tipos de vinagres: de sidra, de malta, de miel, aunque el más frecuente e indicado es el de vino. 

Como productos aromatizantes se emplean diversas especias y algunas hierbas aromáticas: canela, clavo, jengibre, mejorana, menta, pimienta, salvia, tomillo, etc.

Para efectuar este tratamiento se deben cumplir varios requisitos importantes: 

a) Elegir y preparar de modo adecuado las hortalizas. 
b) Seleccionar y condicionar el vinagre. 
c) Elaborar el proceso de encurtido de modo correcto. 
d) Conservar bajo condiciones apropiadas; a 10-12°C puede durar un año. 

En el encurtido se combinan técnicas tradicionales con estándares innovadores de alta tecnología. La combinación básica es la adición de sal junto con la fermentación. La adición de sal permite que crezcan las bacterias de ácido láctico naturalmente presentes, y produzcan rápidamente la cantidad de ácido suficiente para suplementar la acción de la sal. 

Entre los productos más frecuentes y con mayor demanda en el consumo se encuentran: “pepinos, pepinillos en su forma encurtida, variedades de coles, aceitunas, además de ciertos tipos de vegetales y frutas”.

Adobos, marinadas y escabeches
Se trata de un conjunto de tratamientos que, primero aparecieron como métodos de conservación, y actualmente constituyen, en algunos casos, una operación previa a la aplicación de diversas tecnologías culinarias: asado, a la plancha, estofado, etc. 

El adobado se usa desde la antigüedad para la conservación de algunos alimentos, y actualmente se utiliza para carnes y pescados. 

El marinado se aplica para ablandar algunos productos que tienden a ser duros y correosos; y para conferir un determinado sabor a carnes, pescados y verduras, que son blandos por naturaleza. 

El adobado y el marinado se aplican por inmersión en líquidos siempre fríos, durante un tiempo que no rebase las veinticuatro horas. Estos líquidos pueden ser: 

1) Aceite: protege y preserva al alimento. 
2) Ácidos: vinagre, vino o zumo cítrico, modifica la textura. Algunas veces, proporcionará firmeza, como el pescado marinado en zumo de limón; en otros casos, romperá el tejido conectivo y hará más suaves las fibras musculares, como sucede con la carne de res marinada en vino tinto. Permite la degradación y ablandamiento del tejido conectivo. 
3) Productos aromáticos: por fenómenos de osmosis y difusión hacen que sus componentes aromáticos solubles, ya sea en agua o en aceite, penetren en el interior del alimento y proporcionen características organolépticas específicas; algunos de esos productos son: ajos, cebollas, pimentón dulce, pimienta, laurel, perejil y tomillo. 

El tiempo en el que un alimento es sumergido puede variar dependiendo del producto, del tamaño y del peso. 

Primero surgieron los escabeches para tratar de conservar aquellos alimentos, que ya estaban preparados, y así no se descompusieran. 

Para llevar a cabo este método se usa una solución que incluye vinagre, sal, aceite, y cierta cantidad de hierbas y especias. El producto se introduce por lo menos 24 horas en el líquido para que el sabor y el aroma se impregnen. 

La refrigeración permite conservar los alimentos en escabeche en un estado más estable y permite prolongar su vida útil.

Ahumado 

En la actualidad, el método de ahumado permite otorgar propiedades organolépticas a los alimentos.

“El ahumado se define como el procedimiento por el que se aplica a los alimentos humo para conferir sabor a éstos y reforzar su color, olor o ambos, pudiendo prolongar la vida de anaquel de los mismos”.

Este método se basa en el uso del humo al que se expone el alimento, el cual se produce por la combustión de materias primas como resinas, provenientes de árboles como el nogal, árboles de frutas, el fresno, entre otros. 

Al utilizar este proceso, el humo se agrega al alimento y produce el efecto de esterilizar, además agrega un sabor característico, agradable al paladar del consumidor. Los grados de temperatura del ahumado deben oscilar entre 43ºC-71ºC, y los tiempos son muy variados. 

El método de ahumado se aplica en diversos alimentos como pescados, jamón, carnes, entre otros productos de origen animal. 

El propósito de este procedimiento, principalmente es otorgar un acabado final al alimento, adicionando sabores agradables y color. Además, funciona como conservador ya que destruye microorganismos. 

Generalmente, se usan maderas duras, como castaños; a veces se utilizan las maderas blandas, como álamos y abedul, aunque es muy raro; o también se usan las resinosas, como pinos y abetos. En ocasiones, se mezclan con plantas aromáticas, como tomillo o laurel. 

Para que el humo tenga acción sobre el producto debe penetrar en él, y esta penetración se debe efectuar en primer lugar, con los componentes activos que se depositan sobre el producto, mediante el fenómeno de la adsorción; y en segundo lugar, estos compuestos se difunden hacia el interior, produciéndose una absorción del humo. 

En la absorción influye el tipo de envoltura, el grado de humedad y los niveles de grasa de cada producto. 

Actualmente, el efecto bactericida del humo ya no se utiliza con tanta frecuencia, su lugar ha sido ocupado por los efectos organolépticos. 
En algunos casos, el humo favorece que se impregnen olores al alimento, aunque siempre existen riesgos para la salud, principalmente por el alfa-benzopireno, pero si se utilizan las medidas necesarias, se puede eliminar este tipo de sustancia. 

El método de ahumado se puede realizar en dos formas: 

1) Ahumado en frío: Este método utiliza frecuentemente una temperatura inferior a los 30°C. Este proceso suele tener una duración bastante prolongada, y por consiguiente, puede implicar pérdidas a menudo elevadas. 
2) Ahumado en caliente: “En esta modalidad, el producto recibe un calentamiento, y bajo estas condiciones de calor se expone el alimento a la acción de humos densos y calientes, muy húmedos y fuertemente agitados”.

Los efectos del ahumado como conservador de alimentos, se deben en primer lugar, a que los humos calientes provocan una desecación superficial del producto, con pérdidas entre 10 y 40 % del contenido acuoso, sin que se altere el interior del mismo. Con ello, la superficie del alimento se convierte en un medio hostil para el desarrollo de las bacterias debido a su baja Aw. 

El segundo efecto se debe al contenido de sustancias antisépticas en el humo, por ello se ejerce una acción conservadora.

Fermentaciones 

Desde hace tres mil años, el pueblo chino usaba la fermentación para prolongar el periodo de consumo de algunas materias primas. 

“La conservación por fermentación depende de la conversión de azucares a ácidos por la acción de los microorganismos y de la imposibilidad de las bacterias de crecer en un medio ácido”.

Se aprovecha la flora natural, no patógena, que contienen los alimentos, para crear productos con sabores muy característicos y apariencia muy peculiar que gustan al consumidor, y debido a esto se propicia la conservación del alimento. 

Los fermentados y la utilización de antimicrobianos naturales, han sido bastante utilizados a través de la historia. Como referencia, a partir de los romanos, su uso y explotación en los alimentos y bebidas (cerveza y vino) se extendió considerablemente. 

En general, se puede definir como “el proceso biológico que tiene lugar cuando los microorganismos presentes en un alimento usan como sustratos orgánicos para sus procesos metabólicos específicos, alguna de las estructuras que integran la composición química de ese alimento”.

Una de las aplicaciones más comunes y más rentables en términos económicos se orientó a la cerveza. 

La fermentación requiere de otros elementos para la elaboración y producción de bebidas. La fermentación utiliza alcohol o ácido acético y una bacteria controlada que permita generar un fermentado manejable para la industria. Cabe destacar que también se usa en otros productos muy comerciales, como vinos, aceites, diversos tipos de vinagre y otras aplicaciones prácticas como las especias.

La fermentación se genera por algunas bacterias, tipos de levaduras, ciertos mohos, entre otros. La fermentación se usa de manera positiva en la industria, incluso algunos productos necesitan de este proceso para lograr un sabor único; por ejemplo, el vino; una gran variedad de vinagres; la cerveza en todos sus derivados; diversos quesos, algunos de ellos no serían comestibles en ciertas culturas; derivados de la leche, como el yogurt; derivados de la carne como los embutidos; productos de panificación; aceitunas, etc. En la industria se aplica constantemente en los líquidos y en las bebidas alcohólicas. 

En la industria, la fermentación es muy útil, su aplicación se ha extendido debido a la demanda de productos de consumo básico como diversos embutidos, aceitunas verdes o negras, y una gran variedad de quesos. 

A continuación, se indican algunas características del método de fermentación: 

a) Genera sabores únicos y distintivos, así como cualidades físicas y visibles que sean agradables. 
b) Conserva el alimento. 
c) Este método depende directamente de la inclusión correcta de azúcares, y del factor de las bacterias para producir un ácido. 

Es importante utilizar bacterias para la fermentación, aunque éstas deben ser controladas de manera efectiva para evitar que el producto se descomponga y se desperdicie. Para evitar este riesgo, se utiliza la sal (cloruro de sodio), la cual evita la proliferación de gérmenes dañinos que afectan al producto. 

Con base en las investigaciones, el tipo de fermentación puede ser generada por los siguientes factores biológicos: 

a) “Bacterias 
b) Levaduras 
c) Mohos o ambas”.

Generalmente, los alimentos en los que ocurre la fermentación y se desarrollan las bacterias, las levaduras o los mohos, son: todos los tipos de pan (con trigo), embutidos de carne, variedad de vinos (con uvas), los tipos de vinagre normal y balsámico, las cerveza (con cebada), ron (con melazas), sidras (con manzanas), sake (con arroz), hortalizas y frutas como aceitunas de mesa, encurtidos de pepinillos, dátiles madurados, y desde luego, los quesos (cheddar, edam, gouda, roquefort, emmental, cabrales, gruyere, por mencionar algunos). En el caso de los quesos, en ciertos países europeos se degustan quesos muy fuertes, los cuales son altamente fermentados, y su olor y sabor son muy penetrantes; de este modo, el consumidor es el que decidirá el grado de fermentación que desea consumir, y definirá la calidad del alimento fermentado.

Es vital cuidar la producción de microorganismos en estos procesos, ya que un control inadecuado puede crear alimentos con mala calidad. A continuación, se describen algunas de las causas más comunes, por las cuales, los alimentos se descomponen: 

a) Las condiciones de la fermentación no son óptimas, por lo cual se descontrola y las bacterias atacan de más al producto. 
b) La oxidación en exceso de los ácidos utilizados permitieron que se desarrollaran microbios, por lo tanto, el producto se contamina en sus cualidades básicas como el sabor, la presentación ante el consumidor y el color pierde su composición natural. 
c) Si no existe un ambiente controlado, preferentemente frío, los derivados de los fermentados y encurtidos están en riesgo de descomponerse. 

La industria utiliza las técnicas de fermentación porque maximiza las ganancias de sus cosechas y no arriesga su producción. Al emplear este método, se pueden conservar los productos para cuando sean requeridos y utilizarlos todo el año, según su demanda. 
Algunos tipos específicos de fermentación son:

Existen cuatro tipos de fermentaciones que se aplican en la industria alimentaria, y dependen del alimento a conservar: 

Fermentación acética: es la fermentación bacteriana por acetobacter, que transforma el alcohol en ácido acético (vinagre)
Fermentación alcohólica: se origina por la actividad de algunos microorganismos que procesan los azúcares para obtener etanol, se emplea en la elaboración de algunas bebidas alcohólicas, como el vino, la cerveza, la sidra, etc. 
Fermentación butírica: se produce a partir de la lactosa (ácido láctico), con formación de ácido butírico y gas que producen las bacterias butíricas de la putrefacción; se caracteriza por la aparición de olores. 
Fermentación láctica: utiliza glucosa para obtener energía, siendo el producto de desecho el ácido láctico. Con esta fermentación, se elaboran los yogures y los quesos.  En algunos casos, la fermentación láctica puede pasar a una fermentación pútrida, la cual genera alimentos malolientes y manchas. Esto genera que aparezcan hongos que proporcionan un olor específico deseado en algunos productos, por ejemplo, el olor y aspecto característico del queso roquefort. Un ejemplo de la fermentación láctica es la que se utiliza para la “acidificación de la leche, a continuación se indican algunas de sus características”:
a. Se desarrollan las bacterias (lactobacillus, streptococcus). 
b. Cuando se fermenta la lactosa, se produce energía, la cual utilizan las bacterias para sobrevivir. 
c. El cuajado de la leche se genera debido a que existe una precipitación y alteración de las proteínas de la leche. El pH desciende por el ácido láctico. 
d. Cuando se presenta el ácido láctico se provee de propiedades que conservan más tiempo a los alimentos. 
Las fermentaciones dependen en gran medida del gusto del consumidor, así como de la cultura y la tecnología que se aplique. 

Actualmente, este método es muy utilizado, siendo un pilar en la industria de la panificación, de las bebidas alcohólicas, de la industria láctica y de infinidad de productos probióticos, que por el aprovechamiento adecuado de los microorganismos generan un bienestar a la salud del consumidor, lo cual no ocurre con otros métodos de conservación que se expusieron en esta unidad.

ANTIOXIDANTES Y ADITIVOS 

En la actualidad, la industria alimentaria aprovecha las propiedades de los compuestos químicos, utilizándolos para la conservación de alimentos, ya que por sus cualidades, favorecen la protección de los nutrientes de los alimentos, así como su sabor y su textura, estas características favorecen su consumo, garantizando la inocuidad microbiana al consumidor. Por otra parte, es tan amplia la variedad de aditivos que existen, que se debe tener cautela en su utilización. 
Entre los compuestos químicos que más se emplean están los antioxidantes y los aditivos. A continuación, se describirá la función de los antioxidantes, así como la utilidad de los aditivos en la industria alimentaria.

La función de los antioxidantes 

Los antioxidantes, que de manera natural se encuentran en las grasas, previenen los cambios oxidativos que producen ranciedad. Entre los principales antioxidantes que contienen algunos alimentos están la vitamina E, la cual se encuentra en mayor cantidad en alimentos de origen vegetal que en alimentos de origen animal. Sin embargo, estos antioxidantes no se encuentran en cantidades suficientes para evitar en su totalidad los cambios oxidativos que surgen cuando se almacenan los alimentos, por lo cual es imprescindible agregar antioxidantes que cumplan esta función de conservación.

La rancidez oxidativa es el principal enemigo de las grasas y aceites, y en consecuencia de los productos elaborados con grandes concentraciones de estos elementos (pasteles, galletas), ya que los alimentos son afectados por “el aire, la luz, el calor, la humedad, los metales pesados y la presencia de antioxidantes naturales”.
La principal función de los antioxidantes es evitar o retardar la oxidación de los compuestos del alimento, principalmente de los lípidos que sufren reacciones de rancidez. 

Los antioxidantes reaccionan con los radicales libres, evitando que se propague la oxidación de las grasas contenidas en los alimentos, produciendo que éstos se hagan estables al almacenamiento y se prolongue su vida de aquel. 

“Los antioxidantes pueden clasificarse en naturales, artificiales y sinérgicos de antioxidantes”.

Antioxidantes naturales 

Entre los antioxidantes naturales que se emplean en la industria alimentaria están los siguientes: 

a) Ácido L-ascórbico que se utiliza en confitería, bebidas de frutas y conservas. 
b) Palmitato de ascorbilo. 
c) Tocoferoles, la mayoría se extraen de forma natural, se utilizan en aceites naturales o alimentos para bebés elaborados con cereales. 

Antioxidantes artificiales 

Los antioxidantes artificiales más utilizados son: 
a) Galatos de propilo y octilo, se utilizan en aceites vegetales y gomas de mascar. 
b) Butilhidroxianisol, un poderoso antioxidante utilizado en mantequillas, mantecas y margarinas. 
c) Butilhidroxitolueno, utilizado para prevenir la oxidación de productos grasos. 

Sinérgicos de antioxidantes 

Se ha demostrado que existen antioxidantes que al combinarlos con otro antioxidante o con un compuesto que por sí sólo no tiene poder antioxidante, aumentan su poder produciendo un efecto mayor que el que pueden causar solos, esto ayuda a que se disminuyan las dosis de antioxidante. A estos compuestos se les denomina sinérgicos de antioxidantes, entre ellos se encuentran: 
a) “Ácidos grasos y sus sales, como el ácido láctico, ácido cítrico. 
b) Secuestradores de metales, que bloquean metales e impiden que éstos favorezcan otras reacciones no deseadas. 
c) Existen otras sustancias como la lecitina que es utilizada en gomas de mascar y pastas para untar, y en ciertos productos derivados del romero”

La utilidad de los aditivos 

Los aditivos para alimentos son “aquellas sustancias que se adicionan directamente a los alimentos y bebidas, durante su elaboración para proporcionar o intensificar aroma, color o sabor; para mejorar su estabilidad o para su conservación”.

En la industria alimentaria, uno de los principales usos de los aditivos es para la conservación de los alimentos, aumentando su vida de anaquel, sin dañar las propiedades nutricionales ni sensoriales del alimento, cumpliendo las expectativas del consumidor. 

Se debe señalar que no en todos los casos es intencionada la adición de estas sustancias a los alimentos, de ahí que los aditivos comúnmente se dividen en dos categorías: 

a) Aditivos intencionales que se agregan al producto alimenticio con un objetivo específico: vitaminas, conservadores, colorantes y antioxidantes. 
b) Aditivos no intencionales o incidentales son aquellos que no tienen una función específica en los productos pero que contaminaron al alimento en alguna fase de su proceso de elaboración (recolección agrícola, procesamiento, envasado o almacenamiento): pesticidas, insecticidas, detergentes, plomo, etcétera

La aplicación de estos aditivos se utiliza en gran medida en la industria alimentaria, y la cantidad de aditivos que existen es muy variada, y dependen del área de procesamiento al que se dirige. 

Con respecto a la legislación en la utilización de aditivos, existe una gran polémica entre países europeos y americanos, por lo que cada país establece sus reglamentos y normativas para regular los aditivos permitidos en la industria alimentaria, siempre con el objetivo de preservar la salud del consumidor, quien tiene derecho a estar informado de los aditivos que contienen los productos que consume. 

Entre los aditivos más utilizados y aprobados que se pueden encontrar en la mayoría de productos están: 

Colorantes: Curcumina, riboflavina, cochinilla, caramelo, bixina, beta-apo-8'-carotenal y antocianos; clorofila y complejos de cobre, betacaroteno, capsantina, licopeno, xantofilas y betanina o rojo de remolacha. 
Acidulantes: Ácidos cítrico, tartárico, adípico y succínico y glucono- 
delta-lactona. 
Edulcorantes: Sorbitol, manitol, aspartame, ciclamato sódico o potásico isomaltitol, sacarina, taumatina, maltitol, lactitol y xilitol. 
Potenciadores del sabor: Glutamato monosódico o monopotásico, guanilato sódico y maltol. 
Antiaglomerantes: Carboximetilcelulosa, estearato cálcico. 
Antiespumantes: Aceite de parafina, aceite de soja oxipolimerizado. 
Emulgentes: Lecitinas y mono o digliceroles de ácidos grasos. 
Espesantes: Carragenatos, goma guar, goma tragacanto, goma xantana y celulosa. 
Estabilizadores: Goma tragacanto y goma arábiga. 
Humectantes: Lactato sódico. 
Conservantes: Ácido sórbico y sus sales sódica o potásica, ácido benzoico, parahidroxibenzeato de etilo, dióxido de azufre y sulfito sódico, nisina, nitrito potásico o sódico y los ácidos orgánicos acético, láctico, propiónico y málico. 
Almidones modificados: Almidón oxidado, almidón acetilado e hidroxipropil almidón. 
Gasificantes: Ácido L(+) tartárico, carbonatos de sodio, de potasio o de amonio. 
Gelificantes: Alginato sódico, agar-agar y pectinas. 
Sales fundentes: Ascorbato cálcico, lactato potásico, ortofosfato, polifosfato. 
Agentes de tratamiento de la harina: Ácido ascórbico, fisteína, cistina

MÉTODOS COMBINADOS DE CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS 

En los alimentos conservados mediante calor se producen reacciones físicas y químicas que influyen en el valor nutritivo. La posibilidad de usar métodos de conservación basados en dos o más principios reduce la intensidad del tratamiento térmico y mantiene las cualidades organolépticas en el producto final. La tecnología de barrera o métodos combinados mejora la calidad de los alimentos mediante una combinación de obstáculos que aseguran la estabilidad y seguridad microbiana, así como propiedades nutritivas y económicas.

La aplicación de los métodos combinados permite conservar los productos elaborados a temperatura ambiente y se mantiene su seguridad microbiológica”, por ejemplo: elaborar conservas de hortaliza aplicando un escaldado, y adición de químicos como acido cítrico, láctico y acético. 

Estos métodos combinados, también se emplean para la conservación de néctares, ya que los tratamientos térmicos son muy agresivos, y como se ha indicado con anterioridad, provocan una disminución en la calidad nutricional y organoléptica del alimento (como la desnaturalización de las vitaminas) y lo que se requiere es conservar estas propiedades. 

Debido a que los microorganismos son los principales enemigos que se deben atacar, así como las reacciones bioquímicas naturales que sufren, entonces se manipulan las temperaturas con tratamientos no tan severos, pH, adición de antioxidantes, combinación de aditivos (disminuyendo las concentraciones), oxígeno y Aw, para lograr que el alimento conserve su valor natural, sin la presencia de tantos conservadores que pueden ser nocivos para la salud, y así aumentar la vía útil del alimento.

Aquí se describieron una gran gama de métodos de conservación que se aplican actualmente en la industria de alimentos y culinaria. Su aplicación se basa principalmente en la naturaleza y composición del alimento a tratar; en los costos; en causar el menor daño a los nutrimentos del alimento y a sus características naturales (olor, sabor, textura, etc.); y sobre todo, no afectar la salud del consumidor y obtener su satisfacción, que es quien tiene la decisión final de escoger entre uno u otro producto, de acuerdo a su necesidad, hábitos, estilo y calidad de vida.

CONSERVACIÓN DE PRODUCTOS ALIMENTARIOS FRESCOS DE ORIGEN VEGETAL Y ANIMAL

En general, los alimentos vegetales y animales son sistemas acuosos de carbohidratos, proteínas y grasas, disueltos en agua con sales minerales, vitaminas y pigmentos, pero con diferente composición, por ello la diversidad de los métodos de conservación que se pueden aplicar. 30 

Generalmente, los tejidos vegetales son ricos en carbohidratos; por su parte, los tejidos animales son ricos en proteínas.
Algunos alimentos como las hortofrutícolas, presentan una mayor dificultad para su conservación, en ese caso la logística y procedimientos de distribución deben ser eficientes y contar con políticas de calidad e higiene. 

La conservación de productos frescos es muy limitada, según los productos y el embalaje, lo que ocasiona que la vida útil dependa del tipo de producto fresco del que se trate. 

La vida útil de un alimento es un concepto que permite al consumidor, identificar el tiempo que éste permanece aceptable para el consumo, antes de convertirse en desagradable o nocivo. De acuerdo a este concepto, la vida útil varía en un amplio rango entre los diferentes alimentos, tal como se muestra en la tabla

ALIMENTO FRESCO
VIDA ÚTIL
Pescado fresco
Un día
Alimentos que so preparados por cocción como pescado y carne
De uno a dos días
Leche que pasa por diversos procesos como pasteurización o esterilización
De dos a tres días
Aves
De uno a dos días
Carne cruda
Puede permanecer entre cuatro y cinco días
Verdura cruda
Una semana
Raíces comestibles
De siete a veinte días
Frutas
De uno a siete días
Huevos
Tres semanas
Semillas secas
Un año o más
Derivados de la leche como el queso maduro, fresco, y otros productos suaves como la nata, mantequilla y el yogurt
Estos productos poseen tiempo específico de conservación, es decir, se etiqueta la fecha de caducidad.


La conservación de alimentos, en particular de frutas y hortalizas, permite disponer de ellos fuera de su temporada, distribuirlos a diferentes mercados, tanto nacionales como extranjeros, pero lo más importante es reducir las pérdidas que se generan debido a su carácter altamente perecedero. 

Hasta este momento, se han explicado diferentes métodos de conservación, algunos tradicionales y otros tecnológicos. Ahora, es necesario agregar un método simple: la conservación de alimentos frescos por bajas temperaturas, es decir por el frío.

El metabolismo de los tejidos vivientes está en función de la temperatura del medio ambiente. Los organismos vivos tienen una temperatura óptima para su crecimiento y el frío es efectivo para reducir la velocidad a la cual se efectúa la respiración, por lo que las bajas temperaturas son importantes en la conservación de alimentos por corto tiempo. No solamente porque disminuyen la velocidad de respiración de los alimentos tales como las frutas, sino que también es retardado el crecimiento de muchos microorganismos, causantes de sus descomposición

Para regular la temperatura se requiere un ambiente controlado menor a 4º C. Si los alimentos se mantienen frescos con esta temperatura, la posibilidad de que se desarrollen microorganismos será muy baja, aunque esto no significa que sean eliminados, porque se pueden activar cuando la temperatura aumenta, ya que el crecimiento es retardado, no detenido.

Para mantener la integridad de los alimentos como la carne o pescado fresco, es muy importante que éstos sean inmediatamente refrigerados en la sección diseñada para ellos, para evitar que se contaminen o que comience el proceso de descomposición. Lo mejor es comprarlos y refrigerarlos. Si se descongelan entonces deben consumirse al momento. 

Si el consumidor almacena los alimentos para efectos de salud y buen sabor, es crucial conservarlos en lugares adecuados en el refrigerador. No es el mismo olor de un limón refrigerado a un pescado en malas condiciones. La salud y la higiene determinan que otros alimentos, que también han sido almacenados sean contaminados.

El almacenaje y distribución de alimentos perecederos debe cumplir con lo siguiente: 

a) Los productos que requieren refrigeración o congelación debe realizarse en instalaciones limpias, como cualquier equipo que tenga contacto directo con los alimentos, para evitar el crecimiento de microorganismos psicrófilos (aquellos que crecen a bajas temperaturas). 
b) Mantener en buenas condiciones higiénicas el área, se debe llevar un control de temperatura y humedad en el almacén que permita la conservación adecuada del producto. 
c) La colocación del producto se debe hacer de tal manera que existan los espacios suficientes que permitan la circulación del aire frío en los productos que se almacenan. 
d) Todos los alimentos secos se deben proteger contra la humedad. 
e) Los alimentos potencialmente peligrosos se deben mantener a temperaturas iguales o inferiores a los 7ºC hasta su utilización. 
f) Se recomienda que los alimentos que requieren congelación se conserven a temperaturas tales que eviten su descongelación.

Los alimentos deben almacenarse en lugares adecuados. Si se agregaran etiquetas a los alimentos, se podrían clasificar en los siguientes grupos:

1) Carnes rojas. 
2) Carnes blancas. 
3) Variedad de mariscos y pescados. 
4) Lácteos. 
5) Embutidos. 
6) Granos y cereales. 
7) Vegetales 
8) Confituras. 

Los diferentes alimentos como las carnes, la mayoría de las frutas y los derivados de la leche son elaborados de manera cuidadosa, y rápidamente son llevados a bajas temperaturas para evitar su descomposición, pero si estos procesos no se realizan en condiciones adecuadas, disminuye la calidad de los alimentos. 

Los alimentos de alta calidad para el hombre y con mayor demanda, resultan también los más perecederos. Afortunadamente, los alimentos más perecederos se pueden hacer estables y aceptables mediante la aplicación adecuada de la tecnología actual. Con esta aplicación de tecnologías comerciales, los alimentos perecederos se pueden conservar y aumentar su disponibilidad, contribuyendo al bienestar humano. Además, se mejora su suministro, alentando o iniciando prácticas intensivas de producción de alimentos, reduciendo las pérdidas debido a la descomposición y degeneración en los alimentos cosechados, y en la mayoría de los casos, al aumentar el suministro, baja su coste.

LAS CONSERVAS

Es un mecanismo de conservación indirecto en el que se usa como envase el vidrio o la hojalata fundamentalmente y permite aislar el alimento para preservarlo de la contaminación y evitar fenómenos oxidativos.

Los alimentos en conserva deben mantener un aspecto, sabor y textura apetitosos así como su valor nutritivo original.

No hay ningún método de conservación que ofrezca protección frente a todos los riesgos posibles durante un periodo ilimitado de tiempo.

FUENTES DE ALIMENTOS

Los nutrientes necesarios para el hombre se obtienen del reino vegetal y animal, los más importantes son: carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y agua.

Es importante conocer estos nutrientes y saber la transformación que tienen a través del tiempo. Las fuentes de alimentos, tanto de origen animal como de origen vegetal, indispensables para la alimentación humana se pueden dividir en seis grandes grupos. A continuación se describen brevemente sus características químicas y cómo influyen en su conservación.

Cereales y derivados

Constituyen la base de la pirámide nutricional y son consumidas en abundancia por el hombre, por ser la principal fuente de carbohidratos.

Los granos de cereales y las harinas tienen en general actividad de agua (Aw) tan baja que impiden el desarrollo microbiano. Las malas condiciones de almacenamiento (locales húmedos, fuertes variaciones de temperatura) pueden elevar su Aw por encima de 0.7 y hacer posible la presencia de mohos, disminuyendo la calidad organoléptica y el riesgo de producir micotoxinas.

Los cereales más importantes son el maíz, el trigo, el arroz, la cebada, y el centeno, y cada variedad está adaptada a cada tipo de clima en el mundo.

Legumbres, frutas y hortalizas frescas

Otra fuente de alimentos son las legumbres que se consideran las más importantes después de los cereales. 

La alteración microbiana de las legumbres, frutas y hortalizas, se debe por un lado a los microorganismos fitopatógenos que atacan a las plantas antes de la cosecha y por otro, a los gérmenes (no patógenos para la planta) que suceden a los patógenos y atacan legumbres y plantas sanas.

Estos diversos grupos son los responsables de pérdidas muy importantes de productos durante el crecimiento o almacenamiento refrigerado.
Con respecto al desarrollo de microorganismos, la diferencia más importante entre legumbres y frutas se debe al pH, en frutas pulposas es de 4.5 y en legumbres en general está entre 5.5 y 6.5.

La descomposición de las frutas se atribuye normalmente a las levaduras o mohos (moho gris o Botrytis cinerea; varias especies de Rhizopus causando manchas negras y ablandamiento; Aspergilus y Penicillium que originan mohos negros y azules), por lo menos en sus primeras fases de descomposición; mientras que las alteraciones de las legumbres se deben, frecuentemente, a la acción de las bacterias (del género erwinia carotivora y algunas pseudomonas).

Los microorganismos que atacan a este grupo de alimentos, tienen la facilidad de producir enzimas pectinolíticos y celulolíticos que destruyen el tejido vegetal, por ello el ablandamiento de estos productos. Generalmente, estos microorganismos se esparcen por las moscas, que depositan sus huevos, quienes atacan más fácilmente a este grupo de alimentos si reciben daños mecánicos, por esta razón la necesidad de tomar precauciones durante la recolección, el transporte y la manipulación.

Leche y productos lácteos

La leche es un medio de cultivo para numerosos gérmenes y su pH (aproximadamente 6.5), permite el desarrollo de bacterias, levaduras y mohos, por lo cual es muy perecedero; se vincula a gérmenes patógenos para el hombre (mycobacterium tuberculosis, salmonella, brucella). Estas bacterias ocasionan modificaciones en el sabor y olor de la leche, debido a la producción de lipasas que hidrolizan la materia grasa, o de enzimas que la oxidan; que son putrefacientes como la Clostridium o algunos coliformes como levaduras, que originan alcohol y diversos compuestos aromáticos.

La leche cruda siempre contiene gran cantidad de microorganismos, y esto está en función del estado sanitario de los animales de donde proviene, de los cuidados técnicos durante el ordeño, de la limpieza de los aparatos y recipientes, de la rapidez de refrigeración, entre otros procesos de manipulación hasta llegar al consumidor. De igual forma, estas condiciones repercuten en todos los productos que se pueden obtener de la leche como la crema, la mantequilla, el queso, etc. En el caso del queso, hay varias modificaciones que constituyen defectos o alteraciones en otros productos, y que para la elaboración del queso son deseables, siempre y cuando no sobrepasen ciertos límites.

Para destruir los gérmenes patógenos, la leche se somete a diferentes tratamientos térmicos como la pasteurización, entre otros métodos que se describirán en las siguientes unidades.

Carnes y productos cárnicos

En un animal sano, la carne muscular, la sangre en circulación, y los otros tejidos utilizados para el consumo humano no contienen ningún microorganismo.

Desde el sacrificio del animal, las posibilidades de contaminación son numerosas y variadas, las medidas de higiene que se ejecuten para desangrarlo (por ejemplo, si se riega en todo el organismo la sangre contaminada con gérmenes), eviscerarlos y descuartizarlos representan un aspecto importante en la conservación posterior.

La carne fresca, debido a su Aw y pH, y riqueza de nutrientes, constituye un excelente medio de cultivo para gran número de microorganismos como Enterococcus y Clostridium que producen gas y hacen a la carne blanda y esponjosa, o la Clostridium botulinum altamente patógena. De igual manera, se producen aminas (Putrescina, cadaverina), características del desagradable olor de carne en estado de descomposición y que producen una toxicidad elevada.

También interviene la humedad de la superficie y la temperatura en la que se almacena la carne, así como las condiciones de higiene y seguridad de manejo previo al sacrificio y los tratamientos que se realicen hasta llegar al consumidor.

Aves y huevos

La mayoría de las aves que existen en los mercados del país se sacrifican, despluman y evisceran en instalaciones industriales para inmediatamente ser refrigeradas a unos 0ºC. En estas condiciones se pueden guardar durante dos o tres semanas.

Si esta actividad se realiza con un mínimo de precauciones de higiene, la carga microbiana es relativamente baja. La flora de alteración se forma por bacterias aerobias psicrótrofas (Pseudomonas, Achromobacter y Alcaligenes) que se desarrollan sobre la piel y en la cavidad intestinal de las aves, provocando olores anormales y la aparición de una capa pegajosa.

Con respecto a los huevos de gallina, éstos son estériles en su interior, pues su estructura y composición ofrecen una protección bastante efectiva contra contaminación por microorganismos. Sin embargo, la superficie del huevo siempre está contaminada por una infinidad de microorganismos que junto con una superficie húmeda, pueden traspasar los poros de la cáscara y desarrollarse lentamente en la clara y alcanzar la yema, que es un medio de cultivo muy favorable para originar putrefacciones. Las Pseudomonas Achromobacter, Proteus y Serratina, y Salmonellas, son microorganismos bastante comunes que atacan solamente a los huevos de pata.

También se pueden desarrollar mohos en la superficie del huevo, que después penetran al interior si son almacenados en condiciones muy húmedas.

Pescados, crustáceos y moluscos marinos

La gran diversidad de especies marinas hace complejo conocer la flora bacteriana de los pescados y otros animales marinos.

La conservación temporal en hielo a bordo de barcos, desde la captura y posterior distribución o entrada a la fábrica, es la regla más común actualmente, salvo que el pescado sea congelado inmediatamente a bordo (como es el caso de los grandes atuneros).

CLASIFICACIÓN DE LOS ALIMENTOS

Debido a los cambios climáticos y a la ausencia de condiciones para conservar los alimentos, la industria ha establecido una clasificación general:

1) Alimentos perecederos: Se integran esencialmente por los productos que tienen una vida útil muy corta, lo cual produce que entren en un proceso de descomposición muy rápido. Los productos de primera necesidad que se venden frescos son los que están más expuestos. Algunos ejemplos de este tipo de alimentos son la leche, las carnes, los huevos, las frutas y las hortalizas.

Desde su obtención hasta consumo o procesado, pueden tener una vida útil (tiempo que dura el alimento con calidad aceptable) de horas o días a temperatura ambiente.

2) Alimentos semi-perecederos: Son aquellos que permanecen exentos de deterioro por mucho tiempo. Como las raíces o tubérculos, granos o cereales, ejemplo de ellos son las papas, las nueces, arroz, pasas, frutas secas.

3) Alimentos no perecederos: Conservan su estructura, calidad y durabilidad, en buenas condiciones a temperatura ambiente, a menos que los invada una plaga. Ejemplo de ellos son las harinas, las pastas (cereales), judías secas (leguminosas) y el azúcar (miel). Siendo estos alimentos más estables, donde su vida útil puede ser de meses o años, debido principalmente a su baja actividad de agua.

La industria de los alimentos clasifica a los productos frescos como aquellos que tienen más riesgos de descomponerse, aunque también cuentan con mayores valores nutricionales.

La conservación de productos animales o vegetales ha sido objeto de innovaciones y de una constante actualización de las medidas tradicionales.

CÓMO UTILIZAR LAS CONSERVAS

Se debe evitar el aclarado de los alimentos en conserva, ya que esto conlleva una pérdida de los minerales que hay en el líquido de conserva.

El líquido de la conserva contiene sales minerales y vitaminas. Salvo contraindicación, se puede añadir a una salsa o sopa.

No se debe recocer un alimento en conserva, es suficiente recalentarlo poco tiempo.

Una conserva abierta se estropea rápidamente como cualquier alimento ya cocido, es necesario consumirla pronto.

Cuando no se utiliza todo el producto, se transvasará el resto a otro recipiente y se guardará en lugar fresco, tapado y al abrigo de la luz.

Las conservas envasadas en vidrio, no son de mejor calidad (aunque si suelen ser más caras) ya que están empobrecidas en vitaminas por estar alteradas por la luz.

Las conservas deben guardarse en lugar fresco. La cantidad de vitamina B disminuye rápidamente si la leche se guarda a temperatura ambiente.

No deben comprarse latas oxidadas o abolladas: pueden tener fisuras o contaminación interna.

Limpiar la tapa de las latas antes de abrir y también el abrelatas. El sonido que se produce al abrirlas, como un soplido, es normal, ya que se han llenado calientes al vacío, y al abrirlas, el vacío aspira el aire.

Las semiconservas, de conservación limitada, deben llevar en la etiqueta "guardar en frío" y la fecha de consumo preferente expresada por el mes y el año. Se trata de algunas cremas o pastas para untar, mantequilla, margarinas, etc.

¿ALIMENTOS FRESCOS O ALIMENTOS CONSERVADOS?

Desde el punto de vista nutritivo, no hay ninguna diferencia significativa entre las comidas elaboradas en casa con alimentos frescos y las realizadas con alimentos conservados.

Algunas pérdidas de nutrientes son inevitables. Muchos procesos de preparación de comidas, sean domésticos o industriales, suponen aplicación de calor o tratamiento con agua. En ambos casos se produce alguna pérdida de nutrientes. Si ocurren pérdidas durante el procesado industrial de alimentos, esto de igual manera se producirá inevitablemente al cocinar los alimentos en casa.

Con frecuencia ocurre precisamente lo contrario: que los alimentos procesados industrialmente superan en algún aspecto a los alimentos frescos. Además, algunas industrias enriquecen los alimentos añadiéndoles vitaminas y elementos minerales. No obstante, los aditivos químicos para mantener los alimentos en buen estado pueden ser perjudiciales para la salud.

Sólo se puede disponer de algunos alimentos frescos durante un período de tiempo limitado. Si no se recurre a algún método de conservación, son pocos los alimentos frescos que se pueden almacenar o transportar.

TÉCNICAS DE CONSERVACIÓN:

Mediante calor:

Su fin es la destrucción total de gérmenes patógenos y sus esporas. Las técnicas utilizadas para ello son: la pasteurización y la esterilización o uperización.

Escaldado en agua hirviendo: Técnica de combinación que se emplea como paso previo a la congelación de ciertos vegetales y mejorar su conservación. Los alimentos, en especial verduras, se sumergen unos minutos en agua hirviendo para dejar inactivas las enzimas que son las sustancias presentes de forma natural en los vegetales y responsables de su deterioro. Una vez enfriadas se envasan en recipientes especiales para congelados. No se producen pérdidas nutritivas.

Pasteurización: El proceso de pasteurización fue llamado así luego que Luis Pasteur descubriera que organismos contaminantes productores de la enfermedad de los vinos podían ser eliminados aplicando temperatura. Luego se empleó a otros productos para lograr su conservación. Es común la pasteurización de la leche.

Esta operación consiste en la destrucción térmica de los microorganismos patógenos, y la mayoría de los saprófitos presentes en determinados alimentos, con el fin de permitir su conservación durante un tiempo limitado y a partir de ese proceso, garantizar la calidad microbiológica y evitar su degradación.

La pasteurización se realiza por lo general a temperaturas inferiores a los 100ºC.

Cabe distinguir la pasterización en frío, a una temperatura entre 63 y 65ºC durante 30 minutos, y la pasterización en caliente, a una temperatura de 72 - 75ºC durante 15 minutos. Cuanto más corto es el proceso, más garantías existen de que se mantengan las propiedades organolépticas de los alimentos así tratados.

Después del tratamiento térmico, el producto se enfría con rapidez hasta alcanzar 4 -6ºC y, a continuación, se procede a su envasado. Los productos que habitualmente se someten a pasterización son la leche, la nata, la cerveza y los zumos de frutas.

El pasteurizado consiste en un sistema continuo que comunica inicialmente vapor de agua o de radiaciones infrarrojas, mediante un intercambio de calor, a continuación el producto pasa a una sección en la que se mantiene la temperatura durante un tiempo dado, en la sección final del aparato se verifica el enfriamiento mediante otro sistema intercambiador de calor que, en este caso, se abastece primero de agua fría y finalmente de agua helada.

Este tipo de procedimiento se utiliza sobre todo en la leche y en bebidas aromatizadas con leche, así como en zumos de frutas, cervezas, y algunas pastas de queso. Estos productos se envasan en cartón parafinado o plastificado y en botellas de vidrio.

Los alimentos pasteurizados se conservan sólo unos días ya que aunque los gérmenes patógenos se destruyen, se siguen produciendo modificaciones físicas y bacteriológicas. La pasterización conserva los alimentos durante 2 a 4 días.

Esterilización: Proceso que destruye en los alimentos todas las formas de vida de microorganismos patógenos o no patógenos, a temperaturas adecuadas, aplicadas de una sola vez o por tindalización. (115 -130ºC durante 15 - 30 minutos). Si se mantiene envasado el producto la conservación es duradera. Consiste en colocar el alimento en recipiente cerrado y someterlo a elevada temperatura durante bastante tiempo, para asegurar la destrucción de todos los gérmenes y enzimas. Cuanto más alta sea la temperatura de esterilización menor será el tiempo. A 140º C el proceso dura solamente unos segundos. Se realiza la esterilización por el vapor de agua a presión. El modelo más usado es el de Chamberland. Esteriliza a 120º a una atmósfera de presión, 127° a 11/2 atmósfera de presión, o a 134º a 2 atmósferas de presión, se deja el material durante 20 a 30 minutos. Consta de una caldera de cobre, sostenida por una camisa externa metálica, que en la parte inferior recibe calor por combustión de gas o por una resistencia eléctrica. 

La caldera se cierra en la parte superior, por una tapa de bronce que se ajusta perfectamente gracias a un anillo de caucho, mediante bulones a "mariposa". Esta tapa posee tres orificios, uno para el manómetro, otro para el escape de vapor en forma de robinete y el tercero, para una válvula de seguridad que funciona por contrapeso o a resorte. Para hacerlo funcionar se coloca agua en la caldera, 2 o 3 litros, procurando que su nivel no alcance a los objetos que se disponen sobre una rejilla de metal. Se cierra asegurando la tapa, sin ajustar los bulones y se da calor, dejando abierta la válvula de escape hasta que todo el aire se desaloje y comience la salida de vapor en forma de chorro continuo y abundante, lo que indica que el aparato está bien purgado de aire. Se cierra la llave de escape y se ajustan los bulones de la tapa en forma pareja, se deja subir 1, 11/2 o 2 atmósferas la presión, manteniéndola constante durante el tiempo necesario. 

El calor destruye las bacterias y crea un vacío parcial que facilita un cierre hermético, impidiendo la re-contaminación.

En un principio consistía en el calentamiento a baño maría o en autoclave de alimentos después de haberlos puesto en recipientes de cristal, como frascos o botellas.

En el ámbito industrial alimentario se considera también como esterilización el proceso por el que se destruyen o inactivan la casi totalidad de la flora banal, sometiendo a los alimentos a temperaturas variables, en función del tiempo de tratamiento, de forma que no sufran modificaciones esenciales en su composición y se asegure su conservación a temperatura adecuada durante un período de tiempo no inferior a 48 horas.

La acidez es un factor importantísimo, cuanta más acidez, mejor conservación (frutas, tomate, col, preparados tipo kétchup, y algunas hortalizas ácidas), en algunos casos, ni siquiera necesita llegar a temperaturas de ebullición.

Para asegurar la acidez (incluso tratándose de los alimentos anteriores, cuando son muy maduros) conviene añadir aproximadamente 2 cucharadas de zumo de limón, por cada 500g de género.

En cambio, carnes, aves, pescados y el resto de las hortalizas, al ser muy poco ácidas, necesitan mayor temperatura, por lo que sólo es posible su esterilización en autoclave. De no alcanzar la temperatura precisa podría contaminarse y producir botulismo (el botulismo es una intoxicación alimentaria bacteriana causada por una neurotóxica, la toxina botulínica, que es producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta molécula está teniendo usos estéticos en la actualidad como principal componente del botox. La bacteria entra en el cuerpo mediante heridas abiertas pero
también puede vivir en alimentos mal enlatados o almacenados en recipientes abiertos o inapropiados. El término proviene del latín botulus: (salchicha, embutido), si se consumen.

El valor nutritivo de las conservas, debido a las condiciones de fabricación y el reducido tiempo de calor, es bastante óptimo, ya que no existe alteración de proteínas, carbohidratos ni lípidos. La vitamina C de las verduras se conserva en más del 50 por ciento y en el 95 por ciento en las frutas y zumos de frutas. 

Las vitaminas del grupo B se preservan en el  80 por ciento y las vitaminas liposolubles A, D, E y K, sensibles a la luz y al aire, quedan protegidas en los recipientes opacos y herméticos (los envases de vidrio, debido a que dejan pasar los rayos ultravioletas, perjudican a las vitaminas en su conjunto).

Uperización (U.H.T.): En la uperización o procedimiento UHT, la temperatura sube hasta 150º C por inyección de vapor saturado o seco durante 1 ó 2 segundos produciendo la destrucción total de bacterias y sus esporas. Después pasa por un proceso de fuerte enfriamiento a 4º C, el líquido esterilizado se puede conservar, teóricamente durante un largo periodo de tiempo. La fecha límite de uso es de meses, ya que se pueden producir alteraciones en el interior del embalaje. Este método se utiliza sobre todo con la leche natural, consiguiéndose un periodo mayor de conservación que con la pasteurización. 

Las pérdidas vitamínicas son mínimas: menos del 10 por ciento para las vitaminas C y B1 y menos del 20 por ciento para la vitamina B2. El valor biológico de las proteínas no disminuye.

Mediante frio:

Refrigeración: Consiste en conservar los alimentos a baja temperatura, pero superior a 0ºC (entre 2 y 8ºC) sin alcanzar la congelación. Mantiene el alimento por debajo de la temperatura de multiplicación bacteriana. (Entre 2 y 5 ºC en frigoríficos industriales, y entre 8 y 15ºC en frigoríficos domésticos.) Conserva el alimento sólo a corto plazo, ya que la humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias. A ésta temperatura el desarrollo de microorganismos disminuye o no se produce pero los gérmenes están vivos y empiezan a multiplicarse desde que se calienta el alimento. 

La temperatura debe mantenerse uniforme durante el periodo de conservación, dentro de los límites de tolerancia admitidos, en su caso, y ser la apropiada para cada tipo de producto.

La refrigeración es sistemática en la leche y frecuente en verduras y frutas (durante las 24 horas siguientes a su recolección), las frutas y verduras se almacenan a temperaturas que oscilan entre los 0º C y 12º C. La carne se guarda en cámara fría durante cinco días por lo menos. 

La refrigeración doméstica se hace a temperaturas que van desde 2º C (parte superior del refrigerador) a 8º C (caja de verduras y contrapuerta). 

La conservación es limitada, según los productos y el embalaje por ejemplo: 

Pescado fresco = 1 día. 

Pescado cocido, carne cocida y restos varios = de 1 a 2 días. 

Leche pasteurizada o esterilizada, previamente abierta, verdura cocida y postres caseros = de 2 a 3 días.

Carne cruda = de 4 a 5 días. 

Verdura cruda = 1 semana. 

Huevos = 3 semanas. 

Nata fresca, yogur, queso fresco, margarina, mantequilla, llevan generalmente fecha de caducidad (día y mes). 

Los alimentos más delicados, como carne o pescado se deben conservar en la parte alta del refrigerador. 

Congelación: El fundamento de la congelación es someter a los alimentos a temperaturas iguales o inferiores a las necesarias de mantenimiento, para congelar la mayor parte posible del agua que contienen. Durante el período de conservación, la temperatura se mantendrá uniforme de acuerdo con las exigencias y tolerancias permitidas para cada producto. Se somete el alimento a temperaturas inferiores al punto de congelación (a - 18ºC) durante un tiempo reducido, en el núcleo del alimento, para que no pueda haber posibilidad de desarrollo microbiano y limitar la acción de la mayoría de las reacciones químicas y enzimáticas. 

Detiene la vida orgánica, ya que enfría el alimento hasta los 20º bajo cero (en congeladores industriales llega hasta 40º bajo cero). Es un buen método, aunque la rapidez en el proceso influirá en la calidad de la congelación.

La congelación se considera como una de las mejores técnicas de conservación. 

La congelación conserva los alimentos impidiendo la multiplicación de los microorganismos. Debido a que el proceso no mata a todos los tipos de bacterias, aquellos que sobreviven se reaniman en la comida al descongelarse y a menudo se multiplican mucho más rápido que antes de la congelación.

Las enzimas congeladas permanecen activas, aunque su actividad se hace más lenta. Las verduras se blanquean o calientan antes de su congelación para garantizar la inactividad enzimática y evitar así la degradación de su sabor.

También se ha propuesto el blanqueado del pescado, con el fin de matar las bacterias adaptadas al frío que haya en su superficie.

Si el alimento fresco está en buen estado y el escaldado (introducir en agua hirviendo el alimento a temperatura superior o igual a 100º C) se ha hecho en buenas condiciones, el producto congelado será de buena calidad siempre que se conserve durante un tiempo razonable a temperatura adecuada. 

Si el alimento pasa varios meses en el congelador, el contenido en vitaminas tiende a disminuir y las grasas a hacerse rancias. 

La congelación hace que el agua contenida en los alimentos se expanda y tienda a destruir la estructura celular por la formación de cristales de hielo.

La calidad del producto puede depender más de la rapidez con la que se prepara y almacena la comida en el congelador que con la velocidad a la que se congela. 

Para que no se modifique el valor nutricional del alimento congelado, es muy importante que la descongelación se haga adecuadamente, es decir, debe ser muy rápida (el microondas garantiza al máximo este proceso) y siempre que sea posible, se debe cocer el alimento sin descongelar o bien descongelar en la nevera. 

Para descongelar piezas grandes de carne o pescado que necesitan horas, se debe poner el alimento en una rejilla para evitar el contacto con el líquido que suelta ya que es un excelente caldo de cultivo para los microorganismos. 

Ultracongelación: La industria de la alimentación ha desarrollado cada vez más las técnicas de congelación para una gran variedad de alimentos: frutas, verduras, carnes, pescados y alimentos precocinados de muy diversos tipos. Para ello se someten a un enfriamiento muy rápido, con el fin de que no se lleguen a formar macro cristales de hielo que romperían la estructura y apariencia del alimento. Con frecuencia envasados al vacío, pueden conservarse durante meses en cámaras de congelación a temperaturas del orden de -18 a -20ºC, manteniendo su aspecto, valor nutritivo y contenido vitamínico. Se somete el alimento a una temperatura entre -35 y -150ºC durante breve periodo de tiempo; seguidamente se almacena a –18º C, temperatura que se debe mantener hasta el momento de cocción. Es el mejor procedimiento de aplicación del frío pues los cristales de hielo que se forman durante el proceso son de pequeño tamaño y no llegan a lesionar los tejidos del alimento.

Los alimentos ultracongelados cuentan con la ventaja de ser tener una apariencia más similar a la del producto fresco que la de los mismos alimentos conservados por otras técnicas. No obstante, los alimentos ultracongelados también experimentan ciertos cambios. 

Debido al elevado costo de la refrigeración, los alimentos congelados son, en comparación a los frescos, caros de producir y distribuir. La alta calidad es un requisito indispensable para justificar el valor añadido en el mercado.

Por deshidratación:

Consiste en eliminar al máximo, a menos del 13%, el agua que contiene el alimento, bien de una forma natural (cereales, legumbres) o bien por la acción de la mano del hombre en la que se ejecuta la transformación por desecación simple al sol (pescado, frutas...) o por medio de una corriente a gran velocidad de aire caliente (productos de disolución instantánea, como leche, café, té, chocolate).

Secado: es una pérdida de agua parcial en condiciones ambientales naturales o bien con una fuente de calor suave y corrientes de aire. El secado se utilizaba ya en la prehistoria para conservar numerosos alimentos, como los higos u otras frutas.

Concentración: consiste en una eliminación parcial de agua en alimentos líquidos.

Liofilización: ideada a principios del siglo XX, no se difundió hasta después de la II Guerra Mundial. Limitada inicialmente al campo de la sanidad (conservación de medicamentos, por ejemplo), no se aplicó hasta 1958 al sector alimentario. Es la desecación de un producto previamente congelado que mediante sublimación del hielo al vacío se consigue una masa seca, más o menos esponjosa, más o menos estable, que se puede disolver a su vez en agua y que se puede almacenar durante más tiempo al no tener humedad remanente. 

Consta de tres fases: congelación, desecación primaria y desecación secundaria. La conservación de bacterias, virus u otros microorganismos fue su primera aplicación, pero en la actualidad se utiliza en medicina para la conservación de sueros, plasma y otros productos biológicos; en la industria química para preparar catalizadores, y en la industria alimentaría se aplica a productos tan variados como la leche, el café, legumbres, champiñones o fruta. En esta industria es donde tiene mayor aplicación, pues ofrece ventajas tan importantes como la conservación y transporte fácil de los productos, la ausencia de temperaturas altas, la inhibición del crecimiento de microorganismos, ó la recuperación de las propiedades del alimento al añadirle el volumen de agua que en un principio tenía.

Es un proceso que permite la máxima conservación de la calidad organoléptica de los alimentos así como de su valor nutritivo. 

Este procedimiento se utiliza sobre todo en la leche infantil, sopas, café, infusiones. 

Después de una rehidratación, su valor nutritivo y sus cualidades organolépticas son prácticamente las mismas que las del alimento fresco. El alimento liofilizado sólo tiene un dos por ciento de agua.

VENTAJAS DE USAR DESHIDRATADORES

Cuando se secan al sol se tiene la ventaja de que es un método barato, pero hay una serie de inconvenientes:

Variabilidad del clima: la temperatura no es estable y puede ser que llueva. 

Exposición al polvo y a los insectos (con sus larvas y demás).

No se puede controlar adecuadamente el tiempo de secado ni la temperatura.

Si se seca en el deshidratador, hay un aparato más en casa, pero se disfruta de muchas ventajas:

Estabilidad de las condiciones: se puede elegir tiempo de deshidratado y temperatura, que se mantiene estable.

Si se escogen temperaturas alrededor de 40º, todas las enzimas y las vitaminas termolábiles de los alimentos se mantienen intactas. Y por supuesto, ningún otro nutriente sufre alteración: proteínas, hidratos de carbono, grasas, minerales, oligoelementos y vitaminas se mantienen igual. Sólo se pierde el agua.

Se puede elegir diferentes grados de texturas: desde láminas crujientes, chips y crackers hasta texturas blandas. Programar el deshidratador para que se detenga en el momento deseado.

Bajo consumo eléctrico, puesto que usamos potencias muy bajas.

Ahorro: se pueden conservar excedentes de cosechas, frutas y verduras cuando es su tiempo o alimentos que se pueden deteriorar porque no nos da tiempo a consumirlos. Con el deshidratador no hay que tirar nada

Hacer gominolas, ya sea deshidratando frutas que se pueden cortar con moldes de galletas o purés de frutas que se enrollan y cortan.

Elaborar muchas de las creaciones de la dieta cruda (pasteles, pizzas, crackers, creps, galletas…).

Pulverizando alimentos deshidratados se pueden hacer sales de hierbas, aliños, saborizantes para pasteles y dulces, setas molidas para salsas… 

Frutas saludables: no contienen sulfitos (las frutas secas comerciales contienen sulfitos para tener colores vivos), ni harinas ni conservantes de ningún tipo.

BENEFICIOS DE LAS FRUTAS DESHIDRATADAS

La conservación de alimentos por secado es sin duda uno de los procedimientos más antiguos usados por el hombre. De todos los métodos para preservar alimentos, el secado es el más simple y natural, ya que basta con cortar el vegetal en pequeñas piezas y deshidratarlo
Existen diferentes métodos de secado y un mayor número de modificaciones de los mismos. El método escogido depende del tipo de alimento que se va a deshidratar, el nivel de calidad que se puede alcanzar y el costo que se puede justificar. Existen entre los métodos de secado por convección del aire, secadores de tambor o rodillo y secadores al vacío. Algunos de estos sirven para alimentos líquidos y otros para sólidos.
Cada uno de estos métodos tiene un número mayor de variantes que se ajustan a las necesidades de volúmenes y características de productos finales. La deshidratación de fruta es una técnica que surgió hace dos siglos en España e Italia, países que importaban productos frescos de África y para preservarlos los deshidrataban.
Los procesos para deshidratar la fruta son diversos: secado natural al sol, aunque en este caso, la fruta es susceptible a contaminarse y estar expuesta a roedores e insectos, y secado por aire caliente, que es el método que se emplea para deshidratar la fruta a nivel industrial. Una ventaja de este proceso es que, después de la fruta fresca, el alimento deshidratado es el que conserva la mayor parte de sus nutrientes; no obstante, el producto se reduce hasta cinco veces durante el proceso de deshidratación, es decir, al perder humedad el volumen del fruto se reduce notablemente, de tal suerte que para tener un kilo de alguna fruta deshidratada se necesitarán varios kilos de fruta fresca.

Manzana deshidratada
Propiedades:
Gran fuente de vitamina C
Buena fuente de fibra
Buena para el corazón y la circulación
Efectiva contra el estreñimiento y la diarrea
Limpia los dientes y fortalece las encías
Acción antiviral
Tradicionalmente las manzanas han sido utilizadas para combatir problemas del sistema gastrointestinal, es ideal para problemas de artritis, reumatismo, gota, diarrea, gastroenteritis y colitis.

Plátano deshidratado
Propiedades:
Una de las frutas más nutritivas
Ideal para personas que desempeñan actividades físicas.
Beneficioso contra úlceras de estómago.
Bueno contra el colesterol
Previene calambres
El plátano constituye una de los alimentos más milagrosos que nos ofrece la naturaleza, riquísimo en nutrientes, especialmente potasio, vitamina B6 y ácido fólico. El plátano se convierte en un alimento de fácil digestión con mucha fibra soluble. Es adecuado, por lo tanto, para el tratamiento tanto de estreñimiento como de diarrea, mientras que también ayuda a eliminar el colesterol. Es rico en una fécula excelente para el tratamiento y prevención de úlceras estomacales.

Piña deshidratada
Propiedades:
Beneficioso para problemas digestivos, fiebres y afecciones de garganta.
Un excelente protector para el corazón.
Remedio contra los problemas digestivos
El zumo de piña es un excelente remedio contra las afecciones de la garganta y en base a las propiedades antibióticas y anti inflamatorias de algunos de sus componentes. 

Kiwi deshidratado
Propiedades
Una de las frutas más ricas en vitamina C 
Excelente fuente de beta-caroteno, un poderoso antioxidante
Muy rica en fibra y potasio
Excelente función laxante
El kiwi es un tesoro de vitaminas y minerales. Rica en potasio, un mineral vital para nuestro organismo, cuya deficiencia puede producir problemas de tensión arterial, depresión, cansancio y desórdenes digestivos.

Fresa deshidratada
Propiedades
Excelente fuente de vitamina C, beta carotenos y vitamina E
Buen protector contra el cáncer, la gota, la artritis y la anemia
Contiene un ácido que neutraliza los efectos cancerígenos del humo del tabaco
La fresa tiene contenidos de vitamina C, vitamina E y beta carotenos se refiere, los tres antioxidantes por excelencia. Fruta para ayudar al cuerpo a eliminar el exceso de ácido úrico. Las fresas ayudan en el tratamiento de la tensión alta y han sido utilizadas en medicina natural para limpiar y purificar el aparato digestivo.

Pera deshidratada
Propiedades
Buena fuente de energía por su alto contenido en azúcar natural
Buena fuente de fibra y vitamina C
Extremadamente rica en pectina, una fibra soluble muy eficaz para aliviar las digestiones laboriosas y pesadas.
La pera es una buena fuente de fibra soluble. La fibra soluble no sólo actúa como regulador de la función intestinal sino que además ayuda a nuestro cuerpo a eliminar el colesterol. Es rica en vitamina C, contiene algo de vitamina A, una buena cantidad de potasio y pequeñas cantidades de vitamina E.

Papaya deshidratada
Propiedades
Rica en vitamina C
Al igual que otras frutas con pigmentación anaranjada es una excelente fuente de beta carotenos.
Contiene una enzima que favorece la digestión 
El zumo de papaya contiene papaína, una enzima similar a la pepsina humana que desdobla las proteínas y favorece el proceso digestivo.

Sandía deshidratada
Propiedades:
Tiene efectos refrescantes y diuréticos.
Es adecuada para dietas de adelgazamiento
Recomendable para diabéticos o enfermos del corazón.
Neutraliza los gases intestinales, la bronquitis crónica y mejora las anemias. Es rica en azúcares, minerales y carotenos.

Nopal deshidratado
Una de las maravillas de la naturaleza es, sin duda, el nopal, ya que además de su sabor, y sus propiedades mucílagas  ayuda a prevenir y a controlar padecimientos así como a bajar de peso y, lo mejor de todo es, que se puede comer en múltiples opciones: deshidratado, en guisados, ensaladas, dulces, jugos y hasta mermeladas. 
El nopal también disminuye la celulitis y la retención de líquidos por sus proteínas vegetales, debido a su gran cantidad de fibras dietéticas, previene y alivian el estreñimiento y las hemorroides, previene el cáncer de colon y es una excelente fuente de calcio.
Ayuda a estabilizar y regular el nivel de azúcar en la sangre por lo que previene la diabetes, así como la concentración de colesterol, además el nopal elimina las toxinas ambientales que entran al cuerpo y que atacan al sistema inmunológico como lo son el alcohol y el humo del cigarro.

Tomate deshidratado
Propiedades:
Excelente antioxidante
Defensor de las paredes celulares de los tejidos y la piel
Depurador de productos tóxicos
Investigaciones recientes muestran su capacidad de prevención de enfermedades como el cáncer con sustancias casi exclusivas como el licopeno.

Champiñón deshidratado
Propiedades
Rico en fósforo y vitamina B2 y B3.
Se le atribuyen propiedades desinfectantes de bacterias y beneficioso en las dolencias intestinales y gástricas.
El champiñón es, sin lugar a dudas, la seta más popular de nuestra dieta. A pesar de haber estado relegado durante años en nuestra cocina como aperitivo o acompañamiento de otros platillos, en la actualidad están surgiendo con fuerza sus innumerables posibilidades gastronómicas en ensaladas, guisados y sopas.

Por irradiación: La irradiación  de los alimentos con radiaciones ionizantes retarda la maduración de la fruta y la verdura, inhibe la germinación en bulbos y tubérculos, desinfecta el grano, los cereales, las frutas frescas y secas, y elimina los insectos de las verduras; también destruye las bacterias en la carne fresca. Consiste en la aplicación sobre el alimento de radiaciones ionizantes bajo un estricto control. Las radiaciones más empleadas son las gamma, obtenidas a partir de la desintegración radioactiva de isótopos de cobalto y cesio. El método es muy eficaz porque prolonga la vida útil de un producto en las mejores condiciones. Existe un símbolo internacional propuesto para identificar, en el etiquetado, los alimentos que han sido sometidos a un proceso de irradiación. Pero el símbolo no aparece en el etiquetado europeo, aunque si debe mencionarse en la etiqueta que el producto o sus ingredientes han sido irradiados.

Envasado al vacío: este método se utiliza para extraer el aire que rodea al alimento. Se introducen en bolsas de plástico destinadas para ese fin y se extrae la mayor cantidad de aire posible. Además el alimento, posteriormente, puede ser refrigerado o congelado.

Envasado en atmósfera modificada: Para prolongar la vida útil de los productos alimenticios al almacenarlos, tanto frescos como cocinados, se ha estudiado la manera de inhibir las reacciones oxidativas causadas por la exposición de los alimentos al oxígeno atmosférico, para eliminar o frenar el desarrollo de los microorganismos aerobios. 
De este modo, se han desarrollado diversas tecnologías de envasado que cumplan este objetivo, como envasar alimentos al vacío o bajo una atmósfera controlada. 

Este envasado se logra empleando gases que utiliza el ser humano en el proceso de la respiración, pero en condiciones controladas. El aire que está en contacto con el alimento se enriquece con gases como nitrógeno (N2), oxígeno (O2) y dióxido de carbono CO2, lo cual modifica el medio para hacerlo más favorable para la conservación del alimento. 

“La cuidadosa selección de las características de permeabilidad a los gases ofrecidas por los materiales empleados para el envase, permite establecer en su interior una atmósfera adecuada para conseguir que los alimentos tenga una prolongada estabilidad”.

En la actualidad, la técnica de envasado en atmósferas modificadas es muy utilizada, debido a la oferta comercial de diversos productos alimenticios, ya que además de aumentar la vida útil de los productos, por su fácil manipulación, preparación y disponibilidad, hace más accesible su consumo. 

Este envasado se aplica principalmente en los alimentos frescos de origen vegetal como frutas y hortalizas, las cuales se presentan de forma muy diferente a la convencional, en la que se llevaría más tiempo su preparación, ya que se pueden envasar crudas, cortadas, desinfectadas, etc., listas para su consumo. Entre las hortalizas que más se utilizan están: lechugas, escarolas, espinacas, acelgas, apios, coles, brócoli, zanahorias, chicharos, entre una gran variedad. Este envasado también se aplica a ciertos productos de origen animal como algunos quesos, jamón, salchichas y embutidos, que generalmente se comercializan en bolsas de plástico a las que se les aplica vacío en su interior. 

Esta técnica también se emplea para productos cocinados o semi-elaborados que se envasan dentro de materias que impiden el paso de los gases del exterior, dependiendo del tipo de alimento a conservar. 

Este envasado siempre se debe acompañar de un adecuado almacenado en frío, es decir, debe estar en refrigeración. 

El envasado en atmósferas modificadas ofrece varias ventajas como: 

a) Se conserva perfectamente la composición nutricional de los alimentos de origen vegetal, como las vitaminas. 
b) Facilita la venta de alimentos fileteados o en trozos como los embutidos, carnes y pescados. 
c) Facilita la venta de alimentos en pequeñas porciones como los quesos. 

Es importante señalar que la manipulación y almacenamiento adecuado de los alimentos envasados con esta técnica depende de los consumidores, ya que no se puede pensar que los alimentos se mantendrán frescos sólo por estar empacados con envolturas plásticas, como los embutidos (jamón), filetes de pescado, frutas y hortalizas, etc., como se mencionó se prolonga su vida útil si se mantienen en refrigeración, pero es necesario vigilar su fecha de caducidad, ya que una vez abiertos los productos quedan susceptibles a la exposición del aire atmosférico y con ello a la proliferación de microorganismos que acelerarán su descomposición.

Existen diferentes tipos de gases empleados. Las principales propiedades de los gases que se emplean para envasar con atmósferas modificadas son: 

a) N2: Se utiliza debido a que es un gas inerte; entre otras propiedades es insípido, incoloro, inodoro, insoluble en agua y en lípidos. Cuando se aumenta la concentración de este gas, disminuye de manera importante el O2 evitando la proliferación de microorganismos aerobios y frenando las reacciones de oxidación. También es ideal para mantener firme la forma y el volumen del envase. 
b) O2: Al igual que el N2 es un gas incoloro, inodoro e insípido, pero no es inerte. Al contrario, es un gas altamente reactivo, responsable de las reacciones de oxidación (como: oxidación de lípidos), pero es necesario para el metabolismo de frutas y hortalizas, permitiendo que maduren. Como conservador, evita el desarrollo de microorganismos aerobios altamente patógenos como el clostridium botulinum. 
c) CO2: También es un gas inodoro e incoloro, pero con cierto sabor ácido. Tiene un efecto fungicida y bacteriostático que ayuda a la conservación del alimento, impide la formación de hongos y el crecimiento de bacterias nocivas a la salud, encargadas del deterioro de los productos alimenticios. Estas características aumentan en gran medida si se acompañan por bajas temperaturas. 

Actualmente, estos son los gases que más se utilizan para aplicar atmósferas modificadas a los alimentos, aunque en algunas ocasiones se emplean otras mezclas, esto depende del tipo y características del alimento que se conservará, principalmente de su contenido de agua, lo cual determina su vida útil.

El tipo de gas a utilizar depende de la naturaleza y de las características del alimento a envasar.

Características del producto alimenticio
Atmósfera modificada
Aplicación
Productos estables: con un contenido menor al 20% de agua
Mezcla del 98% N2 y 2% O2
Café, frutos secos, papas fritas, papillas, leche en polvo, zumos deshidratados, entre otros
Productos inestables (semiperecederos): con un contenido entre el 20% y 60% de agua
Mezcla compuesta por N2, CO2 y poco O2

Pasta fresca, pan, bollería, embutidos y pizza

Productos muy inestables (perecederos): con un contenido mayor al 60% de agua
Mezcla de N2, CO2 y muy poco O2

Carne, pescado, productos frescos (frutas y hortalizas), etcétera


ENVASADO Y ALMACENAMIENTO 

Aplicar un método de conservación a los alimentos para aumentar su vida útil es fundamental, y cuando se ha aplicado el método más idóneo de acuerdo a las características de un alimento, garantizando que se mantenga en condiciones inocuas para el consumidor, es primordial prepararlo para su almacenamiento, distribución y venta, aumentando su vida de anaquel, ya sea por un plazo corto o largo, hasta que llegue al consumidor final, sin alterar sus características ya definidas. 

Por ello, la necesidad e importancia de aplicar un envasado y embalaje adecuado a los alimentos, tanto frescos como procesados, garantizando la higiene y calidad que se adquirió al aplicar el método de conservación al alimento. Por lo tanto, el envasado tiene un papel muy importante en la comercialización de los alimentos.

El término envase se puede definir como “todo recipiente destinado a contener un producto y que entra en contacto con el mismo, conservando su integridad física, química y sanitaria”

De acuerdo con esta definición, se puede establecer que la finalidad del envase es proteger al alimento del exterior, de cualquier contaminación de microorganismos o partículas del ambiente, de alguna adulteración o algún daño físico o químico, que se pueda presentar durante el periodo de almacenamiento hasta llegar al consumidor final, garantizando la integridad del alimento en su distribución. 

Por otra parte, el proceso de envasado se define como “el proceso para la conservación de alimentos mediante la combinación de sellado hermético de un recipiente y en otros casos, la aplicación de calor para destruir microorganismos que deteriorarán al alimento o patógenos que causarán daño al consumidor, así como para inactivar enzimas”.

El proceso de envasado fue un invento, a diferencia de los métodos de conservación que se describieron anteriormente como el ahumado, la congelación, las salmueras, el salado, entre otros, que se originaron en la vida cotidiana desde la prehistoria, como consecuencia de la misma naturaleza y que poco a poco se fueron aplicando y mejorando intencionalmente para utilizarse como métodos de conservación. 

El primero en aplicar la tecnología del envasado de alimentos utilizada para su conservación, fue Nicolás Appert (1750-1840), químico francés y confitero, que inventó el envasado por calor, en la era napoleónica. Este químico comenzó a preservar algunos alimentos cocinados, los cuales guardaba en botellas de cristal que cerraba con corchos encerados, aplicando baño maría. El descubrimiento de Appert, se utilizó para las provisiones de los ejércitos de Napoleón, por lo cual recibió un premio por el gobierno de su país en 1809. Las desventajas de su invento, como la fragilidad al transportar los envases, y el aire que pudiera quedar en el interior del alimento, ocasionando que los microorganismos proliferaran con el paso del tiempo, condujo a diversos científicos a investigar más sobre el tema, como Peter Durand (1810), que fue el primero en sugerir el empleo de envases metálicos (hojalata), así se originó la industria del enlatado, aplicada a vegetales y carne principalmente. Esta técnica se enriqueció años después (1860) con los descubrimientos de Louis Pasteur sobre los efectos que los microorganismos ocasionaban en la descomposición de los alimentos. 

La necesidad de producir alimentos preservados para las fuerzas armadas, constituyó un factor importante para estimular a la industria alimentaria a buscar e implementar nuevas tecnologías a través de la historia, y aplicarlas para todos los consumidores, y utilizarse en la gran mayoría de alimentos.

La finalidad de envasar un alimento se debe fundamentalmente a cuatro razones: 

1) Proteger al producto alimenticio de la contaminación por insectos, por cualquier microorganismo, de la suciedad o polvo y de daños mecánicos. 
2) Proteger al producto alimenticio de factores ambientales como la luz, el oxígeno y otros gases, las fluctuaciones de temperatura, entre otros. 
3) Evitar que el producto alimenticio gane o pierda humedad o en su caso, retardar este proceso. 
4) Facilitar el manejo del producto alimenticio conservando su integridad, higiene y calidad. 

Desde el punto de vista de la mercadotecnia, el envase es una estrategia de venta, para informar, presentar, atraer, distinguir, convencer y vender el producto alimenticio al consumidor. “Y desde el punto de vista legal, es un medio para informar al consumidor sobre el contenido, valor nutrimental, ingredientes e instrucciones de uso, así como almacenamiento y vida útil”.

Por lo tanto, el envase de un alimento no debe afectar las características del producto debido a la interacción que se crea entre éste y el alimento; debe soportar el proceso de llenado; de esterilización en caso de que se requiera; y la distribución del producto. Por otra parte, debe ser estético y funcional; otro parámetro importante a considerar es el coste, ya que debe ser moderado para no incrementar en gran medida el costo total del producto; y debido a las condiciones y tendencias ambientales, así como ecológicas que existen, si es posible, el envase debe ser reciclable o reutilizable. 

Otro parámetro importante a considerar en el envasado son las sustancias que se emplean como recubrimiento del interior del envase y que están en contacto directo con el alimento.

Las sustancias que se utilizan para recubrir el interior de los envases de los alimentos, deben cumplir los siguientes requisitos: 

a) Quedar perfectamente adheridas a las superficies. 
b) Ser insolubles o inactivas. 
c) No ser tóxicas. 
d) Quedar totalmente exentas de los compuestos volátiles que se utilicen para su disolución y aplicación. 
e) No contener metales pesados. 
f) Impedir la corrosión del envase. 
g) No alterar, en su caso, la acidez o alcalinidad del producto.120 

Por lo tanto, el objetivo es que el alimento permanezca inocuo, tanto en su exterior como en su interior, sin ninguna sustancia ajena que altere su composición y repercuta en su calidad final.

TIPOS DE ENVASES 

Actualmente hay una gran variedad de materiales que se pueden utilizar para la elaboración de envases de alimentos, estos materiales se pueden emplear solos y combinados. De acuerdo al tipo de material, se pueden crear una infinidad de diseños y de muy variadas formas, según los requerimientos del envase y del consumidor. Así, generalmente se producen envases rígidos, semirrígidos o flexibles. 

Los envases rígidos son los más utilizados para envasar alimentos, en esta categoría están los envases de vidrio para bebidas, las latas de metal para infinidad de conservas, como frutas en almíbar, atún, sardinas, hortalizas en escabeche, etcétera, así como los envases de plástico; entre las características que hacen a estos envases los más utilizados están:

a) Su alta resistencia mecánica, ya que ofrecen al alimento envasado una protección contra golpes, magulladuras, etcétera, además evitan que se aplaste el alimento. 
b) Su adaptación a las líneas tradicionales de envasado y cerrado de envases. 
c) Debido a que en las plantas procesadoras se utilizan previamente armados estos envases. 

Por otro lado, el desarrollo cada vez mayor de nuevos materiales plásticos y la combinación de varios materiales en forma de película, ha logrado que existan una gran variedad de envases flexibles, como las bolsas de plástico, recubrimientos, etc., lo cual ha originado que disminuya la utilización de envases rígidos en la industria alimentaria. 

Estos envases se fabrican generalmente a partir de películas flexibles de un grosor no mayor a 0.25 mm con las siguientes características: 

a) Son muy ligeros por sus materiales, lo que origina una disminución de costo de transportación y almacenaje. 
b) Se adaptan muy bien al contenido y forma del alimento. 
c) Son materiales que se pueden termosellar 
d) Se utilizan prefabricados o se pueden manufacturar en la línea de las plantas procesadoras. 
e) Ahorra costos de etiquetado, ya que este material puede imprimirse. 
f) Tienen resistencia mecánica e impermeabilidad a gases y a vapor de agua, cuando son combinados los materiales. 

“Estos envases rígidos, semirrígidos y flexibles se pueden clasificar, según el material con el cual se fabrican en: envases metálicos, envases de vidrio, envases de papel y cartón, envases de plástico y envases combinados”.

Envases metálicos 

También se conocen como latas metálicas, estos envases han sido los más empleados para conservar alimentos en la industria. 

Entre sus ventajas está su excelente protección del alimento contra cualquier contaminación ambiental y microbiana, debido a su cierre hermético y al vacío que se logra en su interior; además de su gran resistencia a los tratamientos térmicos (esterilización); su resistencia mecánica; su adaptación a los procesos continuos en línea (velocidad de llenado, cerrado y empacado), y su facilidad de manejo y almacenado. 

Básicamente, se utilizan dos tipos de envases metálicos: envases de acero y envases de aluminio. 

Es importante destacar que actualmente este tipo de envases han sido desplazados sobre todo por los de plástico, debido a su elevado costo en relación con otros materiales y a que no son tan inertes con los alimentos, pues son susceptibles a reacciones de corrosión e interacción con el alimento envasado, sin embargo todavía se siguen utilizando para bastantes alimentos, como por ejemplo, hortalizas en salmuera, carnes, alguna variedad de pescados, frutas en almíbar, comida para mascotas, leche evaporada, bebidas, por mencionar algunos. 

Envases de vidrio 

Estos envases se utilizan bastante para alimentos que son conservados con altas temperaturas, aunque su empleo ha disminuido considerablemente debido a su fragilidad (se pueden romper, sino se manipulan adecuadamente o por cambios bruscos de temperatura), por su costo (por su peso y fabricación) y por su mala conducción de calor.

Sin embargo, siguen siendo muy utilizados en productos de frutas y hortalizas (mermeladas, jugos, cátsup, encurtidos, mayonesa, mostaza, etc.) y en la industria.

Una de sus principales ventajas es que el vidrio es químicamente inerte, por lo que no reacciona con los alimentos, ni añade sabor ni olor; es impermeable al oxígeno, a otros gases y al vapor de agua; se puede cerrar herméticamente con una tapa adecuada (puede ser de plástico, corcho, metal, etc.), también se puede abrir y cerrar; es moldeable para crear infinidad de formas y tamaños del envase; es totalmente reciclable y por su transparencia permite presentar de forma visible el alimento al consumidor, aunque también se puede elaborar en color ámbar para evitar el paso de la luz. 

Envases de papel y cartón 

Su aplicación depende de su procedencia (hidrólisis ácida o alcalina de la pulpa de madera: pulpa de sulfito y pulpa de sulfato). 

El papel que se elabora de la pulpa de sulfito es el celofán (para productos de panadería, dulces, frutas deshidratadas), el papel glasine, el acetato de celulosa (para envasar frutas y hortalizas frescas), así como películas y algunos tipos de cartones; son muy ligeros y se utilizan para fabricar bolsas, se emplean como capas internas para envases de pan o para laminados, principalmente con polietilenos de baja densidad y aluminio (para café, frituras). 

Los que se fabrican de pulpa de sulfato son el papel kraft y cartones como cartón clipboard, cartón blanco y cartón laminado, éste último es muy utilizado para jugos de frutas y hortalizas o productos lácteos (con tecnología tetra-pack, tetra-brick, etc). 

Algunas de sus principales ventajas y por las que este tipo de envases han sustituido a los de vidrio y a los metálicos, están su menor costo y peso, además de que aportan mayor vida.. 

Envases de plástico

En los últimos años, estos envases han sido los más explotados y utilizados en la industria alimentaria, así como en una infinidad de industrias, debido a que los avances tecnológicos han creado una inmensa variedad de polímeros (plásticos), que se utilizan solos o en combinación con otros materiales para formar diversos envases, tanto rígidos, como semirrígidos y flexibles; entre los más utilizados están: 

a) Polietileno: Utilizado en bolsas o películas flexibles para envasar arroz, frijol, frutas secas, nueces, entre otros. Así como envases semirrígidos o rígidos (botellas) para envasar sal, vinagre, jugos, etc. 
b) Polipropileno: Es una película translucida, brillante y muy resistente, impermeable y fácil de comprimir para vaciar su contenido; se utiliza para envasar cátsup, salsas, mostaza, mantequilla líquida. 
c) Poliéster: Es flexible, elástico y muy estable, el más conocido es el PET (tereftalato de polietileno) para envasar bebidas gaseosas, productos congelados, y por su resistencia térmica, se emplea también para productos que se calientan con agua a ebullición como arroz precocido, sopas, hortalizas deshidratadas, etc. 
d) Cloruro de polivinilideno (PVDC): Es muy impermeable a gases y a vapor de agua, y muy resistente a grasas, por ello se utiliza para envasar aceites y concentrados de frutas. Un copolímero derivado del cloruro de polivinilideno, conocido como sarán, también es muy utilizado como envase flexible por su contractibilidad (adquiere la forma del producto), termosellabilidad e impermeabilidad, para productos como salchichas, jamón, entre otros. 
e) Poliestireno: Se utiliza bastante para productos alimenticios diseñados para calentarse en horno de microondas por su alta resistencia a la radiación.

Este tipo de envases han ido reemplazando a los envases que se describieron anteriormente debido a su bajo costo de fabricación; su bajo peso, lo cual repercute en un bajo costo de transportación y distribución; su alta resistencia a la corrosión, a diferencia de los envases de metal; su maleabilidad (son blandos y flexibles) para moldearse en una infinidad de formas; su durabilidad, ya que son irrompibles; y también se emplean en líneas de llenado a gran velocidad.

Envases combinados 

Generalmente, se elaboran con películas que se recubren con otros polímeros para hacerlos más flexibles. 

Se forman mediante películas laminadas para mejorar su aspecto, su resistencia mecánica y su impermeabilidad. Estos envases se emplean en sopas deshidratadas, café, pan, leche en polvo, pastelería, hortalizas congeladas, alimentos que se cocinan dentro del envase, etcétera. 
También se producen con películas recubiertas para mejorar su impermeabilidad o hacerlos más termosellables. Se utilizan como envoltura de chocolates, papas y otros productos fritos. 
Se pueden crear con películas coextruidas formadas por extrusión de más de dos capas de polímeros (como las olefinas, estírenos o polímeros de cloruro de vinilo), lo cual otorga al envase mayor impermeabilidad, haciéndolo mucho más delgado y más económico. Estos envases se utilizan para mantequillas, margarinas, jugos de frutas, productos lácteos, carne, fruta y alimentos esterilizados. 

La gran variedad de materiales que existen para la elaboración de envases, ha originado que la industria alimentaria pueda producir para cualquier gusto y necesidad, y para casi cualquier tipo de consumidor.

ALMACENAMIENTO 

Cuando los alimentos han sido preservados mediante la aplicación de un método de conservación y protegidos por un envase, es esencial que se cuiden los procesos posteriores hasta llegar al consumidor final. Por esta razón, el almacenamiento de los productos es un proceso muy importante y fundamental para mantener la calidad del producto alimenticio. 

El almacenamiento puede estar a cargo de la empresa procesadora, así como del consumidor, éste último debe seguir de manera precisa las indicaciones que el fabricante coloca en el envase si desea disfrutar de todas las características nutricionales y organolépticas que ofrece el alimento, como fecha de caducidad o advertencia de consumirse preferentemente antes de una fecha específica; requisitos de almacenamiento (lugares húmedos, secos, control de la temperatura, exposición a la luz); si se requiere refrigeración; condiciones de manipulación o fragilidad del envase, entre otras.

Por su parte, la industria alimentaria debe aplicar la tecnología necesaria para usar un embalaje adecuado, que preserve la calidad del producto, además debe especificar en las etiquetas claramente las condiciones de manipulación y almacenamiento para el consumidor. 

“El embalaje es el material que envuelve, contiene y protege los productos preenvasados, para efectos de su almacenamiento y transporte”.

Para que el embalaje cumpla su objetivo se deben utilizar materiales resistentes que garanticen una apropiada protección a los alimentos y a los envases que los contienen, evitando que se deterioren en el interior o en el exterior. Entre más fácil sea la manipulación de estos productos, resistiendo el traslado y distribución, se garantizará un adecuado almacenamiento.

MÉTODOS EMERGENTES EN LA CONSERVACIÓN ALIMENTARIA

Altas presiones 

En el ámbito académico, al concepto de alta presión se le conoce como procedimiento de alta presión hidrostática (APH), y actualmente este conocimiento se ha posicionado fuertemente en la industria de los alimentos. 

Este método se aplica en plantas industriales a gran escala y uno de los países con mayor crecimiento en esta técnica es España, no obstante otros países están considerando los nuevos avances para las industrias locales. Es importante destacar que este esfuerzo no proviene de acciones gubernamentales sino de la iniciativa privada. 

Este método reemplaza la utilización de químicos y en algunos casos, a los procedimientos térmicos tradicionales. El método de alta presión presenta muchas posibilidades de crecimiento y desarrollo, ya que a diferencia de otros métodos, éste no se limita a la conservación de los alimentos, sino que se amplía para maximizar sus cualidades gustativas, así como de composición y forma física. 

Un aspecto fundamental de este método, es que utiliza alta tecnología para inactivar las enzimas en los alimentos, y aunque otros métodos también lo ofrecen, la alta presión conserva una mayor proporción de nutrimentos, sabores y aromas, los cuales quedan retenidos en el alimento. 

Por lo tanto, la alta presión asegura que los alimentos que son sometidos a este procedimiento mantienen un sabor que con otros métodos no se logra. Se conserva el aroma y un sabor fresco más consistente. 

Sin embargo, este método tiene algunas desventajas, principalmente su elevado costo y las dificultades para la manufactura de las cámaras de alta presión. De este modo, las cuestiones logísticas representan un obstáculo para pequeñas empresas que no tienen posibilidad de acceder a este tipo de tecnología. 

Así, la alta presión se origina como una tecnología emergente en la industria de los alimentos. Este método es eficiente en líquidos, así como en sólidos, a diferencia del método de pulsos eléctricos, el cual se utiliza generalmente en los líquidos, o la técnica de irradiación que se orienta a los alimentos sólidos. Por lo tanto, la alta presión tiene una posibilidad más amplia. 

La alta presión alcanza temperaturas muy altas, en cambio los pulsos luminosos sólo pueden aplicarse para pasteurizar ciertos tipos de superficies y alimentos, específicamente diferentes materiales y tipos de envase. 

La alta presión hidrostática (APH) se usa para disminuir los efectos agresivos que otros métodos producen, por ejemplo, la agresividad de los químicos. 

No obstante, el tratamiento térmico es muy útil si se combina con altas presiones de manera controlada y equilibrada. Diversos estudios han comprobado “que el efecto antimicrobiano de las altas presiones se puede incrementar con calor, un pH bajo, dióxido de carbono, ácidos orgánicos, ultrasonidos, radiaciones ionizantes y bacteriocinas (como, por ejemplo, la nisina)”.

Los equipos de alta presión hidrostática (APH) se integran por una cámara que genera alta presión a la temperatura. La cámara se cierra y los alimentos quedan en el interior. Los elementos que integran la APH incluyen agua, la cual se “comprime con algunos agentes anticorrosivos. Ocurre una presurización hasta que se llega a la presión deseada. La presión puede llegar hasta 3,000 atm, durante un lapso de 10 minutos”.

Campos eléctricos 

Otro método aplicado a los alimentos son los campos eléctricos. “El tratamiento mediante pulsos eléctricos de alto voltaje hace uso de la electricidad como fuente energética. El campo eléctrico es aplicado al alimento en forma de pulsos de decenas de miles de voltios, pero extremadamente breves de milisegundos”.

Existen productos que son encapsulados con burbujas de aire, pero éstos no son los más adecuados para un procedimiento con campos eléctricos, debido a que el encapsulado con aire presenta un riesgo muy alto de que se rompa con el paso del campo eléctrico. 

Los campos eléctricos provocan la eliminación de los microorganismos, pero se requieren varios factores esenciales para que esto ocurra, como el nivel o grado y la intensidad de los campos eléctricos, aunque también se considera el lapso de tiempo del procedimiento. 

Otro elemento crucial es el tipo de temperatura del producto y por lo tanto, los tipos de microorganismos que se deben eliminar. No es lo mismo una carne roja que un pescado, cada alimento debe tratarse de manera diferente. 

Existen otras técnicas además de los campos eléctricos, como “los campos magnéticos oscilantes, pulsos lumínicos intensos, irradiación, aditivos químicos–bioquímicos y tecnología de barreras”. Cada método tiene sus propiedades específicas, sus ventajas y sus limitaciones. Más adelante, se detallará cada uno. 

Los campos eléctricos pueden originar que los microorganismos y diversas enzimas se mantengan inactivos, esto se logra cuando la carga eléctrica afecta a las bacterias, es decir, las cargas mínimas pueden no afectar a los microorganismos, pero una carga intensa puede provocar que se detengan hasta el consumo. 

La intensidad de las reacciones eléctricas se mueven mediante lo que se denomina biológicamente membrana celular. Cuando los campos eléctricos superan el valor critico, se desarrolla cierta cantidad de poros o grietas en el interior de la membrana celular, y por esas grietas se introducen las cargas eléctricas. 

Un efecto natural en los alimentos es que la permeabilidad de la membrana celular se eleva, esto se puede revertir si el grado de poder o fuerza del campo eléctrico externo permanece igual o es mayor al valor crítico. “El potencial transmembrana depende de cada microorganismo, así como del medio en el que los microorganismos o enzimas están presentes”.

Para efectuar el procedimiento de campos eléctricos, esencialmente se realiza un proceso que usa campos eléctricos pulsados por alta tensión; este método requiere de componentes específicos como una fuente de poder, una fuente de condensadores, un interruptor que regule la energía, una cámara de tratamiento de los alimentos, un medidor de voltaje y temperatura. 

Un elemento fundamental es que la maquinaria eléctrica cuente con los elementos básicos para el envasado en condiciones asépticas.

El procedimiento de conservación por campos eléctricos es el siguiente: la potencia carga una fuente de condensadores y mediante un botón se descarga la energía eléctrica hacia la cámara para tratar los alimentos. 

Los productos o alimentos tienen dos posibilidades, situarse en una cámara estática o en una cámara continua. La cámara estática se utiliza mayormente en los laboratorios, en un ambiente controlado bajo condiciones estrictas de esterilización e higiene; la cámara continua se usa en la industria de los alimentos transnacionales y en las grandes empresas locales. 

Después de tratar al alimento mediante campos eléctricos, se envasa de manera aséptica, y se almacena a temperatura de refrigeración. Cuando se aplica este método, es necesario utilizar otras formas de conservación complementarias, es decir, se necesitan bajas temperaturas para asegurar que los alimentos no desarrollen microorganismos. 

Cámaras estáticas y continuas 

En el mercado hay una gran variedad de cámaras de tratamiento de los alimentos, ya sea de tipo industrial o para pequeñas y medianas empresas, es decir, la diversidad permite escoger la mejor opción. 

Existen diversos diseños y características de las cámaras, en los que influye el costo y el tamaño. Además, se debe considerar la cantidad de alimento a procesar y la cantidad de producto que se almacenará. 

Para un buen método de almacenaje y posterior distribución, es necesario mantener el alimento fresco en las condiciones idóneas, lo cual requiere una buena circulación, así como una ruta de distribución adecuada del producto terminado. 

Para la elección de las cámaras, la logística de la industria es muy importante, si existe un sistema de calidad adecuado se aprovechará al máximo la capacidad de la cámaras, de lo contrario se desperdiciará dinero y recursos humanos. 

Entonces, el procedimiento mediante campos eléctricos consiste en el uso del alto voltaje, a través de una maquinaria elaborada que transfiere cargas controladas de energía para eliminar riesgos potenciales de microorganismos; utilizar diferentes electrodos permite inactivar o controlar los microbios que se pueden desarrollar en los alimentos. 

Resulta claro que los campos eléctricos no se pueden combinar con frecuencia con el encapsulado, ya que se pueden romper las burbujas, por lo tanto, se deben evitar al máximo aquellos productos que no sean compatibles con los campos eléctricos. 

Para concluir, se puede mencionar que durante “el tratamiento por pulsos eléctricos de alta intensidad (PE) los productos y alimentos son expuestos a un campo eléctrico de gran magnitud por un corto tiempo”. El objetivo es manejar y controlar la polaridad negativa y positiva de los alimentos para reducir al mínimo la proliferación de bacterias.

Campos magnéticos 

En la industria de los alimentos, existen otros métodos alternativos a los que se mencionaron. El método de campos magnéticos es una nueva tecnología que está abriendo camino y será una de las más utilizadas en el futuro. 

Cada método se enfrenta a problemas y oportunidades de aplicación para la industria. Como se indicó, algunos problemas se enfocan en la logística, y otros se orientan a la falta de recursos para la adquisición de maquinaria o cámaras. 

Un problema adicional es el tipo de regulación legal de las nuevas tecnologías, así en ocasiones la tecnología está más avanzada que la propia ley. Entonces, la reflexión se enfoca en la validez y fiabilidad del método, así como en el avance de la regulación para distribuir los productos. 

Cuando un alimento sale al mercado debe cumplir con todas las reglas y certificaciones del país de origen y si se requiere exportar, también debe cumplir con la reglamentación del país a donde se dirige el producto. Por ejemplo, Estados Unidos y la Unión Europea tienen restricciones sanitarias, y son quienes demandan estrictos estándares de calidad y conservación. 

Estas regulaciones son más estrictas cuando se trata de alimentos novedosos y que están por entrar al mercado, en este caso existe mayor interés cuando su método de conservación es mediante campos magnéticos. 

En este tipo de productos se debe garantizar la salud del consumidor, y se debe demostrar con evidencias que los campos magnéticos no son dañinos. Los productos tratados por este método deben asegurar altas medidas de seguridad y confianza, no sólo en los medios de comunicación y campañas publicitarias, sino que el producto sea reconocido en el mercado interno como confiable. 

El método mediante campos magnéticos se puede utilizar en la conservación de la leche, en específico la leche cruda, para prolongar su vida útil y su conservación. “Por ejemplo, para la leche se utilizan campos magnéticos de grado o variación de 1,2 Tesla (T), no obstante los resultados en las investigaciones fueron desfavorables en el desarrollo bacteriano”, lo cual genera algunas dudas sobre la efectividad de este método en una variedad más amplia de alimentos. 

Aunque las pruebas no son concluyentes, este método es una nueva posibilidad cuando no es posible utilizar los métodos tradicionales para conservar los alimentos. El uso de los campos magnéticos ofrece la posibilidad de una técnica alternativa o emergente para conservar la leche cruda que no se refrigera. 

En una comparación entre los métodos de conservación por campos eléctricos y mediante la técnica de infusión de maíz, se obtienen resultados interesantes. El maíz se conserva a partir de campos magnéticos que controlan las bacterias y microorganismos regulando la polaridad de los alimentos. Una de las limitaciones es que la resistencia magnética no perdura por demasiado tiempo.

Los procedimientos para conservar alimentos se clasifican en: 

Procedimientos físicos que incluyen el uso de refrigeración, la aplicación de pasteurización, y los campos magnéticos. 
Procedimientos químicos, los cuales agregan elementos químicos diversos como dicromato de potasio, formaldehido, azida de sodio, así como peróxido de hidrógeno. 

Utilizar el método de campos magnéticos en la leche es una gran oportunidad desde el punto de vista económico, principalmente si a las empresas les interesa ahorrar en sustituir el método de la alta presión, el cual requiere de cámaras de costos muy elevados. 

En párrafos anteriores, se mencionó la aplicación de este método en la leche cruda. De acuerdo a las pruebas con alcohol, se observó que agregando la infusión de maíz, el método permite aumentar por más de tres horas “el periodo de tiempo de conservación de la leche con respecto al grupo control, y en el caso de la tratada se prolongó hasta seis horas después del grupo control, alcanzando este último caso en total 16 horas sin deteriorarse”.

Así, la leche tratada mediante campos magnéticos puede conservarse durante mayor tiempo, si a ésta se le agrega un campo magnético de polaridad norte, es decir, disminuir el lapso de tiempo en la polaridad sur. Algunos estudios, han demostrado que la reacción magnética del “polo sur propicia el desarrollo y multiplicación de una gran variedad de contaminantes.” 

Otros estudios también han demostrado que la aplicación de campos magnéticos tiene gran utilidad en los alimentos.

La teoría oscilante indica que existen campos magnéticos débiles, que rompen los enlaces entre los iones y las proteínas, es decir, su función es destruir estructuras, por lo tanto, si aplica para romper cualquier estructura, también aplicará para debilitar a los microorganismos y enzimas. 

La otra teoría se enfoca en la reacción de los campos magnéticos estáticos y oscilantes que ocurren en los enlaces de iones de calcio que se pegan a las proteínas, por ejemplo el calmodulín. Este proceso ocurre de la siguiente manera: 

Generalmente, los iones de calcio se encuentran en una posición giratoria cercana con el enlace del calmodulín. Cuando se aplica un campo magnético inmóvil al calmodulín se produce una variación del plano, es decir, se orienta la dirección del campo magnético a una frecuencia similar a otra frecuencia que se denomina ciclotrón del enlace del calcio. En palabras más simples, el proceso es la carga magnética de un polo que iguala la polaridad de otros elementos químicos. 

En este método de carga de campos magnéticos ocurren diversas oscilaciones entre los polos, que generan una activación suficiente para afectar al alimento. El método podría provocar que los enlaces en las moléculas de los alimentos se rompan y que los microorganismos no se junten y descompongan el alimento porque tienen una polaridad diferente. 

En las investigaciones de este innovador método se debe citar a Hoffman, quien indica que para que sea más efectiva la utilización de los campos magnéticos oscilantes se debe usar una “intensidad de flujo mayor a 2 T”. Hoffman ha señalado que si la intensidad de las cargas son superiores o más altas a los 500 kHz tienen menos efectos positivos en los microorganismos, por lo cual, el nivel correcto de energía es de gran importancia. Debido a que entre más energía, más se calienta el alimento, y esto puede provocar que las bacterias se desarrollen rápidamente, por lo cual, no se debe rebasar un mínimo de oscilación del campo magnético.

Así, se puede concluir que el campo magnético oscilante puede reducir la población de los microorganismos entre 102 y 103 microorganismos por gramo. El grado de intensidad del manejo de la energía del campo magnético debe cumplir con los siguientes parámetros: “una variación entre 2-25 T y un tipo especifico de frecuencias que vayan de 5-500 kHz”.

En la industria de los alimentos, este método se está abriendo paso a gran escala. 

No obstante, su aplicación todavía es experimental y sólo para grandes consorcios. 

Las cargas magnéticas producen reacciones eléctricas, que permiten aumentar la permeabilidad de las membranas celulares por la “compresión y porosidad de la membrana”. Sin embargo, esto es difícil de aplicar en una pequeña empresa para orientar este método a su producción. 

En este apartado se ofreció una revisión muy breve del método por campos magnéticos, pero se justifica porque no hay una aplicación generalizada a gran escala en el campo de los alimentos. 

Con base en las investigaciones actuales de este método, la mayor aplicación de los campos magnéticos se destaca debido a que disminuye la tensión superficial en los productos, lo cual genera transformaciones en las estructuras conformacionales de las membranas. Esto produce el efecto de cambiar la polaridad positiva a negativa, que es mucho mejor para la conservación de los alimentos, porque produce un control estricto de la sal para mejorar su caducidad y su sabor. 

Por lo tanto, de manera similar al proceso de pulsos eléctricos, en este método también se expone al alimento a un campo magnético, sin embargo, “a pesar de los buenos resultados en los laboratorios, su efectividad para la inactivación microbiana no ha sido del todo comprobada”.

Impulsos luminosos 

Los pulsos lumínicos están limitados para el tratamiento, esterilización y pasteurización de determinadas superficies; de este modo, está técnica se aplica a los materiales y envases líquidos o sólidos. 

Este método es de los más usados recientemente en las grandes empresas, debido principalmente a la gran demanda de producto, lo cual exige que se ofrezca a los consumidores, productos que puedan estar en los anaqueles mayor cantidad de tiempo. 

Al igual que los métodos que se explicaron anteriormente, esta técnica tiene ventajas y desventajas; algunas de sus ventajas es que asegura un nivel muy alto de sanidad, higiene y esterilización, sin embargo, se limita a las grandes empresas debido a los elevados costos de producción, además, algunos esterilizados cuentan con patente y se debe pagar por su uso y explotación comercial. 

En este apartado, se reflexiona sobre la pertinencia de actualizar los métodos de conservación en los alimentos, de este modo, se incluye el método de pulsos luminosos que requiere un mecanismo dieléctrico que origina una dispersión y pérdida de polarizado. 

En los pulsos luminosos es muy importante considerar los medios de propagación, tanto en los materiales, como en el control de calidad del producto terminado. Esta aplicación se utiliza para esterilizar el interior de la capa del envase, de tal forma que se envasa al vacío, debido al grado de confianza en el material esterilizado por este método. 

Al igual que el método de campos eléctricos, este proceso tiene muy poca aplicación en la pequeña industria; y como el método de campos magnéticos, su gran limitación es el conocimiento que se requiere para aplicar fórmulas y planteamientos a una pequeña fábrica, lo que no ocurre con empresas transnacionales que cuentan con recursos, así como técnicos especializados para su funcionamiento. 

Por ejemplo, en una pequeña empresa, el ingeniero encargado conoce el funcionamiento de los pulsos luminosos, sin embargo, probablemente los demás empleados no tengan el conocimiento necesario en caso de una falla de emergencia, obviamente esta es una situación extrema, aunque si es complicado el manejo de esta tecnología en una fábrica con limitaciones técnicas y de recursos humanos especializados. 

Para concluir, a continuación se indica una definición básica de este método. Para esta técnica, se utilizan rayos de luz de alta intensidad por milisegundos. “El material o alimento que se va a esterilizar se expone por lo menos a un pulso de luz. El espectro de luz es amplio, se utilizan longitudes de onda que van del ultravioleta hasta el infrarrojo”.

Irradiación 

Hasta aquí se han descrito métodos actuales en la conservación de los alimentos, algunos son más apropiados para la industria a gran escala; otros tienen una aplicación más teórica; y algunos más se utilizan sólo en laboratorios, principalmente por su poca accesibilidad y sus altos costos. 

Cada tecnología tiene sus ventajas y desventajas en la aplicación hacia los alimentos. Como se ha indicado, algunos métodos se utilizan para la conservación, otros para preservar el sabor y los nutrimentos, y otros se enfocan en el procesamiento de los alimentos. Sin embargo, todos los métodos tienen como objetivo común destruir o inactivar los microorganismos. 

En este contexto, la irradiación de los alimentos es una tecnología que está avanzando considerablemente, pero todavía existen pocas plantas que utilicen esta técnica. Este método es emergente debido a que es una alternativa, específicamente en el sector de los alimentos sólidos. 

La irradiación es una técnica que potencializa la oportunidad de pasteurizar alimentos que se encuentran en estado de congelación. La irradiación ofrece una gran oportunidad de reemplazar ciertos conservadores químicos que se pueden considerar riesgosos. 

La irradiación utiliza ciertos radiactivos electromagnéticos, conocidos como rayos gamma, que son extremadamente eficientes para eliminar bacterias y microorganismos. No obstante, esta técnica es muy discutida en la industria, y los consumidores cuestionan si es sana, segura y confiable. 

Existen dos elementos fundamentales utilizados en la irradiación, “el cobalto 60 y el cesio 137, los cuales son dos isotopos radiactivos disponibles como subproductos de la industria energética nuclear”. Cuando se utiliza la irradiación se consigue eliminar por completo las amenazas que descomponen los alimentos como el moho, bacterias, levaduras, entre otras. 

Para la aplicación de la irradiación existe una norma o regla conocida como dosis de radiación, es decir, hasta dónde es seguro radiar un alimento. Esta dosis se denomina (Gy) grados de gray. Un gray se puede considerar como una dosis por kilogramo. Cuando se usa la radiación, los rayos gamma que son los que actúan en los alimentos, son capaces y eficaces de entrar en los alimentos o en cualquier sustancia. La radiación logra su objetivo, eliminar a los microorganismos. 

Este método de conservación no es único, es decir que existen variaciones sobre su aplicación, como la irradiación relativa y no absoluta. Existen tres niveles de tratamiento por radiación:

Radurización: bajas dosis-menores de 1kgy 
Radicidación: dosis moderadas 1 a 10 Kgy 
Radapertización: dosis elevadas mayores de 10 Kgy”.

La irradiación también se puede definir como el “proceso tecnológico que aplica radiaciones ionizantes a un alimento con la finalidad de mejorar su estabilidad y mantenimiento durante prolongados periodos de almacenaje”. La diferencia de este método con otros como la congelación, el refrigerado o hasta la alta presión, es que ninguno utiliza radiación para eliminar los microorganismos.

La irradiación es altamente efectiva, pero tiene dos grandes limitantes, una de ellas es su costo bastante elevado, y la otra se refiere a la seguridad para realizar los procedimientos. Por lo tanto, se puede concluir que no es método para pequeñas o medianas empresas, sino para grandes industrias que controlan ciertos insumos y productos básicos. 

De este modo, las radiaciones ionizantes son emanaciones de fotones que desplazan electrones de las bacterias, por lo tanto, cuando existe separación de las bacterias o microorganismos, éstas no pueden sobrevivir porque no hay unión entre ellas. 

Existen dos subtipos de irradiación ionizante, “las radiaciones beta y los rayos gamma”.

Tratamientos de superficies y revestimientos comestibles 

En la actualidad, existen bastantes productos en el mercado que presentan envases atractivos, con recubrimientos que no sólo garantizan la esterilización, sino que además utilizan la más alta tecnología.

En este contexto, se combinan los recubrimientos tradicionales con los ecológicos y modernos. Por ejemplo, el plástico que se utiliza para conservar los diversos tipos de quesos podría cambiarse por nuevos materiales como los polisacáridos naturales, los cuales tienen una cualidad positiva: reducen al mínimo la aparición de elementos patógenos. 

La competencia masiva en la industria de los quesos es cada vez más exigente, por lo cual, la tradición de revestir a los quesos con sustancias sintéticas, se está reemplazando por nuevos terminados. 

Utilizar polisacáridos naturales abrirá una nueva etapa de recubrimientos y terminados que son comestibles, lo cual será muy atractivo para el consumidor, ya que no hay peligro en la ingesta. Además, no sólo se eliminan sustancias químicas artificiales, sino que también se modifica el color y la presentación sin riesgos.

Estas nuevas tecnologías están disponibles para la industria, no obstante, como se ha mencionado en los otros métodos de conservación, también existen limitaciones de accesibilidad. Por ejemplo, los pequeños productores de quesos, quienes elaboran su producto con métodos artesanales, tendrán que seguir con los recubrimientos tradicionales, ya que cambiar sus mecanismos de preparación y terminado requeriría una gran inversión. 

Para quienes tienen acceso y recursos a las nuevas tecnologías, estos novedosos métodos servirán como una nueva ruta no sólo para los quesos, sino para otros productos sólidos. 

De manera breve, la forma tradicional para elaborar un queso es como sigue: se prepara el queso, y se voltea constantemente para conservar su forma; el revestimiento es plástico, el cual evita que se forme moho. 

Con las nuevas tecnologías y recubrimientos naturales comestibles, el queso tiene su forma asegurada desde el principio, y no es necesario voltearlo porque la forma está determinada. Desde luego, esto es un gran avance en términos de tiempo y rapidez en la producción.

El revestimiento natural o artificial procura que el queso madure y su función principal es mantenerlo alejado de bacterias dañinas y de microorganismos que lo descompongan. En este sentido, es muy importante indicar la diferencia entre lo que se denomina corteza del queso y el revestimiento natural o artificial; en la industria, la distinción es muy clara. 

Cuando el queso está madurando, preferentemente en un lugar natural con una temperatura controlada, se comienza a conformar una capa semi-cerrada, que se denomina corteza. Esta corteza se forma por la masa del queso, que al principio posee la misma estructura que el interior del queso; aunque al principio son similares, cuando el proceso continúa, adquiere una composición diferente a la parte interna del queso. Una característica es que su sabor es amargo, y no tan dulce o salado como el resto del queso. 

Con los nuevos recubrimientos, siguiendo con el caso del queso, éste puede revestirse previamente a la maduración, en el lapso de tiempo de la maduración, e incluso cuando el producto ya está madurado.

El objetivo principal de los recubrimientos es controlar los grados de humedad y alejar el alimento de los microorganismos. El revestimiento de los quesos cuando ya están madurados se efectúa con el propósito de protegerlos contra microorganismos y librarlos de contaminación. Además, el revestimiento protege contra riesgos durante la distribución y venta del producto. 

En la industria de los quesos, el recubrimiento se puede realizar mediante dos diferentes vías:

a) Generar una ligera capa de acetato de polivinilo, la cual controla el nivel de humedad en el transcurso de la maduración y mantiene a salvo el queso de los microorganismos. 
b) Agregar una ligera película de cera o plástico ligero, el cual tiene una capacidad resistente a la humedad. El propósito es proteger al queso, posterior a la maduración, contra bacterias, enzimas y demás microorganismos. En otros casos, también ayuda a mejorar la apariencia del producto final. 

Como método, el recubrimiento es muy importante para conservar los alimentos. También existen los revestimientos denominados recubrimientos funcionales, que han innovado a partir de tres diferentes polisacáridos. Entre los nuevos materiales, se encuentran “el galactomanano, heteropolisacárido obtenido de la leguminosa gleditsia triacanthos; el quitosán, polisacárido natural biodegradable, biocompatible, no tóxico y un excelente formador de películas; y agar de gracilaria birdiae, proveniente de una alga roja rica en polisacáridos”.

Con base en estos nuevos materiales, se produce un nuevo polisacárido, el cual puede utilizarse para sustituir los revestimientos tradicionales; se puede emplear con quesos que se designan como semi-curado. 

El objetivo principal de los recubrimientos en los alimentos sólidos como los quesos, es garantizar la seguridad y la confianza del producto ante el consumidor final. 

El queso es un alimento que se produce mediante el cuajo de leche normal o pasteurizada de vaca, o de otro tipo de animales. A través del cuajado, y por el proceso, se coagulan la caseína, las bacterias lácticas y otros elementos que permiten que se vaya solidificando el producto. 

A continuación, se describen brevemente las diferentes propiedades que deben tener los plásticos que se utilizan como revestimientos:

a) Propiedades mecánicas (elasticidad y resistencia) 
b) Propiedades térmicas (temperatura) 
c) Propiedades ópticas (transparencia y absorción de luz) 
d) Propiedades químicas (solubilidad) 
e) Propiedades de barrera (permeabilidad a gases y vapores).

Encapsulación y liberación controlada 

Existen otros recubrimientos no sólo para quesos, también se incluyen por ejemplo, los que se utilizan para la carne y sus derivados como los embutidos, así están el jamón, las salchichas, la longaniza, entre otros. Los recubrimientos que se utilizan son externos, no están adheridos directamente al alimento, con excepción de la longaniza. 

Los recubrimientos externos permiten que los alimentos se almacenen y se distribuyan sin problema, es decir, están envasados de tal forma que no hay peligro de contaminación, mientras no estén abiertos. 

Al momento de abrirlos, la exposición y la generación de microorganismos ocurren como en cualquier otro alimento. 

“Los métodos de encapsulación surgieron desde por lo menos la década de 1930 y 1940 por la National Cash Register para la aplicación comercial de un tinte a partir de gelatina como agente encapsulante mediante un proceso de coacervación”. La expansión de las microcápsulas se diversificó en diferentes ámbitos y productos.

Una de las características principales del encapsulado es que no guarda olores, es decir, el sabor que tiene el producto es el sabor y olor propio del alimento; no hay contaminación por el encapsulado, esto elimina cualquier contaminación interna. 
La encapsulación se presenta en diferentes colores, tamaños y formas, no hay límite para utilizar este método. De acuerdo a las exigencias de la industria y del requerimiento publicitario se elige el tipo de encapsulado. Ahora no sólo se requiere que el producto sea libre de microorganismos, sino que el encapsulado sea atractivo para el consumidor. 

El uso de este método se extiende a diversos sectores como “perfumes, drogas, fertilizantes y precursores en impresiones”. El encapsulado que comenzó con los alimentos, ahora es utilizado por diferentes industrias. Las membranas y empaques de variedades de nylon han sido empleadas para encapsular diversas toxinas.

La encapsulación es un procedimiento a través del cual algunas sustancias, como sabores, vitaminas y hasta aceites se colocan en una cápsula de un derivado de los plásticos, que evita la pérdida de sabor y consistencia; se protegen de reacciones que puedan provocar oxidación por el calor, la luz o el oxígeno. 

Otra de las ventajas del encapsulado es que libera los conservadores gradualmente al alimento, es decir, “no se libera todo de inmediato, sino que se va se liberando poco a poco”.

A continuación se describen los materiales que se utilizan para la encapsulación; como se mencionó, se pueden encapsular todo tipo de materiales, líquidos, sólidos hasta enzimas y microorganismos. Otros productos que se encapsulan son los almidones de papa, el trigo, el maíz, y el arroz principalmente. 

“Los alginatos son hidrocoloides extraídos de algas, los cuales reaccionan con iones calcio para la formación de geles estables; éstos son utilizados para atrapamiento de sabores a temperatura ambiente”.

Existen otros materiales a base de proteínas de soya, caseinatos y derivados de la grenetina. A partir de estos productos y materiales, se posibilita una gran variedad de encapsulados que son determinados por su uso, producción y costo. 

Una empresa utilizará la encapsulación por varias razones: 

a) El producto lo requiere. 
b) El costo de producción es recuperable. 
c) Genera más ganancias, en comparación con otros métodos. 

Además, es necesario mencionar los diversos envases, empaques y encapsulados para los alimentos, los cuales tienen como objetivo primordial, contener y conservar la calidad y los nutrimentos sanitarios, así como las propiedades organolépticas de los productos durante el periodo de tiempo que el producto esté en los anaqueles de los centros comerciales o pequeños negocios. “Es muy importante seleccionar el envase más adecuado y que éste no afecte la calidad del producto. Las variedades de los materiales son amplios, tales como el vidrio, el metal, papel hasta los más versátiles plásticos”.

Acidificación o regulación del Ph: La mayor parte de los alimentos podrían conservarse en buenas condiciones microbiológicas cuando el medio tiene un pH menor de 4.0, de modo que se han desarrollado, para frutas y hortalizas, una serie de métodos que persiguen controlar el pH mediante la producción endógena de ácido o por adición exógena de algún ácido orgánico como el acético, el cítrico e incluso el láctico. 

Es un método basado en la reducción del pH del alimento que impide el desarrollo de los microorganismos. Se lleva a cabo añadiendo al alimento sustancias acidas como el vinagre. Debido a su elevado grado de acidez, el vinagre (ácido acético) actúa como conservante en los encurtidos y otros productos calentados con antelación.

La acidificación de hortalizas de baja acidez para poder procesarlas mediante
esterilización comercial, con períodos cortos a temperaturas de alrededor de 100° C, es una metodología muy práctica para trabajar a pequeña escala, incluso a escala artesanal.

La preparación de encurtidos (pickles) de diversas hortalizas, mediante una fermentación natural con producción de ácido láctico, es también un método muy adecuado de conservación para pepinillos, cebollitas, zanahorias, y otras que regularmente se comercializan en grandes volúmenes en todo el mundo. Lo importante es controlar el pH hasta un nivel de alrededor de 3.5, de manera de tener un nivel de acidez adecuado para obtener un producto de agradable sabor en términos de ácido láctico. Este es producido naturalmente, por la fermentación de sustratos constituyentes del material, por acción de microorganismos presentes en él.

La acidez de un encurtido que ha sido preparado por adición de ácido acético o
vinagre, debe ser de alrededor de 4% y hasta 6%, expresado en acidez cítrica. Además del ácido los encurtidos son adicionados de sal, la cual tiene una reconocida propiedad antiséptica y, en niveles adecuados puede asegurar una buena calidad del producto por mucho tiempo, además de dar buenas características sensoriales de textura y sabor al producto.

Los procesos de fermentación natural en salmuera, son desarrollados por microorganismos que actúan en condiciones anaeróbicas, es decir, para obtener un buen producto, es necesario asegurar condiciones de baja tasa de oxígeno en el sistema. El producto se sumerge en salmuera o se adiciona de sal seca en pequeño volumen (en el repollo para fermentado) y se le dan condiciones de anaerobiosis en una bolsa de polietileno o en un depósito lo más hermético posible.

La temperatura es un factor importante en este tipo de proceso, debiendo ser no inferior a 15° C, con mejores resultados a 25° C.

El benzoato de sodio, cuya concentración no puede exceder el 0,1%, se usa en productos derivados de la fruta para protegerlos contra las levaduras y los mohos. 

El dióxido de azufre, otro conservante químico, ayuda a mantener el color de los alimentos deshidratados. 

El propionato de calcio se añade a veces a los productos de repostería y panadería para inhibir el crecimiento de hongos.

Existen una gran cantidad de conservantes industriales que estabilizan a los alimentos y que son muy utilizados en la actualidad.

Enlatado y embotellado

Enlatado: Es una técnica de preservación de alimentos ampliamente utilizada en la actualidad, y útil prácticamente para cualquier clase de alimentos. Al ser enlatados los alimentos son sellados en su recipiente después de hacerse el vacío y calentados. Cualquier organismo presente es eliminado por este procedimiento, y otros no pueden llegar por que los alimentos están aislados al sellarse la lata. Todo el proceso, que incluye el llenado y el sellado de las latas o contenedores, es realizado automáticamente en las industrias modernas
Los microorganismos y las enzimas necesitan cierto grado de temperatura para alterar los alimentos, pero un exceso de calor los destruye. Por eso se emplea la esterilización por calor para conservar los alimentos, en especial los enlatados. Las latas llenas y herméticamente cerradas, se someten a elevadas temperaturas (entre los 100º y 150º C.) durante un tiempo determinado. Una vez esterilizadas las latas, y mientras éstas no se abran y deterioren, los productos en ellas se mantendrán inalterados durante un tiempo prolongado. Por esta razón es inútil guardar las latas de conservas en un refrigerador antes de abrirlas.

El embotellado es generalmente utilizado para frutas y vegetales. El proceso es parecido al del enlatado, pero los alimentos se colocan en botellas en vez de latas.