Ingredientes:
1000 g de patatas nuevas de tamaño mediano
150 gramos de cebolleta o de cebolla blanca y fresca
2 l de agua
5 g de perejil fresco picado muy fino
150 g de aceite de oliva
50 g de vinagre de jerez (u otro vinagre de calidad)
10 g de sal gruesa (para cocer las patatas)
5 g de sal fina (mejor yodada) para aliñarlas
Elaboración Tradicional:
Lavar las patatas muy bien bajo el grifo. Poner en una olla las patatas y cubrirlas con el agua fría. Poner a calentar y cuando hierva el agua añadir la sal gruesa. Dejar cocer aproximadamente 25 minutos desde que empieza a hervir el agua, teniendo en cuenta que si las patatas son muy pequeñas estarán antes y si son grandes tardarán más. Si pasado este tiempo atraviesa un palillo con facilidad la patata es que está bien cocida. Mientras se cuecen las patatas, picar finamente la cebolleta (o la cebolla). Hacer lo mismo con el perejil , dejándolo lo más fino posible de una pasada. Cuando las patatas estén bien cocidas retirar del fuego. Dejar las patatas dentro del agua durante 30 minutos y sacarlas y dejarlas en un escurridor hasta que estén templadas (aproximadamente 20-30 minutos). Cuando se puedan coger las patatas con las manos sin quemarse pero aún algo calientes, pelarlas. Córtalas en dados rodajas y ponerlas en una fuente de cerámica o cristal pero no de metal. Añadir a las patatas la cebolleta y el perejil picado. Reparte bien la media cucharada pequeña con sal fina por encima de todo y luego añade el vinagre y por último el aceite de oliva. Mezclar todo bien y cuando las patatas estén frías (sin pasar por el frigorífico) están listas para servir.