jueves, 12 de noviembre de 2020

VASO TXIKITERO




Este peculiar vaso de vidrio basto prensado con un peso de entre 650 y 750 gramos, está realizado en vidrio prensado con trabajo al puntil. Su fabricación prácticamente artesanal hace que cada vaso sea único y puedan presentar diferencias o pequeñas imperfecciones. La característica más reseñable del producto era el grosor del cristal que aumentaba su peso y limitaba la medida del mismo. Se desconoce la antigüedad de su diseño que se asemeja a modelos del siglo S XIX localizados en los catálogos de vidrieras españolas. Es remota la probabilidad que se trate de un producto vasco, pero no cabe duda, a la vista de su nombre “Vaso de Bilbao”, como figura en los catálogos de 1898 de la empresa “Cifuentes y Pola”, que el éxito y demanda del mismo se centraron en el área de Bilbao. Por otro lado, La Unión Vidriera Española, S.A., empresa que aglutina desde 1908 a las principales vidrieras del país, recoge en sus catálogos de 1945 diferentes variantes de este mismo modelo conocido como “Vaso Txikito”. Testimonios orales describen a este vaso como propio y exclusivo de las tabernas de Bilbao, usado para servir una medida pequeña de vino tinto o txikito. Comenzó a desaparecer en la década de los sesenta. Sin embargo, se siguió produciendo en la vidriera “San Miguel Cristalería” de Barcelona.

La tradición del txikiteo, cuya popularización se ubica a finales del siglo XIX, trajo consigo la instauración de un vaso apropiado para acompañar un ritual en el que por encima del trago de vino primaba el hecho de compartir vivencias y cantar entre amigos.

Aquellas rondas del vino trasladado directamente desde el almacén de la Alhóndiga hasta las tabernas fueron haciéndose costumbre a la vez que el vaso, que fue definido como macizo, de vidrio vasto y grueso, culo gordo y un cuarto de cuartillo de capacidad. Pese a esos más de 600 gramos de peso —una ventaja para mantener el pulso, según algunos— y ese traguito de apenas  12 centilitros, los txikiteros destacaban que conservaba bien la temperatura del vino y que su embocadura era especial debido al grosor del borde. Con el tiempo, el original recipiente fue haciéndose un emblema de Bilbao y también repartiéndose por Euskadi